¿Por qué el coronavirus se ha ensañado con el mediterráneo? ¿Tardaron en dar una respuesta eficaz? ¿Mala suerte? ¿Era el destino? No se sabe a ciencia cierta, la respuesta a estos interrogantes que provocan incertidumbre. Si hay algo que pueda indicar indicios de las causas del catástrofe en estos países del sur de Europa, es su pirámide de población invertida. Ambas naciones tienen altas esperanzas de vida, lo que provoca que se obtenga una población envejecida vulnerable al virus. León Danon, epidemiólogo de la Universidad de Exeter y miembro del equipo que asesora al Gobierno británico, declaró: "La famosa dieta mediterránea y la longevidad están jugando en vuestra contra."
Fue el 31 de enero de 2020 cuando se confirmó el primer caso de Covid-19 en Italia. Fueron dos turistas de nacionalidad china, que visitaban los rincones más entrañables del país. Más tarde, se confirmaron varios casos más en la región de Lombardía y la hospitalización de un hombre repatriado desde Wuhan, también contagiado.
Desde el mes de marzo, el virus golpeó fuerte al país mediterráneo, siendo el primero en el continente europeo en registrar altos números de transmisión. El dos de marzo, los contagios se elevaban a 2.000 y los fallecidos a 52. Como consecuencia de estos datos, el Gobierno italiano decidió dividir la nación en cuatro zonas, según el nivel de riesgo, para aplicar diferentes restricciones en función de las circunstancias. El cuatro de marzo, el Gobierno anunció el cierre de todas las escuelas y universidades hasta el 15 de marzo.
El ocho de marzo de 2020, el primer ministro Giuseppe Conte extendió la cuarentena a toda la región, y Lombardía y algunas zonas del norte italiano, confinando a una cuarta parte de la población total. El nueve de marzo, todos los eventos deportivos serían cancelados hasta el tres de abril para la garantizar la salud pública, pero no incluía a clubes italianos o equipos nacionales que compiten en el ámbito internacional. Al día siguiente, el Primer Ministro Conte, anunció la cuarentena total para toda la nación, con restricciones de viajes y la prohibición de reuniones públicas.
Tras dos semanas, los nuevos casos empezaron a disminuir, mostrando así su tendencia a la baja de su nivel de propagación. El pico fue alcanzado el 31 de marzo. Después de varias semanas encerrados en casa, empezaron a aparecer los efectos que esta medida causaba, los niveles de contagio y fallecidos descendían diariamente.
En España, su primer caso también se dio a conocer el 31 de enero, en la isla canaria de La Gomera. El primer fallecimiento por la misma causa fue en la provincia de Valencia, el 13 de febrero. Ante la gran expansión del virus, los gobiernos autonómicos durante el mes de marzo comenzaron a tomar medidas al respecto. Cierre de parques, colegios y universidades, fueron las primeras medidas adoptadas. El 14 de marzo, el Gobierno nacional decretó el Estado de alarma para todo el país durante quince días. Esta medida limitó la libre circulación de los españoles. Sólo estaría permitido desde entonces salir de los domicilios para acudir al puesto de trabajo, adquirir alimentos y medicamentos o ir a centros médicos. El Gobierno español prorrogó hasta en tres ocasiones el estado de alarma, extendiendo esta medida hasta el nueve de mayo.
El diez de marzo se cancelaron todos los vuelos programados entre Italia y España. El 13 de marzo fue la fecha donde los hosteleros tuvieron que echar el cierre a sus negocios para la contención de la pandemia, además este día Marruecos cerró sus fronteras con España.
El estado de alarma supuso un respiro para los hospitales españoles que se vieron desbordados por la situación. La región más castigada por la pandemia es Madrid, seguida de cerca por Cataluña, Castilla y la Mancha y Castilla y León. Para descongestionar los centros médicos madrileños, se inició el 21 de marzo la construcción de un hospital de campaña en el recinto ferial IFEMA. Solo fue necesario utilizar los pabellones cinco, siete y nueve. Los primeros pacientes con sintomatología leve derivados de otros hospitales de la comunidad ingresaron en el pabellón cinco el domingo 22 de marzo. Tras la desorganización inicial, el 31 de marzo la OMS felicitó el trabajo realizado. Otra medida adoptada fue la medicalización de hoteles donde la pandemia hizo más hincapié.
Se puede decir que la cumbre de la curva fue alcanzado el 31 de marzo, donde España registró 9.222 contagios en un solo día. Desde ese momento se inició una cierta estabilización de la curva y adoptando una fase de meseta sostenida durante varias semanas.
Se optó por tomar medidas donde paulatinamente se regresará a la normalidad. El comienzo de la tercera prórroga del estado de alarma trajo consigo paseos para los menores de catorce años, regidas por las normas UNO. El 28 de abril, el consejo de ministros aprobó el "Plan de transición hacia la nueva normalidad". Este plan, que se divide en cinco fases, numeradas desde la cero hasta la cuatro, establece las restricciones que se deben seguir para la nueva vida social. En la fase cero estaban permitidos los paseos alrededor de un km desde el domicilio familiar o el deporte individual dentro del municipio.
En la fase uno, las terrazas de los bares y restaurantes volverán a abrir con el 50% de su capacidad, y estarán permitidas las reuniones de hasta diez personas. La fases dos y tres continuarán con la gradual retirada de prohibiciones para los diferentes sectores económicos y socioculturales y movilidad general de la ciudadanía, aumentando el número de actividades permitidas hasta poder llegar a la nueva normalidad en la fase cuatro.
La respuesta de la ciudadanía en ambos países fue de unidad. Con toda la población española e italiana obligada a permanecer en casa, los vecindarios tomaron sus balcones para cantar, tocar música y aplaudir la atención médica de su país todos juntos.