Los niños españoles llevan más de 30 días -exceptuando algunos menores por recomendación medica- sin salir a la calle. Son muchos los padres que se preguntan si este encierro prolongado en el tiempo puede afectar al desarrollo físico y cognitivo de los menores. Y la respuesta es no.
Según Raquel Jiménez, jefa de pediatría del hospital infantil Niño Jesús (Madrid), «no existe un límite de tiempo a partir del cuál pensemos que el confinamiento pueda tener efectos perjudiciales en la salud de los niños. Tenemos que tener en cuenta que los más pequeños tienen una gran capacidad de adaptación a nuevas situaciones. Los adultos tenemos que transmitirles mensajes positivos y de confianza y explicarles que es algo temporal».
Sin embargo, sí que deberíamos tener en cuenta algunas consecuencias temporales a que esto desencadena. La primera es la reducción dramática de ejercicio, no solo del ejercicio físico o educación física del colegio, sino también de las horas de juego, el camino para ir al colegio, juego libre en el parque... Diversos tipos de actividades que en la mayoría de menores no se pueden efectuar, debido en primer lugar por el espacio de su hogar; ya que viven muchos niños y niñas viven en hogares de 40 o 50 metros cuadrados.
Otra consecuencia desencadenada es la falta de vitamina D. Se trata de otro aspecto que puede perjudicar a los niños ya que es una de las vitaminas más importantes para el ser humano, y no la podemos conseguir a través de ningún alimento, porque produce en nuestra piel activada por los rayos del sol.
La dieta durante este tiempo de desconfinamiento es otro de los factores que influyen en el organismo de muchos menores, ya que para muchas familias está suponiendo dificultades para que sus hijos lleven una alimentación correcta. Además, la obligación de permanecer en casa puede llevar a un estado de ansiedad tanto a mayores como a niños que termine en atracones de comida, que se deben evitar o sustituir por otro grupo de alimentos saludables.
¿Como será el desconfinamiento infantil? Será fundamental el acompañamiento por parte de un adulto, evitando por supuesto la reunión con otros niños y otros adultos, exigiendo además el seguimiento de normas básicas de seguridad e higiene para que no suponga un riesgo ni para el niño ni para el resto de personas que tengan contacto con él.
Pienso que es obligatorio el uso de mascarillas y medios para prevenir cualquier contagio, pero si es verdad que en niños de corta edad (menores de 8-10 años), es muy improbable que hagan un uso correcto de las mismas, especialmente si no se encuentran bajo tutela de adultos. Unas mascarillas no correctamente utilizadas pueden dar una falsa idea de seguridad.
Cuando se lleve a cabo el desconfinamiento, debe ser gradual y con previa determinación de los test PCR del coronavirus de una forma generalizada. Obviamente hay que hacerlo con prudencia y equilibrio.
