Italia, que comenzó siendo el brote de contagio en Europa a finales del mes de febrero, es actualmente el tercer país del mundo con mayor número de contagiados y el segundo con más víctimas mortales por coronavirus. Sin embargo, los hospitales están sufriendo cada vez menos presión y los contagios se están reduciendo. La Protezione Civile ha hecho públicos unos datos que muestran que la cantidad de pacientes ingresados por Covid-19 en sus UCI ha descendido por duodécimo día consecutivo y que el número de infectados se encuentra en su cifra más baja desde el 13 de marzo.

Ante este escenario que parece ser el de la salida del túnel, el Gobierno de Italia ha decidido reabrir sus librerías, papelerías, establecimientos infantiles (como tiendas de ropa para bebés) e industrias para fabricar maquinaria o relacionadas con la alimentación. Con estas reaperturas, Giuseppe Conte, Presidente del Consejo de Ministros de Italia, pretende volver paulatinamente a la normalidad tras semanas de confinamiento. La cuarentena en el país transalpino expiraría el 3 de mayo. Tras esta fecha, se espera dar inicio a la llamada “Fase 2”, en la que se reiniciarían algunos sectores, pero extremando los protocolos de seguridad y desinfección de las instalaciones.

La medida ha generado un debate nacional, pues las regiones más afectadas, como Lombardía y Campania, han rechazado el decreto del Gobierno central y se niegan a reabrir las librerías. Otros sectores se suman a la crítica, apuntando que ven innecesario la reapertura de las librerías ya que consideran que los libros no son bienes esenciales. No obstante, el ministro de Cultura, Dario Franceschini, señala que la reapertura de las librerías no es un gesto de «esnobismo, sino el reconocimiento de la cultura en nuestras vidas». El escritor Gianrico Carofliglio, autor de Con los ojos cerrados o La misura del tiempo, ha mostrado su apoyo a esta decisión en el canal de televisión italiano La7, donde comentó que «la librería corresponde a una exigencia de hambre del alma individual y colectiva, que es casi tan fundamental como la nutrición física».

Aquellos que muestran su desacuerdo a reabrir librerías y papelerías creen que aún es demasiado pronto e innecesario abrir negocios del tipo literario. En una encuesta realizada entre 2008 y 2015 por la Eurostat, la Oficina Europea de Estadística, se reveló que los italianos, junto con los austríacos y los rumanos, solo dedican cinco minutos al día a la lectura. Les sigue Francia (con dos minutos). España ocupa el quinto país donde menos tiempo se le dedica a la lectura de los libros y el tercero de la UE que menos invierte en ellos (un 0´7% de su gasto). Estonia, Finlandia y Polonia son los países más lectores.