Guillermo, ingeniero de 24 años trabaja como desarrollador de juguetes, y en su tiempo libre se ha propuesto una meta: cambiar el mundo.
Realizó un viaje a Kenia donde entregó brazos impresos en 3D de manera gratuita a personas Del Valle del Rift. Esta iniciativa consiste en la fabricación de aparatos articulados que permiten agarrar y sujetar objetos.
La asociación -que comenzó de forma unipersonal- cuenta a día de hoy con un equipo de cuatro personas, y con una red de partners de distintas industrias (ONGs, colegios, orfanatos, personas anónimas) para poder llevar a cabo su objetivo. En el mundo hay casi cien millones de personas que necesitan prótesis, según la OMS.
Gracias a su ONG Ayúdame3D, obtiene el Premio Social Fundación Princesa de Girona 2020.
El jurado del premio reconoce la trayectoria de este joven que con su proyecto “mejora la vida” de muchas personas. Miriam Reyes, secretaria del jurado, ha subrayado su labor al hacer prótesis de brazos para personas que lo necesitan gracias a las nuevas tecnologías.
En la ceremonia se ha escuchado un mensaje en el que Guillermo expone que con su proyecto intenta hacer un mundo «un poquito mejor» haciendo lo que más le gusta, que es «cacharrear con las nuevas tecnologías».
Hace poco meses que Ayúdame3D se convirtió en una asociación sin animo de lucro, cuyo fin es crear una red de colaboración mundial que impriman en sus casa estas prótesis y otra de ONGs que busquen a quienes lo necesiten por todo el mundo y así «llegar a todas las personas que no puedan permitirse una para ayudarles en sus tareas cotidianas», explica el joven.
Ayúdame3D ha entregado prótesis a 150 beneficiarios de 30 países diferentes.«Esto empezó en una habitación con una impresora de 100 euros y ahora estamos en muchos países. Siempre que oigáis hablar de 'Ayúdame3D', escucharéis que ayudar es demasiado fácil para no hacerlo», ha dicho el joven emocionado durante la entrega del premio.