En la actualidad, las principales causas de muerte de los españoles son las enfermedades del sistema respiratorio, las enfermedades del sistema circulatorio y los tumores.
De menor envergadura, pero también muy presentes, son los fallecimientos por enfermedades del sistema nervioso y de los órganos de los sentidos o enfermedades del sistema digestivo, entre otros, según confirman fuentes del Instituto Nacional de Estadística. (INE).
Sin embargo, dentro del propio país, esto se acentúa dependiendo no sólo del sexo, o la edad, sino del territorio, región o incluso del municipio que se habite. Así lo demuestra el estadístico y catedrático de la Universitat de València, Miguel Ángel Martínez Beneito, en su proyecto como director, integrado por la Dirección General de Salud Pública de la Generalitat Valenciana y la Fundación Fisabio.
Fuentes de la Agencia EFE confirman esta realidad, ya que, en las provincias de Valencia y Alicante, por ejemplo, existe un porcentaje menor de riesgo de cáncer de laringe que en el resto de las comunidades y provincias de España.
Otro ejemplo debido a esto es el caso de la diabetes, enfermedad favorecida por el consumo de comida basura, que se observa sobre todo en el sur, siendo Canarias la comunidad con mayor porcentaje de obesidad. O, por otro lado, el aumento de la mortalidad por enfermedades respiratorias y cáncer de esófago y laringe en cuencas mineras como la de Asturias, o en municipios de tradicional actividad minera como El Bierzo (León).
Esto demuestra la inutilidad e insuficiencia de las medidas tomadas por los partidos políticos en los últimos años, lo cual tiene como consecuencia una brecha entre las regiones pobres y las regiones ricas in crescendo.
Estas diferencias geográficas de mortalidad aumentan y se agravan de norte a sur, lo cual revela la importante desigualdad socioeconómica de Comunidades Autónomas como Andalucía y Extremadura con respecto a Comunidades Autónomas como Madrid o Cataluña, las cuales disponen de mejores infraestructuras sanitarias, una red de transportes públicos más organizada, más infraestructuras deportivas, o un porcentaje de un 28% de tiendas de comida basura, con respecto a un 62% en las regiones españolas más pobres.
Para combatir este problema, Ildefonso Hernández, profesor de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández, en Alicante (Valencia), impulsaría la denominada Ley General de Salud Pública en 2011, cuyo principal objetivo era reducir las desigualdades en salud entre los territorios, que ya entonces se observaban. Sin embargo, con el paso del tiempo y sin el compromiso necesario por parte de las fuerzas políticas del momento, esta ley quedó relegada a un segundo o tercer plano.
La mayoría de los profesionales e investigadores del ámbito de la salud coinciden en la necesidad de reorientar las investigaciones en materia de Salud Pública y Sanidad, y de reconocer e identificar las zonas que requieren mayor atención, con ánimo de la resolución de esta situación de desigualdad que asola a la población española.
Esto no quiere decir que muchas de las muertes causadas por este tipo de enfermedades no puedan controlarse y reducirse con el fomento y la incorporación de hábitos saludables, sino que necesitan además de eso, un empuje en materia de legislación y un mayor compromiso por parte del nuevo Gobierno.