En primer lugar, lo que debemos saber es que lo que está sucediendo en Australia no es nada nuevo, ya que este país lleva conviviendo con esta situación desde septiembre de 2019. Situación que coincide con la época más calurosa y seca. Aunque este lugar está “acostumbrado” a los incendios forestales por su clima y naturaleza, este tiempo atrás no ha favorecido nada.
El impacto del drama es destructor con el entorno natural, donde se han acumulado más de mil millones de animales muertos o heridos, según los expertos de la Universidad de Sídney. En cuanto a los koalas, uno de los animales más destacados y conocidos de este país, también se han visto afectados de forma directa por todo lo que está ocurriendo; en concreto, según la ministra de Medio Ambiente de Australia, Sussan Ley, han muerto cerca de un tercio de la población de estos mamíferos en Nueva Gales, siendo el área más afectada por el fuego. Pero, lo bueno en este caso es, que estos animales se reparten por todo el país, por lo que no hay peligro de extinción inmediato.
Aunque el foco central está en la zona este, la más poblada del país, el fuego ha acabado afectando a toda la isla, hay 24 muertos, 2.000 hogares destruidos o dañados y el humo está afectando sobre todo a las principales ciudades como Sídney o Melbourne, agravando los problemas respiratorios de personas jóvenes y ancianas con afecciones preexistentes como el asma.
Zonas de Nueva Zelanda, también están envueltas en la contaminación. Los glaciares nevados del país parecen haberse vuelto amarillos por el polvo y las partículas arrastradas de estos incendios forestales.
El gobierno de cada estado maneja su propia operación de emergencia. El primer ministro de Australia, Scott Morrison, prometió más financiamiento para los bomberos y una paga para los bomberos voluntarios. También anunció el envío de 3.000 soldados para luchar contra las llamas.
¿Cómo se ha llegado a esta situación? No hay un único factor en este asunto, pero Fernando Valladares, profesor del CSIC y miembro de la Fundación Gadea Ciencia, señala dos circunstancias esenciales: la sequía y las temperaturas; ambas, afectadas por el cambio climático. "Es cierto que en Australia los incendios forestales son algo más que habitual durante todo su verano, es más los aborígenes incluso los aprovechaban para ganar terrenos y limpiar áreas selváticas, pero este año se está dando una situación excepcional por la gravedad y la violencia del fuego", explica este experto. Según Valladares hay una pista clave y es que se trata del segundo año más seco desde que hay registros.
Personalidades e instituciones de todo el mundo se han lanzado a ayudar a los afectados por los incendios. Si tú también quieres colaborar y poner tu granito de arena, debes saber que hay varias organizaciones oficiales que recogen fondos para este desastre natural. Las donaciones pueden hacerse a la Cruz Roja Australiana, el Ejército de Salvación de Australia, el Servicio de Incendios Rurales de Nueva Gales del Sur o la Sociedad de San Vicente de Paúl de Australia. Todas estas organizaciones están centradas en el auxilio a las víctimas y la recuperación de las regiones más afectadas.
También puedes ayudar a la población animal donando a grupos de rescate y tratamiento de fauna como CABLES, el Koala Hospital Macquarie Port o el Hospital de fauna de Currumbin. Todas ellas permiten la donación a través de internet.