Ana Enjamio y César Adrio mantuvieron una relación secreta durante varios meses. Ambos eran compañeros de trabajo en una empresa de la localidad de pontevedresa de Porriño, y tras dejar ella a su novio y él a su esposa, se fueron a vivir juntos. Convivieron poco tiempo, ya que tras medio año de convivencia, ella empezó a vivir una situación de acoso, acabando de una forma arrepentida en la madrugada del 17 de diciembre de 2016, asesinada en el suelo de su portal de Vigo, con 40 lesiones de arma blanca por el cuerpo, él cómo el único sospechoso.
El presunto asesino se sienta desde el lunes en el banquillo de la sede de la Audiencia Provincial de Pontevedra en Vigo, siendo acusado de los delitos de acoso y asesinato. Familiares, amigos y policías deshacen su versión, ya que en la primera sesión defiende su inocencia, dándole a conocer todos los detalles que le convirtieron en sospechoso del crimen y los sentimientos de acoso y agobio de la joven.
"Ana pidió ayuda a su ex amigos tras la ruptura con César, y fue desde entonces cuanto intento forzar la relación, empezó a acosarla y a perseguirla, hasta tal punto que ella acabó mandándose para que no supiese donde vivía." Fue la declaración de los amigos y del ex novio de Ana Enjamio, este miércoles en la tercera sesión del juicio.
Continuada situación de acoso hasta la noche del crimen en que se celebró la cena de Navidad de la empresa, a la que asistieron ambos. Una compañera relató ante el jurado popular que en la cena, él se coló en el baño con ella y ella tuvo que rechazarlo; otra compañera, reveló que horas antes: "César dijo que sino estaba con él, tampoco con otro chico."
La familia de la chica confirmó este miércoles que la relación entre ambos era secreta, y que la relación entre ella y César era solo de compañeros de trabajo.
La ex-mujer del acusado, con quien tiene hijos en común, confirmó que esa misma noche en la que fue asesinada Ana, se presentó en su casa en horas totalmente distintas a las que solía ir, cosa que le "extrañó", porque debía avisarla con 24 horas de antelación para las visitas, y no lo hizo.
El jefe del grupo de Homicidios de la Policía Nacional en Vigo-Redondela, reveló que la primera persona con la que hablaron fue su actual novio y también con César.
A la hora de interrogarlo, les llamó la atención su actitud "fría y distante", además colaboró con la policía, hasta que al terminar de ser investigado, llamó a su abogado y rechazó que le hicieran pruebas biológicas. Al día siguiente, tuvo lugar "el indicio que faltaba", ya que intentó suicidarse.
Por todos estos hechos, la fiscalía considera a César Adrio autor de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, además de uno de acoso. Por el primero de los delitos pide para él 25 años de cárcel, y dos años por el segundo, además de reclamar que se le prohíba acercarse durante diez años a la familia de la víctima, a la que deberá indemnizar en 450.000 euros por daños molares.
