Noches de fiesta, tardes de terracita, días de playa, mañanas de paseo, piscina, viajes... Los planes son infinitos y los outfits para ellos también, pero ¿cómo elegir si la maleta es reducida o no hay tiempo para elegir? Hay que seguir leyendo y se verá cómo con un par de básicos y colores muy versátiles habrá varios conjuntos que servirán para todo.
La clave de este artículo, es elegir prendas versátiles, de colores mayoritariamente neutros, que sean fáciles de combinar y que se puedan llevar en cualquier ocasión, y que se puedan encontrar en cualquier tienda.
1. Combinar unos pantalones jogger de rayas, un básico atemporal, con un crop top de punto o crochet, que pisaron muy fuerte el verano pasado y seguro que aún están en el armario. La clave sería que el top sea de un color blanco o crudo. Por último, como accesorios, se podría optar por unas sandalias, las que más cómodas sean y más favorezcan, la elección es propia; y un cinturón, aunque esto es opcional, pero le daría rollazo al look.
2. Vestido midi de color blanco, un clásico, sobre todo en verano, combinado con botas, a poder ser que tenga flecos. Además, en el pelo un pañuelo de muchos colores para crear contraste. Lo importante de este look es que, a pesar de partir de un básico, los complementos le aportan detalles que lo hacen especial.
3. Los monos son una prenda muy recurrente, ya que no hace falta quebrarse la cabeza para combinarlo. Para este look se escogerá uno en color marroncito, tirando más a beige, y un top del mismo color debajo. Para terminar el look, unas sandalias, que para darle ese toque personal, podrían llevar conchas o piedrecitas, ya que son muy originales.
4. Los vestidos largos se han vuelto un imprescindible en el armario para esta época del año, pues, como los monos, son muy fáciles de combinar. En este caso se podrían conjuntar con unas sandalias, pero si el plan es más importante, unas de tacón.
5. Por último, una blusa blanca con algún pantalón corto de algún color vivo. Se ensalzaría con un pañuelo en el pelo, unas sandalias y un bolso de mimbre o de redecilla, que son el último grito.