El B-Side Festival ha conseguido reunir en un mismo festival, y en un mismo escenario, a dos maneras de entender la música nacional. Los Planetas abren su concierto saludando tímidamente al público y no necesitan más que sus canciones con escasos movimientos en el escenario para defenderse.
A Sidonie, con Marc Ros a la cabeza, el escenario se le queda demasiado pequeño y necesita bajarse por lo menos un par de veces, abrazar a sus fans, darles algún que otro beso y hacerles reír con cada una de sus palabras. Son dos maneras de entender y hacer vivir la música. Diferentes pero ambas válidas.
Esto hizo que en la noche del sábado se respirase un ambiente cuanto menos curioso. Por un lado, los amantes de Los Planetas disfrutaron de uno de los mejores conciertos de los granadinos, con grandes temas que sonaron como Corrientes Circulares y Santos que yo te pinté aunque más de uno echó en falta Un Buen Día, Qué Puedo Hacer y Pesadilla en el parque de atracciones. Pero Son Los Planetas y pueden hacer lo que quieran. Pero en esta ocasión también hay que destacar que se vivió un concierto de calidad, con una técnica y sonido exquisito, y a pesar de su corta duración, suficiente para los más seguidores de la banda.
La mayoría de estos fans abandonaron el recinto de El Romeral cuando Los Planetas acabaron. Tenían claro cuales eran sus intenciones y con el show de Jota les era suficiente, no hacía falta más. Les daba igual que acto seguido era el turno para los ingleses Monarchy o Sidonie. Su mayor atractivo era ver a los granadinos seis años después en la Región y hasta acudieron personas de Alicante, Valencia, Almería y Albacete.
Sidonie levanta a todo un festival
Puede sonar a tópico mencionar el estribillo de su gran canción de El Peor Grupo Del Mundo, pero es totalmente necesario en esta crónica. Carreteras Infinitas es el fiel reflejo de la banda de Marc Ros, Jesús Senra y Axel Pí. Un Os Queremos para abrir el concierto, seguido por Nuestro Baile del Viernes, ya deja totalmente claro que solo la gente que más baile podrá aguantar el ritmo.
Se meten al público en el bolsillo en unos minutos, saben como interpretar cada una de las canciones, hacer reír a los seguidores y emocionarlos. Son unos golfos simpáticos, canallas pero entrañables. Es decir, perfectos para un sábado por la noche. Pero lejos de todo ello, de su gran puesta en escena, hay un motivo principal por el que están ahí, unas grandes canciones que tocan casi todos los estilos.
Son capaces de llevar a cabo una de las mejores psicodelia del país en Sierra y Canadá; el pop más auténtico en El Incendio; el rock más descarado en Os Queremos y por supuesto, temas para levantar a un festival, como Carreteras Infinitas, con recuerdo para Supersubmarina como ya es tradición.
El resto del festival también estuvo a la altura de las dos bandas que capitaneaban el cartel. Alien Tango y Cala Vento tocaron ante un público más reducido, obvio en las horas tempranas de la tarde o madrugada en los festivales, pero llegaron a ese sector del público que apostó por ellos y eso es lo importante para seguir creciendo. Neuman ya tuvo más gente disfrutando de sus temas y presentó de nuevo, esta vez en casa, que su próximo trabajo se presenta de lo más interesante.
Balance de la nueva edición
La nueva edición del B-Side Festival deja un gran sabor de boca en cuanto a las actuaciones de los grupos. La organización ha dejado claro que su objetivo es que las bandas sean de nivel y que vayan al festival por primera vez, como bien ha ocurrido este año.
Sin embargo, el único pero que se le puede sacar al festival fueron las colas en los aseos y en ciertos momentos en la taquilla. Las barras respondieron perfectamente y son errores para tomar nota y aprender en próximas ediciones. También es preciso tener en cuenta que la empresa organizadora, Wild Punk, se estrenaba por primera vez tras el cambio de adjudicación en el festival y además estrenaba recinto, El Polideportivo El Romeral por el Estadio Sánchez Cánovas que está mucho mejor comunicado y con un aparcamiento más amplio.
