Galicia ha sido el escenario de un nuevo caso de violencia de género en España. Una mujer de mediana edad, vecina del municipio lucense de Becerreá, ha muerto en la tarde de este jueves a manos, presuntamente, de su compañero sentimental y en presencia de sus dos hijos menores de edad. Uno de ellos, además, ha resultado herido leve por el rebote del disparo efectuado.
Fuentes de la investigación han afirmado que el supuesto asesino trató de huir hacia un monte cercano, aunque se entregó poco tiempo después en el cuartelillo de la Guardia Civil tras ser convencido por el teniente de alcalde de la localidad gallega, que contactó con él vía telefónica. El político ha confirmado que el hombre, de 29 años, le confesó el crimen en dicha llamada.
Es la novena víctima por violencia de género en lo que va de año
El arrestado permanece en los calabozos de la Guardia Civil de Becerreá, y de él no constan antecedentes penales ni tampoco alguna denuncia por malos tratos, lo que vuelve a evidenciar el carácter imprevisible de este tipo de sujetos.
Esta es la primera víctima por violencia de género en la comunidad gallega en este año 2016, que apenas acaba de comenzar. A su vez, es la primera mujer asesinada en el mes de febrero, tras un mes de enero especialmente cruento, en el que murieron ocho mujeres, supuestamente, a manos de sus parejas o ex parejas. Es un drástico repunte con respecto a los últimos años ya que desde el 2011 y el 2012 no morían tantas mujeres en un mes de enero.
Precisamente sobre esta nueva tendencia alcista en la violencia de género, VAVEL ha tenido el honor de hablar con el periodista de El Mundo, Rafael Álvarez, encargado de las informaciones sobre el machismo y sus efectos. Ha evidenciado una cierta debilitación en la lucha contra la violencia machista e incluso "una desaparición en la agenda política de los asuntos de igualdad y de violencia de género".
Rafa Álvarez: "A la tolerancia se le ha acabado la paciencia"
También cree que el discurso contra el feminismo "se está apuntando, con un lenguaje más cuidado y más estructurado, a cuestionar los avances en igualdad y contra la violencia de género". Y sentencia: "A la tolerancia se le ha acabado la paciencia". También tiene claro que el neo-machismo se está instalando incluso en las redacciones de los medios de comunicación: "Cuando hablas de violencia de género, de hombre contra mujer, se producen ciertos rechazos internos que antes no se producían".
Sobre si la crisis económica ha podido tener algo que ver en el incremento de la violencia machista, Álvarez opina que, ciertamente, ha tenido ciertos efectos en las políticas de igualdad, sin embargo deja claro: "La oposición al feminismo es mucho más antigua que las crisis capitalistas". Además, comenta que, a diferencia de la crisis económica, que algún día se acabará, él no ve que el machismo se vaya.
En cuanto a la labor profesional del periodista a la hora de informar sobre la violencia de género, el redactor de El Mundo considera que es necesario insistir en el discurso y en la información al respecto y termina: "Había formas de presentar la violencia de género que tendrían que adoptarse y no se ha hecho. Yo creo que lo conseguiremos, pero si todavía no se ha conseguido eso, tardaremos mucho tiempo".