Un centenar de examinadores de tráfico se han reunido durante la mañana del miércoles ante la sede de la Dirección General de Tráfrico (DGT) en Madrid para exigir más seguridad y menos carga de trabajo en su jornada laboral. Esta acción se incluye dentro de la huelga parcial que el colectivo está llevando a cabo desde el pasado 14 de septiembre.
El portavoz del sindicato convocante CSIF, Manuel de Santiago, ha explicado que la DGT les ha convocado para una segunda reunión el próximo lunes 26 de octubre, en la que ambas partes esperan llegar a un acuerdo en los temas que actualmente están sobre la mesa.
Los examinadores solicitan no tener que informar a los alumnos del resultado de su examen.
En primer lugar, los examinadores solicitan no tener que informar del resultado del examen práctico a los alumnos en ese mismo momento, alegando lo peligrosas que pueden llegar a ser las reacciones de los suspensos, por lo que proponen que se haga al final de la jornada o al día siguiente a través de intenet. Sin embargo la DGT ha planteado una solución menos radical: dar una explicaciones claras sobre el examen al alumno, tal como exige la normativa europea al respecto, pero que el "acto" o "no acto" se comunique más tarde y a través del profesor. El portavoz del sindicato de examinadores considera que "así, lo único que cambian son los actores, pero el peligro potencial está ahí", por lo que no están de acuerdo con esta medida.
Respecto a la carga de trabajo, los examinadores quieren que se rebaje el número máximo de pruebas diarias de 13 a 12, ya que aseguran que emplean unos 40 minutos en cada alumno y necesitan descansar cada dos horas "como cualquier condictor". En este sentido, la DGT asegura que en la mayoría de comunidades autónomas los examinadores tienen asignados 12 examenes al día, pero que en los lugares con "escasez de personal" se atribuyen 13 pruebas que "entran dentro del horario laboral del examinador", según declara el secretario general de Tráfico, Cristóbal Cremades.
Si cada examinador hace una prueba menos al día, se perderían 150.000 exámenes al año.
Asimismo, Cremades ha asegurado que si cada examinador hace un examen menos al día, se perderían 150.000 pruebas al año, y siguiendo esta línea ha desmentido las cifras realizadas por el sindicato durante la huelga; mientras el CSIF mantiene que se han visto afectados 60.000 exámenes, la DGT establece que han sido 37.000 las pruebas aplazadas.
Por otra parte, los examinadores piden aumentar la plantilla y "ajustar las retribuciones" puesto que, según ha dicho Manuel de Santiago, la propia DGT acepta que "se trata de un colectivo mal pagado".
Desde CSIF han señalado que la jornada de huelga ha tenido un seguimiento que ronda el 90%, lo que supondría diez puntos más desde el momento en que se inició la huelga.
La DGT por su parte, ha pedido a traves, que se desconvoque la huelga "por responsabilidad" dado que están causando daños desporporcionados a una parte de la ciudadanía y ambas partes están "de acuerdo en la mayoría de puntos que reivindican".
