La alcaldesa de Madrid ha anunciado esta mañana junto a la delegada de Medio Ambiente, Inés Sabanés, el acuerdo verbal al que ha llegado con las contratas de limpieza madrileñas por el cuál se paralizarán los ERTE a partir del 1 de octubre y se contratarán 500 barrenderos que se incorporarán como máximo a mediados de mes. Serán las concesionarias las que se harán cargo del coste de las contrataciones, es decir, no supondrá ningún gasto para el Ayuntamiento.
De estos 500 empleados, una parte comprende a trabajadores afectados por los ERTE y otra a nuevas contrataciones por parte de las empresas. Además, Manuela Carmena espera contar en los próximos meses con otros 200 barrenderos procedentes de los contractos en prácticas de la Agencia para el Empleo, “que impulsará prácticas laborales remuneradas en programas mixtos de formación teórica y prácticas en las empresas”. Así pues, se acrecienta una plantilla que se había visto reducida un 40% -de 6.315 a 3.904 trabajadores- en los dos últimos años.
Negociaciones
Carmena y Sabanés han coincidido en que la responsabilidad de la situación de emergencia que vivía Madrid era tanto de la Administración como de las empresas. La alcaldesa recordó que el contrato vigente hasta dentro de ochos años tenía como primera obligación la de limpiar y para demostrar a las concesionarias que esta condición no se estaba cumpliendo satisfactoriamente realizó inspecciones por sorpresa. Es por ello que las adjudicatarias se han mostrado dispuestas a contratar más gente. Se juegan su “prestigio”, explicó la regidora.
Plan de limpieza intensivo
Manuela Carmena ha reconocido que Madrid está sucio y con el fin de resolver la situación ha impulsado un plan de limpieza intensiva que contará con 147 actuaciones cuyos resultados “deberían empezar a notarse para Navidad”, según su cálculo. Este plan intensivo irá de la mano de un amplio plan de concienciación ciudadana.
Plan de concienciación ciudadana
El gobierno de Ahora Madrid pondrá en marcha también una campaña de información y concienciación ciudadana con la finalidad de que los madrileños contribuyan mediante la colaboración al mantenimiento de los barrios. “Hay que tener conciencia ciudadana de los espacios públicos. No podemos fumar un cigarrillo y dejar la colilla en la acera o tirar latas por la calle”, afirmó la alcaldesa esta mañana.
Este plan de concienciación, que arrancará en un par de semanas, tendrá un coste de 25.000€ y una duración de dos años. La campaña estará especialmente orientada a los jóvenes y se desarrollará en escuelas, institutos y universidades. El proyecto incluye también la incorporación de ceniceros en las vías públicas y la implantación de un sistema de retribución para aquellos que recojan residuos tirados en la calle.