Aumenta la violencia xenófoba en Sudáfrica
Un taxista sudafricano le tira piedras a un hombre en la ciudad de Johannesburgo / Foto: Marco Longari (AFP)

Este viernes en Johannesburgo se produjeron enfrentamientos entre manifestantes antiinmigración y la policía, que disparó balas de goma para dispersar a las multitudes. Muchos extranjeros tuvieron que cerrar sus tiendas por temor a saqueos. Varios negocios fueron incendiados, entre ellos un taller de coches propiedad de un nigeriano, que ha quedado totalmente calcinado.

El pasado jueves alrededor de 5.000 personas salieron a las calles de Durban, en la costa índica del país, para protestar por los ataques al grito de "¡Abajo la xenofobia" y "Una África unida". Es en esta ciudad portuaria donde se desató la ola de violencia xenófoba hace unas semanas, y donde murieron dos extranjeros y tres sudafricanos.

La sexta muerte ocurrió el miércoles en la ciudad de Verulam. Un extranjero de 58 años de edad sufrió un ataque en su casa y murió como consecuencia de las heridas. Al menos 112 personas han sido arrestadas en la provincia de KwaZulu-Natal por su participación en las reyertas. Los extranjeros, armados con machetes para defenderse, se quejan de que la policía no hace lo suficiente para protegerlos. 

Los sudafricanos culpan a los inmigrantes de la delincuencia y de la falta de empleo Actualmente, la segunda economía más avanzada del continente es el hogar de unos cinco millones de inmigrantes. Algunos políticos y ciudadanos locales acusan a los inmigrantes africanos y asiáticos de residir ilegalmente en el país, de cometer delitos y de quitarles los puestos de trabajo. Según cifras del gobierno, la tasa de desempleo en Sudáfrica ronda el 25%, mientras que el desempleo juvenil está cerca del 40%. 

Como consecuencia de la violencia, miles de personas han huido a refugios temporales, entre ellos el del grupo de ayuda 'Gift of the Givers', el cual asegura que unos 8.500 migrantes se han escondido esta semana en tiendas de campaña habilitadas por las autoridades o en estaciones de policía. Sin embargo, el número no incluye a los que se han ido a vivir con amigos o familiares.

El presidente sudafricano, Jacob Zuma, ha condenado estos ataques y ha llamado a la calma. "Los ataques violan todos los valores que encarna Sudáfrica, especialmente el respeto a la vida humana", declaró Zuma el jueves desde el Parlamento.

En 2008, más de 60 extranjeros perdieron la vida en unos disturbios similares. El rebote de la xenofobia ha conmocionado a un país orgulloso de haber vencido al apartheid y que ha tenido una transición relativamente pacífica hacia la democracia.

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