En rueda de prensa en Marsella, Robin ha subrayado que "no hay nada que haga pensar en un atentado terrorista" pero ha dejado claro que el copiloto tenía "la intención de destruir el avión" porque activó el botón para hacer que descendiera, no abrió la puerta al piloto cuando llamó para acceder y no respondió a ninguna de las llamadas por radio, todo ello mientras se le escuchaba una "respiración normal".
El fiscal ha explicado que sus conclusiones se basan en el análisis del contenido de la caja negra recuperada del avión siniestrado, el denominado registro de voces en cabina (VCR), que ya ha sido transcrito "minuto a minuto" por expertos de la Oficina de Investigación y Análisis de Francia (BEA) y que le ha llegado a la Fiscalía francesa en la noche del miércoles al jueves. La grabación contiene "los últimos 30 minutos" de sonido y voces en cabina.
Robin ha confirmado que el copiloto estaba solo dentro de la cabina en los últimos minutos de vuelo porque el piloto de la aeronave salió del habitáculo para ir al servicio. La grabación de la caja negra muestra en los primeros minutos al piloto y al copiloto hablando "de forma normal, bastante cortés" y, posteriormente, hay una conversación en la que el piloto transmite a su compañero el "briefing" del próximo aterrizaje en el aeropuerto de Düsseldorf.
Respuestas breves
En esa conversación, las respuestas del copiloto son "lacónicas", según ha dicho el fiscal, que luego ha aclarado que se refería a que son "breves", por lo que ha considerado que no se puede considerar "una conversación" como tal. "Esperábamos un diálogo, no una respuesta corta", ha señalado Robin.
Después de eso, el piloto le cede el mando de la aeronave y sale de la cabina, para ir al servicio y, cuando el copiloto se queda solo, manipula el botón del Flight Monitoring System (Sistema de Control de Vuelo) para "accionar" el descenso del aparato. El fiscal de Marsella ha subrayado que ese sistema para seleccionar la altitud de vuelo solo se puede accionar de forma "voluntaria".
Robin ha contado que en la grabación se oye continuamente al copiloto "respirar con normalidad", lo que "a priori" descartaría que sufriera algún problema de salud. Cuando el comandante de la aeronave vuelve, llama a su compañero desde un interfono, se identifica pero no tiene respuesta alguna del copiloto. "Llamó a la puerta y el copiloto no respondió", ha contado, antes de subrayar que en el audio se escucha "una respiración humana dentro de la cabina hasta el impacto final".
"El copiloto a priori estaba vivo", ha considerado, antes de explicar que no respondió ni a las llamadas a la puerta blindada de su compañero ni a las llamadas de radio ni tampoco activó un "transpondedor" que habría permitido que la aeronave se convirtiera en un avión "prioritario" para recibir ayuda.
El fiscal ha contado que también se activaron las "alarmas" que alertan de que hay que recuperar "el estado del avión" para evitar el impacto contra el suelo pero no hubo respuesta alguna del copiloto. Finalmente, el aparato tocó "un talud" y terminó estrellándose en la ladera de una montaña.
Los pasajeros “se dieron cuenta en el último momento”
Preguntado por la situación del resto de tripulación y los pasajeros, ha explicado que "solo se dieron cuenta en el último momento". "Los gritos solo aparecen en los últimos momentos", ha afirmado.
El fiscal de Marsella ha dicho que continúan buscando la segunda caja negra, la que recoge los parámetros de vuelo para poder analizar esos datos teniendo en cuenta la grabación ya analizada. En este sentido, se ha quejado de haber recibido más tarde de lo que esperaba la grabación de la primera caja negra y ha prometido mantener la transparencia en la investigación.
Sobre el copiloto, Robin lo ha identificado como Andres Lubitz, de 28 años de edad y de nacionalidad alemana y ha asegurado que tenía todas las certificaciones y que llevaba varios meses volando con aeronaves de la compañía, con "un centenar de horas en este aparato".
Preguntado sobre si va a modificar los cargos de su investigación, ha afirmado que, de momento, mantiene las indagaciones como un homicidio involuntario pero, en función de las pesquisas, podría cambiar su postura.