En esta segunda edición del informe 'La mejor vacuna', la Campaña de Acceso de Médicos Sin Fronteras (MSF) recopila más de 1.500 datos procedentes de entidades relacionadas con el sistema internacional de inmunización, entre ellas Unicef, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), gobiernos, empresas fabricantes de vacunas y los propios centros de abastecimiento de MSF.
Como ejemplo destaca que el precio más bajo disponible para la vacuna antitetánica, del que se beneficia Unicef, ha aumentado un 127% en los últimos 15 años; mientras que llama la atención que la vacuna neumocócica cueste 63,74 dólares (54,88 euros) en Marruecos, mientras que para Francia 58,43 dólares (50,33 euros), un precio menor teniendo en cuenta el PIB del país vecino.
Elder Kate: "Las vacunas que salvan la vida de niños no deberían ser un gran negocio"El informe, que recopila información sobre 16 vacunas clave en 13 países, "rompe el secretismo que rodea a los precios de las vacunas" y "expone algunas de las características del mercado que permiten el mantenimiento de precios altos, y examina qué factores pueden ayudar a rebajarlos".
"El precio por proporcionar el paquete completo de vacunas a un niño es hoy 68 veces más caro que hace tan solo una década, fundamentalmente porque las grandes compañías farmacéuticas han aumentado los precios a donantes y países pobres de aquellas vacunas con las que ya ganan miles de millones de dólares en los países ricos", explica Rohit Mapani, director de Políticas y Análisis de la Campaña Acceso a medicamentos esenciales de MSF.
“Elegir las enfermedades de las que proteger a los hijos”
"Nos encontramos situaciones irracionales en las que países en vías de desarrollo como Marruecos y Túnez pagan por la vacuna contra el neumococo un precio mucho más caro que Francia", revela Elder Kate, asesora de Políticas de Vacunas de la Campaña de Acceso de MSF, quien denuncia que "debido a los costes astronómicos de las nuevas vacunas, muchos gobiernos se enfrentan a la difícil decisión de elegir las enfermedades mortales ante las que pueden proteger a sus hijos".
MSF advierte, por otra parte, de que más de una cuarta parte de los países que actualmente son susceptibles de recibir fondos de los donantes a través de la Alianza Global para la Vacunación y la Inmunización, (GAVI, por sus siglas en inglés) perderán el apoyo de la organización a partir del año que viene.
Los precios que las farmacéuticas cobran a cada país no siguen una lógica claraAngola es uno de los países que se verá afectado por la pérdida de esta subvención en menos de un año. Solo en 2014, más de la mitad de los subsidios de GAVI para nuevas vacunas en el país africano se destinaron a la vacuna antineumocócica. Se estima que una vez que el país pierda la subvención, los costes aumentarán más del 1.500 por algunas de sus vacunas.
Del mismo modo en Indonesia se espera que se encarezca un 1.547% más; en Congo, un 801%; en Bolivia, un 703%; y en Honduras, un 309%.
"Los gobiernos necesitan ejercer presión sobre las compañías para que ofrezcan mejores precios a GAVI y a los países que apoya", afirma Elder, que cree necesario situar la salud pública por delante de los beneficios económicos. "Las vacunas que salvan la vida de niños no deberían ser un gran negocio", añade.
Recomendaciones de Médicos Sin Fronteras
A la pregunta de por qué son tan caras las vacunas, Médicos Sin Fronteras destaca una falta de transparencia sobre su coste real que contribuye a que "los países no puedan saber a ciencia cierta lo que van a pagar".
En este sentido, recuerdan que las farmacéuticas cobran precios distintos por el mismo producto según el mercado en el que lo estén vendiendo. "En teoría, se establecen precios más altos para países con MSF recomienda que fabricantes y gobiernos publiquen los precios que negocianmayores ingresos y precios relativamente más bajos para los países con menor renta. Sin embargo, el estudio de los pocos datos disponibles confirma que los precios que las farmacéuticas cobran a cada país no siguen una lógica clara", argumenta.
La ONG recomienda que fabricantes y gobiernos publiquen los precios que negocian. "Al poder compararlos, los gobiernos estarían en una mejor posición para llegar al mejor acuerdo posible, haciendo un uso mas inteligente del dinero de los contribuyentes en la compra de vacunas tanto para su uso domestico como para sus programas de ayuda internacional".
Asimismo, recomienda realizar pedidos conjuntos. "La compra en grupo por parte de varios países se traduce en una mayor demanda de vacunas, lo que otorga un mayor poder de negociación"; y reforzarse el seguimiento de los precios de las vacunas, "con el fin de detectar variaciones, y así permitir que los compradores dispongan de más opciones, puedan comparar y consigan precios más justos".
Finalmente, debe acelerarse la entrada de fabricantes nuevos, "en especial aquellos con costes de fabricación más reducidos, por medio de la transferencia de tecnología y el acceso a las licencias. Solo con una competencia real entre múltiples fabricantes podrá lograrse un abaratamiento significativo de las vacunas".