No es ninguna ilusión óptica: cada día hay más negocios chinos en España. Tal como publica hoy Europa Press, en solo seis años han abierto el doble de tiendas de las que antes había. En total, durante los años de la crisis ha subido un 44% la afiliación de trabajadores del país asiático a la Seguridad Social. Es el país extranjero que más ha crecido en el territorio nacional español después de los bolivianos, de los que hay un 18% más en el mismo plazo de tiempo.
De ese 44%, unos 91.554 afiliados, la mitad son autónomos. La diversificación de sus negocios también ha crecido: mientras que antes solo eran tiendas donde vendían de todo, ahora hay tiendas textiles, de alimentación e, incluso, peluquerías.
Aunque China no es el país que más trabajadores aporta a España. De todos ellos, Rumanía se lleva la palma con más de 270.000 afiliados, seguida de Marruecos con 183.000. El país asiático queda en tercer lugar, justo por delante de Ecuador. El primer país de la Unión Europea lo encontramos en el cuarto lugar, con 66.411 afiliados.
El mito de los impuestos
A comienzos de este año, muchos medios de comunicación publicaron que los establecimientos chinos no pagaban impuestos. Casi de forma inmediata, Hacienda desmintió estas afirmaciones y afirmó, a través de Carlos Cruzado, el presidente del Sindicato de Técnicos de Hacienda, que cumplían “tanto con el IVA como con el IRPF”. La única diferencia existe en un acuerdo bilateral entre España y China, gracias al cual los establecimientos chinos con sede en España (y viceversa) solo pagaran impuestos en uno de los dos países.