Hace treinta años una niña de pelo dorado abría, por primera vez, sus ojos ante el mundo. Desde 1984, Scarlett Johansson ha cosechado una vida llena de éxitos tal y como si de una película se tratara.
Como icono de sensualidad y con un cierto parecido a Marilyn Monroe, la actriz ha sabido conllevar su fama y su vida personal de forma discreta, sin grandes escándalos y con, sobre todo, mucha elegancia.
Tras la joven de trece años que obtuvo su primer papel en El hombre que susurraba a los caballos tan solo quedan sus rasgos aniñados, su melena rubia y su tez pálida. Treinta años más tarde, Scarlett es una mujer feliz al lado del periodista francés Romain Dauriac y madre de una niña, la pequeña Rose Dorothy.
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Toda una alfombra roja de vida que la ha hecho ser, en todo momento, el blanco de miradas tanto en el sector cinematográfico como en el mundo de la moda.
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Scarlett Johansson vive el momento más dulce de su vida, entre la madurez y la juventud sus treinta años hacen que la actriz se reafirme como profesional y como persona.