Alerta en la isla africana de Madagascar por un brote de peste bubónica que persiste en la isla desde agosto. Ya hay más de 40 personas fallecidas y se han registrado 120 contagios en las últimas semanas. En la capital, Antananarivo, predomina la desinformación ante la enfermedad. Este tipo de peste puede tratarse con antibióticos si se detecta en una fase temprana.
El contagio suele producirse a través de roedores con pulgas infectadas con el patógeno. Las ratas en este caso son la causa más probable de esta rápida propagación, ya que han invadido la isla debido a la deforestación y a un deficiente sistema de alcantarillado y de recogida de basura en las calles. Esto, unido también a la debilidad del sistema sanitario, podría desembocar en una grave epidemia. Por el momento la Organización Mundial de la Salud no ha aconsejado ningún tipo de restricción comercial. Las fronteras se mantienen también abiertas a los turistas.
El año pasado expertos de la Cruz Roja y del Instituto Pasteur advirtieron que se produciría una epidemia en la isla, a menos que se atacara la enfermedad y se controlara su expansión. Los expertos señalan que se trata de un agente bacteriano muy similar al de la conocida Peste negra del siglo XIV que acabó con un tercio de la población mundial, sin embargo, los avances en la medicina hacen esta enfermedad mucho menos mortífera y más controlable. A diferencia de la gripe, la bacteria que provoca la peste bubónica muta muy lentamente.