1939. Los alemanes han invadido Polonia con un objetivo: comenzar con la “solución final a la cuestión judía”. Sin embargo, Stella es una niña perteneciente a una acomodada familia de origen judío que desconoce el significado de la guerra. Lo único que sabe es que, repentinamente, es desalojada de su hogar para instalarse en una horrible vivienda del gueto de Cracovia.
Sin embargo, Stella y Bubi se ven obligados a separarse cuando la familia de Stella es deportada al campo de concentración de Plászow, cuyo comandante es el oficial Amon Göth. Allí, la familia es separada y el horror nazi se cierne intensamente sobre Stella y su madre, Tusia. Por error, ambas son destinadas al campo de exterminio de Auschwitz, donde Stella descubre cómo se puede corromper el alma humana. Su única salvación viene de la mano de un nombre: Oskar Schindler.
“-¡Hombres! ¡Nada existe! ¡No hay Dios!”
La protagonista narra en primera persona su experiencia personal de lo que fue el Holocausto, el intento de exterminio de los judíos en Europa. Su estilo narrativo carece de retórica y de cualquier simbolismo que pueda aislar al lector de la dura realidad del pasado. La propia Stella Müller indica que la obra está dedicada a “su prójimo”; es un canto al recuerdo de todos aquellos judíos que perecieron bajo la represión nazi.
STELLA MÜLLER-MADEJ
Stella nació el 5 de febrero de 1930, en Cracovia, en el seno de una familia adinerada de origen judío. En 1941 fue deportada, junto a su familia, al gueto de Cracovia y de allí, un año después, al campo de concentración de Plászow. En 1944 fue enviada a Auschwitz pero, debido a la ayuda de sus familiares, logró ser incluida en la “lista de Schindler”. En la fábrica de Brünnlitz trabajó junto al resto de judíos hasta que, en 1945, ella y su familia son liberados por el ejército soviético.
Stella tuvo dificultades para adaptarse a la vida civil e iniciar su aprendizaje, aunque finalmente logró terminar la secundaria. Ha sido operada cinco veces de la columna vertebral por los fuertes daños que sufrió en Auschwitz y durante muchos años ha seguido un serio tratamiento.
En 1954 contrajo matrimonio y, cuatro años después, decidió irse a vivir a Estados Unidos, aunque posteriormente volvió a su ciudad natal. En “La niña de la lista de Schindler”, traducido a nueve idiomas, Stella plasma sus recuerdos sobre el Holocausto con la finalidad de dejar una huella en la memoria humana y que su historia no se repita jamás.