Han pasado casi trece años desde que Camilo José Cela dejaba vacío el sillón que albergaba la letra Q en la RAE. Licenciado en medicina, político y periodista de profesión, destacó ante todo por su amplio dominio de la lengua castellana. Obras como “La familia de Pascual Duarte” o “La colmena”, ambas de tema existencialista, son las más destacadas. No obstante, este premio nobel también cultivó la fábula y el cuento.
Su característico humor así como su fuerte temperamento hicieron de este escritor uno de las personalidades más reconocidas de la literatura española. Aquí una recopilación de sus frases más célebres:
“Lo malo de los que se creen en posesión de la verdad es que cuando tienen que demostrarlo no aciertan ni una”.
“No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo, porque no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo”.
“Cuando las deudas no se pagan porque no se puede, lo mejor es no hablar de ellas y barajar”.
“La más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir”.
“La muerte llama, uno a uno, a todos los hombres y a las mujeres todas, sin olvidarse de uno solo -¡Dios, qué fatal memoria!-, y los que por ahora vamos librando, saltando de bache en bache como mariposas o gacelas, jamás llegamos a creer que fuera con nosotros, algún día, su cruel designio”.
“La duda, esa vaga nubecilla que, a veces, habita los cerebros, también puede entenderse como un regalo. Y no es -lo que queda dicho- una aseveración, ya que, sobre ella, tengo también mis dudas”.
“En ocasiones pienso que el premio de quienes escribimos duerme, tímido y virginal, en el confuso corazón del lector más lejano”.
“Pensar en viejo me abruma y, sin embargo, pensar en joven, en sano y arrogante joven, me parece tan insípido…”.
“Para escribir sólo hay que tener algo que decir”.
“Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera”.