Son muchos los acontecimientos que han afectado al mundo del deporte por la crisis, sobre todo a nivel local y no profesional. Sin embargo, uno de los efectos menos conocidos de la crisis, es el descenso meteórico de practicantes del golf, deporte que por sus características, marcaba una relevancia en empresas que se dedican al equipamiento deportivo, tales como Adidas. El gigante alemán ha olvidado definitivamente sus predicciones de beneficios sobre este deporte. El impacto del golf en la economía de estas empresas ha descendido. En Nike, el día que se anunciaron las previsiones, el precio de sus acciones bajaron un 2,6 %. Las ventas de TaylorMade, la sucursal de golf de Adidas, descendieron un 18 % en el segundo trimestre de 2014. Callaway Golf, otro de los enormes fabricantes, anunció pérdidas del 7 %. Los jugadores habituales de golf descendieron en un 3,4 % el segundo trimestre de 2014. Dick Sporting Goods despidió a más de 500 trabajadores. La evolución de Calloway Golf comparada con la bolsa es la siguiente:
Los problemas son un paralelismo de lo ocurrido con la crisis. Las grandes empresas deportivas invirtieron mucho dinero en la venta de ropa para el golf, un deporte que exige una vestimenta específica, exclusiva y un equipamiento deportivo abundante y complejo. No todos los campos de golf tienen un código estricto, pero por ejemplo, el campo de Vancouver exige pantalones largos de golf, calcetines y zapatos específicos. Los pantalones pueden costar entre 75 y 125 dólares, cantidad poco asequible para las clases medias que han perdido poder adquisitivo.
Según Jack Nicklaus, uno de los problemas del golf ha sido el encarecimiento del equipamiento, y el alejamiento de las clases medias por las complicaciones en el reglamento y dificultades en encontrar horarios para jugar.
La caída del tigre
Uno de los últimos iconos del deporte fue Tiger Woods, quien es todavía el segundo deportista tras Roger Federer con más beneficios por el uso de su nombre personal, el cuarto en ingresos totales y el sexto mejor pagado, pero su carrera se ha visto lastrada por escándalos extradeportivos y lesiones, que le han hecho perder algunos contratos, pero aguantando el tirón de estar entre los diez mejores pagados. De los 61 millones de dólares generados por Woods en 2013, tan sólo poco más de 100.000 fueron por sus actuaciones en el campo de golf. Rory McIlroy, el llamado a ser su sucesor, genera algo más de 24 millones de dólares, todavía lejos del tigre.
El tener bajo sus filas a Tiger Woods y McIlroy hace que Nike, con 789 millones de dólares en ventas, mantenga las cifras de 2013, mientras otras empresas como Dick Sporting Goods han descendido desde los 47 dólares acción hasta los 43. Adidas ha decidido cancelar sus previsiones de cara a final de año, mientras consiguió más de 1.000 millones de dólares en 2013.