Sin duda alguna Kate Moss se encuentra en uno de sus mejores momentos. Dejando atrás viejas adicciones y escándalos, la supermodelo ha hecho de sus años de experiencia su principal reclamo para las firmas. Sus medidas de escándalo, sus rasgos felinos, esa mirada penetrante y esa melena desaliñada siguen cautivando a los que vivieron sus comienzos dentro de la industria y a nuevas caras que deciden catapultar su fama de la mano de Moss. Sus recién cumplidos cuarenta le han hecho plantearse nuevos horizontes que cursar dentro de la competitiva industria de la alta costura.

Hace un par de semanas adelantábamos la colaboración de la británica con Cara Delevigne para Burberry. La fusión de las nuevas generaciones y las más veteranas se hizo patente a raíz de la nueva campaña de la casa. Esta vez el proyecto va mucho más allá, con Kate a la cabeza de la última línea de TopShop.

(Foto: www.buro247.com)

(Foto: www.refinery29.com)

Y es que es precisamente a esta experiencia profesional a la que recurren buena parte de las marcas que han trabajado con ella. Siete largos años, resumen la colaboración de la modelo con TopShop, tiempo que le ha servido para enmarcar su estilo desenfadado y casual dentro de los iconos de la moda. Es ahora cuando ha decidido comercializar su sello de identidad con una promoción y diseño propio. El predominio de los tonos oscuros, telas brillantes y fiesteras, flecos ochenteros y faldas sugerentes y provocativas, esta es la apuesta de la británica para la primavera/verano 2014. La sensualidad de las instantáneas que protagoniza dejan latente el espíritu y esencia de esta colección, que sin duda alguna se encabeza como uno de los proyectos más ambiciosos hasta la fecha de Moss.