Hija de unos comerciantes ambulantes y criada  por su madre tras el abandono de su progenitor, Gabrielle Bonheur Chanel fue educada en un orfanato de monjas tras la muerte de esta. Entre sus lúgubres y enmohecidas paredes nadie se imaginaba que estuviera la creadora del glamour. Es probable que ahí residiera la clave de su triunfo. En el convento le enseñaron a coser y en sus ratos libres se escondía a leer cómics de heroínas. Así quedaba reflejado el espirítu independiente y rebelde de una niña cuya vida la veía en dos colores: blanco y negro. 
 

"La soledad ha formado mi carácter, que es malo; endurecido mi corazón, que es orgulloso, y mi cuerpo, que es resistente." Tras cumplir veinte años, Gabielle junto a su hermana Adrienne fueron recomendadas para trabajar en una mercería como costurera. No obstante, muchas clientas de la casa Grampayre acudían a su pensión directamente para  realizar sus vestidos. Para ganar un dinero extra, debido a los paupérrimos salarios de la época, los domingos trabajaba en un taller de sastre arreglando los uniformes de los oficiales del regimiento de caballería. Gracias a esto, conoció al que sería el primero de sus muchos idilios:Étienne Balsan; y en el que vio la oportunidad de ascender socialmente. Tren que no dudó en coger y que le permitió codearse de grandes personalidades y sobre todo, conocer al que sería el gran amor de su vida y el impulsor de su trayectoria profesional: Arthur Capel, más conocido como Boy. Abandonó la finca en Royalieu en la que había estado viviendo desde que conoció al militar para instalarse en París. 

Boy le prestó dinero con el que montar una tienda de sombreros. Estos, que eran hechos por ella misma, tuvieron un éxito inmediato. Tan solo tres años después de la apertura, ya obtenía beneficios. La ciudad del amor le estaba brindado el camino hacia la felicidad. 
 

Por fin era una mujer independienteCon el estallido de la 1ª Guerra mundial, la joven diseñadora montó una tienda el Deauville, lugar de veraneo de millonarios y aristócratas.  Su personalidad innovadora  y creativa la llevaron a apostar por la ropa deportiva y de baño. De hecho, años atrás, cuando practicaba hípica ya utilizaba ropa de hombre para montar a caballo.  Su objetivo era liberar el cuerpo de la mujer, imponer una moda práctica y cómoda. La marca Chanel se asocia con la revolución femenina: el traje chaqueta, que fue y será atemporal; la piel bronceada, el pelo corto, la imposición del color blanco y negro como símbolo de la elegancia, y el primer perfume hecho por un personaje público: Nº5 con motivo de su cuarenta cumpleaños. 

 En el fondo de aquel espirítu libre e intrépido se escondía un alma corroída por su triste pasado, haciendo de la diosa de la moda una mujer sin risa ni color. La muerte de Capel a causa de un accidente de tráfico hizo una brecha en su corazón que no cerró jamás. Por lo que respecta al resto de sus romances, estos fueron de lo más variopintos. Desde el compositor Ígor Stranvisnky, pasando por el duque Dimitri Parlonovich (emparentado con los Romanov), incluso era una de las aspirantes al título de duquesa de Westmister. Le gustaba codearse con intelectuales del momento y frecuentar los cafés parisinos con los que poder estar en contacto con las vanguardias del momento. 
 
La creadora más influyente del siglo XX fue galardonada con un Oscar por vestir a las actrices de Hollywood durante la crisis económica de los 30. No obstante, tras el inicio de la 2º Guerra Mundial, cesó su actividad, no se veía capaz de adaptarse a las necesidades de la mujer de los años 40. Durante esos años se refugió un hotel junto a varios comandos militares nazi, siendo acusada de colaboracionista. 
 
Al margen de todo esto estaba Chistian Dior en su pleno apogeo y cuyos diseños se imponían entre las mujeres. Chanel, luchadora innata, reabrió su casa de modas en 1954 con más fuerza y ahínco. Era perfeccionista en extremo y  sabía captar muy rápido las necesidad de innovar.
 
El 10 de enero de 1971, a los 87 años murió. Más de tres cuartos de siglo de vida que sirvieron para demostrar al mundo cómo cosificar la sencillez y la elegancia  en una prenda, una emprendedora que luchó contra los convencionalismos, para crear a una nueva  mujer. 
  
 "La moda no existe sólo en los vestidos. La moda está en el cielo, en la calle, la moda tiene que ver con ideas, la forma en que vivimos, lo que está sucediendo."