Han sido muchos los profesionales que han visto en WhatsApp una herramienta más para captar clientes. Restaurantes que reservan mesas a través de WhatsApps, programas de radio que permiten que se les envíen mensajes gratuitos para leer en directo, servicios a domicilio y un largo etcétera de aplicaciones que sirven para aumentar las ventas, pero ¿y las grandes marcas?
Los últimos datos que confirmó Jan Koum, uno de los socios fundadores de la plataforma, confirmaban que la aplicación puede superar los 11.000 millones de mensajes diarios a nivel mundial y que sólo en España ya se superan los 20 millones de usuarios, es decir, casi el 50% de la población utiliza el servicio de mensajería.
Con estas cifras por delante, parece lógico que WhatsApp despierte el interés en grandes marcas a nivel mundial para conseguir publicitarse de alguna manera, pero desde la compañía siempre se ha apostado por un servicio sin publicidad intrusiva que incomodaría la usabilidad y la grata experiencia del usuario.
Pero la libertad del uso de la plataforma mensajera hace que la creatividad pueda ser un punto a favor de las empresas, las cuales han decidido tomar cartas en el asunto.
Pringles, por ejemplo, fue una de las pioneras y consiguió una viralidad propia de una marca de su envergadura. Así, en una campaña en la que los usuarios deberían superar ciertos retos, se introdujo como prueba el envío de un mensaje – vía WhatsApp – a un teléfono de la compañía. Miles de mensajes llegaron al terminal; y con estos mensajes, miles de números de teléfono y datos personales de personas interesadas en el producto.
En este 2014 seguramente sean más las compañías que intenten darle uso a esta herramienta de bajo coste (menos de un euro anual) pero, sobre todo, seguirá creciendo el marketing de las pequeñas empresas que transmiten una mayor confianza y un trato más cercano.