El experto en Inteligencia Artificial (IA) de la NASA, Graham Mackintosh, en una conferencia impartida el pasado 28 de febrero de 2024 en la Ciudad de México destacó cómo la tecnología está remodelando el futuro y modificando áreas de la experiencia humana previamente inexploradas.
¿Es posible conciliar los principios fundamentales de la ciencia con las creencias religiosas?
Por poner un ejemplo, y con la intención de profundizar en las capacidades tecnológicas para los próximos años, Caption Health (modelo de IA de la NASA) monitorea la transmisión de ultrasonido y proporciona indicaciones visuales con el fin de optimizar los clips de examen durante la exploración espacial humana. Por otro lado, tenemos a una institución milenaria como la Iglesia haciendo uso de la IA para entender y explicar a los feligreses el pasado de la religión católica. En el 2023 Longbeard (empresa de tecnología con sede en Roma) desarrolló un programa de Inteligencia Artificial llamado “Magisterium AI” (entrenada con información del Magisterio eclesial) donde se propone resolver las dudas de los cada vez más inquisitivos seres humanos. Dándonos cuenta de que, mientras la visión de una se orienta hacia el futuro, la otra busca involucrar el pasado.
Mackintosh señaló que el impacto de la inteligencia artificial (IA) está directamente ligado a su aplicación, lo que plantea un dilema entre conocimiento e ignorancia. Mientras que la Iglesia expresa su preocupación por un dilema ético entre la conciencia y la impersonalidad de esta herramienta, como destacó el Papa Francisco durante su discurso en la Jornada Mundial de la Paz 2024.
Mackintosh también resaltó que la tecnología actúa como un amplificador de las características humanas. Mientras que la NASA enfoca sus esfuerzos en la educación, la salud y la exploración espacial, la Iglesia se cuestiona sobre la deshumanización de las decisiones impulsadas por la IA, el Papa expresa su preocupación por el alejamiento de la intervención humana en la ejecución de planes, dejando todo a cargo de algoritmos, lo que podría llevar a la pérdida de cualidades humanas como la compasión y la conciencia, aspectos que a menudo escapan a una comprensión científica completa. Por ejemplo la acción de presionar un botón para lanzar una bomba durante una guerra.
En el contexto de la obra literaria escrita en 1953 por Philip K. Dick llamada "La Segunda Variedad", se plantea una reflexión sobre la naturaleza de la comunicación entre máquinas, cuyo propósito central es la aniquilación de otras formas de vida. Cito textualmente: "La bomba. Fabricada por la segunda variedad para destruir a las demás variedades. Fabricada con ese único objetivo. Ya empezaban a idear armas para combatir entre sí"; lo que sugiere la creación de armas letales por parte de estas máquinas, sin una capacidad de comunicación entre las mismas que les permita discernir entre objetivos.
En esta narrativa de ciencia ficción, se plantea un escenario donde las máquinas agresoras atacan indiscriminadamente a cualquier forma de vida, sin considerar su identidad. Lo anterior conduce a la pérdida de distinción entre humanos y máquinas, así como entre entidades conscientes y no conscientes. En este sentido, la obra reflexiona sobre la creación de una realidad donde la comunicación y la identidad se diluyen en un conflicto sin tregua entre diferentes formas de existencia.
Por primera vez en la historia, los datos han superado la capacidad humana de procesarlos. Según Mackintosh, este fenómeno es asombroso, ya que constituye un hito sin precedentes en la evolución histórica de todos nosotros. Y es importante destacar que, para lograr los avances a través de la IA, tenemos que abordar los problemas sociales que representan amenazas para la humanidad.
Ahora, empezamos a ver la unión de los objetivos de la Iglesia con la ciencia. Pero no sólo la Iglesia como una institución o como una necesidad, si no como un ente “buscador” de la paz y bienestar colectivo. Tomar conciencia de la realidad con herramientas muy poderosas, como nunca antes existieron y diseñar programas y soluciones éticas y responsables en beneficio de una sociedad global. La problemática afecta todos los renglones de la vida cotidiana, medio ambiente, pobreza, inseguridad, etc. y ha quedado demostrado que hasta hoy ni Iglesia ni ciencia han sido capaces de encontrar y desarrollar un plan integral.
En este artículo se tomaron las opiniones de personajes destacados de la ciencia y de la moral sin invitar a posiciones radicales, situación que no favorece en nada la armonía social y el desarrollo.