Que España esté sumergida en una gran crisis económica en los últimos años es algo que ya no sorprende a nadie. El presupuesto de las familias ha bajado, el consumo ha bajado, y la crisis se ha acentuado. Pero, ¿dónde está el origen de esa crisis? ¿Qué sectores son los que agobian al Estado y, en consecuencia, provocan la opresión de los bolsillos de los ciudadanos de a pie?
El déficit económico en un país es un asunto determinante para que se desarrolle el correcto funcionamiento del mismo. Los políticos españoles, así como los que se encargan de Organizaciones Europeas, señalan en cada una de las conferencias la importancia de la reducción del déficit en los diferentes países. Sin embargo, no a todos los países se les exige la misma deuda pública que a otros. Se tiene muy en cuenta los estudios de los potenciales ingresos en cada uno de ellos, entre otras muchas cosas, tal y como se especifica a continuación.
Bases de la crisis
El déficit se podría definir como el resultado de una balanza de pagos cuyo resultado es negativo. Es decir, que el país ha gastado más de lo que ha ingresado. No obstante, se realizan muchos pronósticos previos antes de obtener estos resultados. Uno de ellos sería el conocido como el Doing Business, que es la capacidad que se presupone que tiene un país para llevar a cabo negocios. España en este apartado se encuentra en el puesto 46 en un ranking mundial de 189 países, cayendo cuatro con respecto al año 2012, y se cree que caerá hasta el puesto 52 en 2014, según estadísticas de datosmacros.com. Esto se traduce en que las dificultades del país para realizar negocios han aumentado, lo que es un hecho que influye negativamente en el déficit del país.
Pero a esta dificultad para negociar a nivel internacional se le suma la inflación de los precios de los bienes y servicios en España, recogidos en el Índice de Precios al Consumo (IPC), el cual se ha situado en septiembre de este 2013 en el 0,3%. Este año ha sido en el que se ha reflejado la menor subida de precios desde que comenzase la crisis, allá por 2008, a excepción del 2009 cuando se produjo una deflación de los precios de la cesta de bienes y servicios básicos, situándose en el -1,4%.
La mayor subida desde el mes de noviembre del año anterior hasta noviembre de 2013 se ha producido en el sector de las comunicaciones, con un incremento del 6,5% interanual y el mayor pico dado en enero (2,6 %). Esta subida en productos adquiridos por la sociedad es lo que se conoce como los impuestos indirectos, caracterizados por afectar al bolsillo de los españoles de una forma indirecta, condicionada al mayor o menos consumo de los ciudadanos.
Pero no es el único que tuvo un importante protagonismo en la economía española en el 2013, ya que la subida del impuesto del IVA a finales de 2012 provocó una "guerra de precios en el comercio”. Es decir, la subida de los impuestos directos e indirectos oprimió el pulmón de la economía de una sociedad. En consecuencia de la misma, se desató una reducción del consumo y un aumento de la desconfianza por parte de los españoles, contrarrestados por las políticas de rebajas en los precios de las distintas empresas comerciales a fin de ganar y mantener clientes de cara a su cuota de mercado respecto a los competidores. La disminución del 10,2% en las ventas minoristas en el mes de enero dispararon las alertas en el comercio español.
No obstante, esta recesión española terminó de forma oficial en el último trimestre del año, con el repunte del consumo de los hogares y, como consecuencia, la mejora de un 0,4 porcentual en el PIB español. Además José María Linde, Gobernador del Banco de España, aseguró en la Comisión de Presupuestos del Senado para explicar las cuentas de 2014 que en la primera parte del año el objetivo de déficit del 6,5% del PIB pactado por el gobierno es “alcanzable”.
Economía en el exterior
Si hay algo importante en la reducción del déficit español en este año ha sido el aumento de las exportaciones. España mejoró en la venta de productos al exterior en un 8,3%, lo que traducido a euros son 19.344,89 millones, tal y como trasmitió el Instituto Nacional de Estadística a finales del pasado mes de noviembre. Respecto al año 2012, el déficit comercial se reducía en un 16,1%, lo que se queda en los 2.581 millones de euros negativos en la balanza española. El tipo general del Impuesto de Sociedades de España (30%) está por encima de la media general, como es el caso de la OCDE (25,25%) y de la Unión Europea (22,6%).
De igual manera, se está reduciendo el gasto en personal con un efecto de 1.500 millones en lo que resta de año, y el agotamiento de las prestaciones por desempleo y la reducción de su generosidad hará que el gasto en prestaciones y en políticas activas se reduzca en otros 2.000 millones de euros. En este contexto, España sobrepasó el déficit que prometió del 6,5% hasta llegar al 7,2%, y con una deuda pública que ronda el 100% el valor del PIB español.
Ahora bien, si hay algo que llama la atención, al menos en un primer momento, es el hecho de que el referente europeo a nivel económico, es decir, Alemania, haya tenido un mayor incremento de precios en 2013 que España. Las estadísticas del país germano se sitúan en un 1,3% de subida de precios en los bienes y servicios producidos en el intervalo temporal entre los meses de noviembre del año anterior hasta el de este mismo año 2013. Es decir, Alemania cuenta con un 1% más de inflación sobre su IPC respecto a España. Sin embargo, desde Bruselas le permiten mantener y continuar con una deuda pública muy superior a la deuda Española.
Las estadísticas alemanas recogidas del año anterior -2012- reflejan una deuda de 2.160.193 millones de euros, es decir, más de dos veces la deuda española que se fija en 884.653 millones de euros. A pesar de esta diferencia en el saldo de ambos países, la constante vigilancia y control desde Bruselas se ha desarrollado en España y no en Alemania. ¿Por qué? La respuesta, resumida 'a grosso modo', podría simplificarse a los resultados del déficit en relación al PIB y las cotizaciones comerciales entre ambos países. Es decir, aunque la deuda es muy superior en el país germano que en España, el primero tiene potencial económico para avalar su deuda. De esta forma, se ha consolidado como el timón europeo en ámbito económico a día de hoy, y se ha ganado el peso que tiene actualmente en tanto en Europa como en el exterior del continente. Observando alguna de las estadísticas se ve dónde reside la fuerza económica Alemana en comparación con la española:
Países | España | Alemania |
PIB 2012 | 1.029.002 | 2.666.400 |
PIB III Trimestre2013 Per Cápita | 5.600 Euros | 8.400 Euros |
PIB III Trimestre 2013 | 255.353 | 688.500 |
Deuda 2012 | 884.653 | 2.160.193 |
Déficit 2012 | -109.572 | 2.380 |
Déficit (%) PIB 2012 | -10.60% | 0.10% |
Bolsa 24-12-2013 | 16,24% | 21,98% |
Paro 2013 | 26% (Aprox) | 5% (Aprox) |
Los numeros reflejados hablan por sí solos. La diferencia entre la producción española y la alemana ha sido abismal durante el último año, así como la producción de bienes y servicios por persona, en la que la ventaja de Alemania es enorme. Por último, destacan los porcentajes en el paro de los diferentes países, lo cual es una muestra evidente de la situación que se atraviesa en uno y en otro Estado y que, evidentemente, es causa directa de la diferencia de la producción, aumento de las subvenciones y, por tanto, del déficit del país.
Por último, y como dato relevante que une la asuntos de actualidad con la economía, cabe destacar el índice de percepción de corrupción. Este es un sistema de medición elaborado en el año 1995 con el fin de conseguir una mayor Transparencia Internacional, midiendo en una escala del 0 -más corrupto- al 10 -menos corrupto- el índice de corrupción de cada país. Observando los datos de cada una de los países que se incluyen, es curioso corroborar que coincide que a mayor potencial económico del país más bajo es el índice de corrupción, y como es natural ocurre también al revés: cuanto peor es la situación del país, mayor grado de corrupción.
A nivel nacional, y observando las estadísticas españolas de este índice que, evidentemente, también contribuye al déficit español, la caída de España en este ranking a raíz del año 2008 con la crisis ha sido gigantesco. En tan solo cinco años, España ha descendido 12 posiciones en el ranking, pasando de ocupar el puesto 28 a ocupar el puesto 40. No obstante, durante los primeros 4 años, hasta el año pasado, el descenso en el ranking se había mantenido variando entre dos o tres puestos, y ha sido en este 2013 cuando España descendió 10 puestos respecto a 2012 hasta situarse en el puesto 40.