Japón dio a conocer en el día de hoy los datos del PIB correspondientes al tercer trimestres de 2013 y estos han sido peor de lo esperado. Se esperaba que la economía nipona creciese un 0,5% respecto al segundo trimestre del año, pero la tasa ha sido del 0,3%. Si ampliamos la visión y nos referimos a términos anuales, la cosa no mejora, frente al 1,6% esperado, el dato oficial se quedó en el 1.1%, un 0,8% menos que el trimestre anterior.
Según el gobierno, la inversión de capital corporativo puede estar detrás de estos malos datos al registrarse un crecimiento nulo, después de que los propios mandatarios lo situaran en el 0,2%. El primer ministro consideró clave este componente para la mejora económica así como las subidas salariales que demandó a las grandes compañías, con la que se pretende impulsar el consumo de las familias. La importancia de este hecho se refleja en que el consumo privado representa el 60% del PIB.
Aunque, según algunos expertos, el incremento del consumo privado puede estar en peligro al esperarse una subida de tres puntos al consumo, hasta el 8%. Con la mira puesta en abril, la administración japonesa ya aprobó un plan de estímulo para evitar que la economía se estanque una vez se produzca la subida, 131.000 millones de euros serán inyectados para suavizar el impacto de la medida.
El gasto público ha sido, hasta ahora, el mayor aliciente para el crecimiento económico, de hecho, se mantiene en el 6,5% a día de hoy. A esto hay que añadirle los planes de inyección monetaria que mantiene el BOJ a través de la compra masiva de bonos con la que persigue acabar con 15 años de deflación y estancamiento.