Son dos de los mejores artistas del panorama musical español de hoy en día. Originales, talentosos, y con una dilatada carrera musical a sus espaldas, ambos han dado un salto cualitativo en sus últimos trabajos y ayer se recompensó su esfuerzo en la gala anual de los Premios Rolling Stone, que concede la revista más presigiosa de España en materia musical.
"Un eclipse total desde segunda fila, te asusta, pero no te importa. Alguien juega a salvarte la vida, con la estrategia de un predicador. Te conoce bien, te gana en las distancias cortas, con el estado de gracia de los últimos shows". Estas líneas están tomadas de Tenía que decírtelo, el que fue el primer single del último lanzamiento de Quique González, galardonado anoche como el mejor disco del año según la revista Rolling Stone, y saben, como tantas otras canciones del músico madrileño, al Dylan de la mejor época. González volvía a mediados de año con un más que esperado disco al que titulaba Delantera mítica en honor a los amigos de la infancia, esos compañeros leales con los que compartíamos asfalto y cuero en interminables partidos de fútbol.
Delantera mítica tiene ritmos yanquis, letras emotivas desde la característica ambigüedad de Quique González y, sobre todo, actitud, una actitud que recuerda a la de los grandes exponentes del blues de Nueva Orleans y que creíamos en aras de extinción. El autor de Aunque tú no lo sepas quiso repetir la fórmula de su anterior disco Daiquiri Blues, y para ello viajó de nuevo a Nashville, donde grabó por segunda vez en su carrera con el prestigioso productor Brad Jones. Pero si Daiquiri Blues, a pesar de contar con canciones muy elaboradas y de una factura exquista padecía de cierta falta de contundencia, González supo dar con la tecla con Delantera mítica. Daiquiri Blues duele. Delantera mítica te golpea primero y después sobrecoge.
Probablemente sea el mejor trabajo de Quique González, una figura que empieza a ser historia viva del rock español de culto y que sigue creciendo disco tras disco. Su voz, que cada vez tiene más matices, susurra y conmueve, gime y desgarra. Sus letras parecen palabras surgidas de la penumbra, y sin embargo dan luz al sentimiento de una época. González es, como los grandes artistas, un radiografista del tiempo que le ha tocado vivir.
Un nuevo Ferreiro
Iván Ferreiro es otro perfil de músico. Más cercano y sencillo, parece más alejado del concepto de artista mayúsculo y, sin embargo, tiene talento a espuertas. Rolling Stone le rinde merecido homenaje al nombrar como mejor canción de año su Pájaro azul, galardón quizá no del todo apropiado (incluso en el propio disco había canciones, como Solaris o Twin Peaks, mucho más redondas que ésta). Sin embargo, el galardón premia algo más que la canción en sí misma. Es un premio a la reinvención musical, a la atinada y celebrada decisión de Ferreiro de explorar géneros y ritmos más dinámicos que los que llevaba desarrollando desde que iniciara su carrera como solista tras la separación de Piratas. En Val Miñor - Madrid. Historia y Cronología del Mundo, publicado a mediados de Septiembre, Ferreiro se ponía en manos de Ricky Falkner, miembro de Standstill que en los últimos años se ha destapado como uno de los productores más brillantes de la escena independiente nacional, y vestía su canciones, muchas de ellas de temática inspirada en cine y series (mayoritariamente de ciencia ficción), con melodías pegadizas. El Pájaro Azul es una canción optimista, bailable, eminentemente alegre.
El resto de galardones se los repartieron entre Mala Rodríguez, que ganó el premio a mejor solista, Fangoria, designado mejor grupo, Izal, que fueron nombrados como mejor grupo revelación, Rosendo, que se llevó a casa el premio a “una vida de rock” y Pete Doherty, que fue distinguido con la mención de mejor artista internacional.