Extremoduro, en tierra de nadie
Extremoduro (Foto: RollingStone).

En 2008 alcanzaron la cima de su carrera con la publicación de la Ley Innata, un trabajo en el que la poesía castiza de Robe Iniesta, más sutilmente desgarradora que nunca, se cobijaba en una estructura musical que tomaba elementos de la tradición clásica. Supuso un hito en el rock español. Se abrazaban dos estilos que a priori parecían imposibles de aunar: el rock transgresivo español, que cosechó sus mayores éxitos en la década de los 80, y la música clásica. Poesía cercana y efectiva. Revolución desde el academicismo.

Desde entonces, los integrantes de Extremoduro parecen empeñados en buscar un lugar propio en el panorama musical actual sin mucho éxito. En 2011, Material defectuoso mantuvo ciertos elementos líricos, abarcando distintos géneros musicales como el tango y el flamenco. El de Plasencia y los suyos cumplieron con su público. Fue un disco bueno, que, a pesar de no estar a la altura del trabajo precedente, incluía grandes temas como Si te vas, Mi espíritu imperecedero o Tango Suicida.

Ahora, Extremoduro regresa con su Para todos los Públicos. Aunque la publicación del disco estaba prevista para el 19 de noviembre, la filtración de las canciones en la red ha obligado al grupo liderado por Robe Iniesta a adelantar la publicación del disco precipitadamente. Se trata de una obra que parece querer romper con la dinámica de los últimos trabajos y acercarse de alguna manera a sus orígenes, más urbanos y rockeros. Los seguidores más antiguos del grupo celebrarán la recuperación del lado más gamberro del grupo. Sin embargo, Para todos los públicos no está a la altura de sus discos más célebres. No tiene la fuerza ni el gancho de Canciones Prohibidas o Ágila, ni la bella factura de La Ley Innata.

A pesar de contar de nuevo con la colaboración del virtuoso violinista armenio Ara Malikian, su peso en este trabajo es mucho menor que en el de los dos anteriores. La guitarra de un hiperactivo Iñaki "Uoho" Antón en ocasiones resulta pesada y agobiante y, aunque Robe sigue estando tan acertado como de costumbre al aproximarse a la locura en sus letras, en ocasiones da la sensación de estar sumido en un estado de autocomplacencia que nos impide identificarnos del todo con su obra.

Con todo, y aún no siendo tan contundente como los que les hicieron célebres ni tan desgarrador como los dos últimos, es un disco con algunos puntos fuertes. El camino de las utopías es una deliciosa balada que los fans del grupo ya conocían, pero ahora podrán escuchar grabada en estudio. Además, la canción que abre el disco, Locura transitoria, es un temazo. Quizá la mejor noticia sea que el disco estará acompañado por una nueva gira. El grupo ya ha confirmado que dará conciertos en 2014.

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