El pasado jueves fue un día histórico en los mercados. Contra todo pronóstico, el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, decidía posponer el famoso tapering (retirada gradual de los estímulos monetarios) y que la institución prosiga con la compra de bonos estadounidenses. Los mercados se tomaron la noticia de la mejor de las maneras, con subidas en todos el mundo y en todos los índices que cotizan.

De este modo, Wall Street alcanzó récords históricos en todos sus indicadores, mientras que en Europa, el Ibex 35 recuperó los ansiados 9.000 puntos y el Dax alemán alcanzó cotas históricas también. Además, el euro se disparó hasta el 1,35 frente al dólar, con la consiguiente depreciación de la moneda norteamericana.

La deuda pública estadounidense también se vio favorecida, pues su rentabilidad cayó al 2,7% desde el 2,85%. Por su parte, el bono español bajó al 4,3%, mientras que el bund alemán descendió del 2% al 1,97%.

Aunque los mercados ya habían descontado este verano que la Fed comenzaría a reducir la cantidad de 85.000 millones de dólares que destina mensualmente a la compra de bonos estadounidenses en septiembre, no desaprovecharon la ocasión y se dieron un buen festín a costa de Bernanke.

Hombres del mundo financiero tan poderosos como Warren Buffet han dado su punto de vista sobre esta decisión a contracorriente. El millonario ha asegurado que la Fed es el hedge fund más grande de la historia, ya que con su programa de compra de bonos está generando unos ingresos anuales de entre 80.000 y 90.000 millones de dólares para el Gobierno estadounidense. Además, Buffet se ha sumado a las voces que piden a Bernanke que no se retire y permanezca por más tiempo al cargo de la institución monetaria.

Obama puede arruinar la fiesta

Todo este rally alcista del mercado puede verse frenado de golpe si Obama no lo impide. La semana que viene el Gobierno estadounidense comienza las negociaciones para fijar un nuevo presupuesto y un nuevo techo de deuda, y la tarea se espera ardua.

Los expertos creen que Obama tendrá que pelear duro con el Partido Republicano para conseguir sacar adelante un nuevo presupuesto, lo que puede penalizar a los mercados. Estas negociaciones se han convertido en habituales en Estados Unidos, algo que disgusta a los organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya presidenta, Christine Lagarde, ya ha dicho que estos temas deberían resolverse de otro modo para no afectar a la confianza del mercado.