Nunca una voz pudo generar tantas sensaciones como la voz de Leo Jiménez dentro de su trayectoria profesional, ya sea en los círculos más conocidos como Saratoga, Stravaganzza , 037 (ahora Zero3iete) o en su último disco Animal Solitario.
A propósito del último disco, presentado en este último año 2013, cabe destacar que su voz denota madurez y fuerza, y se puede apreciar en algunas de sus canciones la rabia contra el sistema que siempre han caracterizado sus letras. En concreto Tu triste soledad, que hace referencia a todas esas personas que creen que el dinero puede comprarlo todo. Una canción capaz de encender una chispa de ira ante todo aquello que vivimos día a día, como dirían Héroes del Silencio, la chispa adecuada.
No siempre es la ira el motor que mueve su música, aunque haya canciones de su nuevo disco y algunas del pasado que muestren esa cólera característica, podemos incluso recordar perro traidor o tierra de lobos, que cantó en Saratoga y que con su voz siempre indujo a rebelarnos. Una rebelión musical que ha mantenido desde sus inicios y que no ha perdido su vigor. Cuenta también con el desamor como gran fuente musical, mostrándose también en algunas de sus canciones como Qué tendrás o Tu destino, presentes en Animal Solitario, y haciendo referencia de nuevo a Saratoga, con otro ejemplo como es Rojo fuego, capaces de dejarnos en una posición reflexiva. Aunque por mucha fuerza que pueda dar un sentimiento negativo como es la ira, el rencor o el desamor, siempre tendrá más fuerza un sentimiento positivo, y el artista también lo tiene presente.
Se ha mencionado la ira, el rencor y el desamor, pero no hay que olvidar que hay algo más, y ese “algo más” es el amor, una palabra que ahora parece prohibida, que se ha olvidado en estos tiempos de celeridad y crisis, pues da la impresión de haber sido recortada del diccionario. Cabe mencionar a propósito del amor su canción Corazón salvaje y ese intento por conquistar un corazón ajeno, una muestra de amor y de esa necesidad que no debemos olvidar, por muy difícil que nos lo pongan.
El artista refleja muy bien el hecho fundamental de que somos animales solitarios a través de su voz, porque necesitamos luchar y rebelarnos, es cierto, pero no por ello debemos abandonar ese otro lado del camino y dejar de estrechar los lazos que nos hacen ser humanos.