La vida del señor Buffett no comenzó de cualquier forma, tan solo tenía seis años cuando comenzó a realizar sus primeras inversiones. El pequeño Warren quería ganar algo de dinero, así que compró chicles en el almacén de su abuelo y comenzó a venderlos puerta por puerta en las casas que se situaban en torno a la zona donde vivía.

"Podría no vender los otros cuatro. Demasiado riesgo, señora Macoubrie"Una vecina, la señora Macoubrie, le pidió un paquete y no el combo de cinco que él ofrecía. El joven dudó un momento, pero respondió que tenía que llevarse todo o nada. La señora no quería gastar tanto y le preguntó por qué no quería romper el envoltorio. El pequeño la miró a los ojos y respondió: "Podría no vender los otros cuatro. Demasiado riesgo, señora Macoubrie". Una respuesta que sin lugar a dudas era digna de una menta privilegiada para los negocios si tenemos en cuenta que en aquel entonces el hijo de Howard, un corredor de bolsa, tan solo tenía seis años de edad.

Los comienzos de un destino inevitable

Con sólo 16 años, y junto a otro compañero del Instituto, fundó la Wilson Coin-Operated Machine Company que basaba su negocio en reparar máquinas de pinball para después instalarlas en diversos establecimientos. La primera compra se hizo por 25 dólares y tras instalar la máquina esa misma noche ya había recaudado 4 dólares y ese fue el comienzo de su meteórica carrera como empresario. Con el dinero generado por este negocio se compró una granja en Nebraska por 1.200 dólares. También se dedicaba a recoger y revender pelotas de golf y a repartir periódicos, lo que le reportó un total de 9.000 dólares con los que pagó sus estudios en la Universidad de Nebraska.

"No quiero que mi hijo vaya a Wall Street"

Esas son las palabras que entonaba Howard, el padre de Warren. Una voz apoyada por la opinión de Benjamin Graham, el mentor y profesor de aquella mente privilegiada, el cual a pesar de haber puesto la máxima nota a Buffett, no quería que éste fuera a Wall Street. 

Warren Buffett aprendió los fundamentos de las finanzas en la escuela de negocios de Wharton, Pennsylvania y obtuvo la licenciatura en Economía en la Universidad de Nebraska. Durante su estancia en esta Universidad tuvo acceso a las teorías de Benjamin Graham mediante la lectura de su libro “The Intelligent Investor”, esta lectura marcaría un punto de inflexión en su carrera profesional. Quedó fascinado por las teorías bursátiles de Graham y decidió completar sus estudios con un Master en la escuela de negocios de Columbia para poder asistir a sus clases. Tras acabar el Máster en Columbia, Warren se ofreció para trabajar, sin cobrar sueldo, en la firma de inversiones Graham-Newman, siendo rechazado por lo que volvió a Omaha para trabajar en la firma de intermediación de su padre.

A pesar del rechazo de la firma Graham-Newman, Warren y Benjamin mantuvieron el contacto y en 1954, el maestro le ofreció al alumno la oportunidad que tanto anhelaba, por fin llegaba la oportunidad del joven Warren Buffett, un puesto en su compañía de intermediación Graham-Newman como analista bursátil, puesto que retendría a Buffett por 2 años, tras este periodo decidió que ya había aprendido todo lo necesario y regresando a su Omaha natal constituyó en 1956 una firma de inversión con 100.000 dólares de conocidos y familiares. El acuerdo con sus inversores consistía en gestionar el patrimonio recibido, recibiendo Warren el 25 por ciento de los beneficios generados más el 6 por ciento de comisión de gestión anual y el  objetivo en la gestión era batir al índice Dow Jones Industriales Average (DJIA) en una media de 10 puntos anuales. Una de las cláusulas del negocio se basaba en la falta absoluta de transparencia en los activos gestionados, algo que en los tiempos actuales resultaría impensable. Warren Buffett no tenía la obligación de revelar a sus clientes los activos que constituían el portfolio gestionado, evitándose así muchos dolores de cabeza.

"Si usted hubiera invertido 10.000$ en la compañía de Buffet, hubiera obtenido 267.691$"El resultado de la gestión fue todo un éxito, tanto para sus inversores como para el bolsillo de Warren Buffett, que ganó aproximadamente 25 millones de dólares. Si usted hubiera invertido 10.000 dólares en el momento de la constitución de su sociedad de inversión, en 1956, en el momento de la disolución de la misma a finales de  1969, contaría con 267.691 dólares. No sufrió ni un solo ejercicio de pérdidas, incluso en los severos mercados bajistas de 1957, 1962, 1966 y 1969. Si tras el cierre de la compañía usted hubiera decidido colocar su capital resultante en acciones de Berkshire Hathaway, los iniciales 10.000 dólares  se habrían convertido en, aproximadamente, 50 millones de dólares.

Muerte y resurrección de Warren Buffet

Seis décadas después, septuagenario y multimillonario, el magnate tuvo otra oportunidad de demostrar su habilidad para los negocios cuando acudió a su cita anual en Sunny Valley.

Se trata de una fiesta de una semana de duración donde algunos de los hombres más ricos e influyentes de los Estados Unidos se reúnen sin cámaras, organizan charlas y fortalecen sus lazos. En 1999 al oráculo de Omaha le tocó hablar en último lugar.

Aquel año, por primera vez, habían sido invitados muchos de los dueños del emergente negocio de las punto.com, un negocio en el que Buffett se había negado insistentemente a entrar. Y, durante su discurso, los miró a la cara y les dijo con palabras amables que su "Vuestro negocio es una estafa y va a fracasar"negocio era poco menos que una estafa piramidal y que iban a fracasar. ¿Las reacciones? Unos montaron en cólera, otros se rieron. Todos creyeron que eran los desvaríos de un anciano que racionalizaba el haber perdido el tren del boom tecnológico. Los ecos de su discurso llegaron hasta los periódicos. Los analistas financieros y los accionistas de su empresa lo tacharon de loco.

En una controvertida junta, con más de 20.000 de ellos reunidos bajo el mismo techo, le solicitaron firmemente que invirtiese al menos el 10% de los fondos de Berkshire Hathawayen tecnológicas. Buffett se negó. Sus acciones bajaron a niveles alarmantes. Se convirtió en un hazmerreír. Meses después, estalló la ahora famosa burbuja punto.com. Se perdieron decenas de miles de millones de dólares en pocas semanas. Mientras sus acciones volvían a subir como la espuma y los editoriales de los periódicos señalaban que él había sido el único en avisar del riesgo, Warren Buffett recordó el paquete de chicles que no había querido partir para la señora Macoubrie. Había negocios que eran, simplemente, demasiado arriesgados. La promesa de un beneficio rápido puede acarrear muchas lágrimas en el futuro. "Y eso es igual para unos pocos centavos o para un billón de dólares", afirmó el magnate en una entrevista. En esta línea agregó: "Mi padre me enseñó que ningún árbol, por mucho que crezca, llega hasta el cielo"

Una filosofía sencilla

Buffett definió en 20 claves su filosofía inversora:

  1. Nunca invierta en un negocio que no pueda entender, como tecnologías complicadas.
  2. Si no puede ver caer un 50% de su inversión sin pánico, no invierta en el mercado de valores.
  3. No intente predecir la dirección del mercado de valores, la economía, los tipos de interés o las elecciones.
  4. Compre compañías con buen historial de beneficios y posición dominante de mercado.
  5. Sea temeroso cuando otros son codiciosos y viceversa.
  6. El optimismo es el enemigo del comprador racional.
  7. La capacidad de decir “no” es una enorme ventaja para un inversor.
  8. Gran parte de éxito puede atribuirse a la inactividad. La mayoría de los inversores no resiste la tentación de comprar y vender constantemente, pero la piedra angular debe ser el letargo, bordeando la pereza.
  9. Las oscilaciones salvajes de precios están más relacionadas al comportamiento de los inversores que a los resultados empresariales.
  10. Un inversor necesita hacer muy pocas cosas bien si evita grandes errores. No es necesario hacer algo extraordinario para conseguir resultados excelentes.
  11. No tome seriamente los resultados anuales, sino los promedios de cuatro o cinco años.
  12. Céntrese en el retorno de la inversión (no en las ganancias por acción), el nivel de endeudamiento y los márgenes de beneficio.
  13. Invierta siempre a largo plazo.
  14. Es absurdo el consejo de que “nunca se quiebra tomando un beneficio”.
  15. Recuerde siempre que el mercado de valores es maníaco-depresivo.
  16. Compre un negocio, no alquile las acciones.
  17. Busque empresas con mercados amplios, fuerte imagen de marca y consumidores fieles, como Gillete o Coca Cola.
  18. También son interesantes algunas compañías con marcas consolidadas pero que están infravaloradas por dificultades transitorias. Para buscar estas oportunidades, deben aprovecharse los mercados bajistas.
  19. Busque compañías con gran capacidad de generación de efectivo y que, una vez en marcha, no necesiten grandes reinversiones.
  20. Mientras más absurdo sea el comportamiento del mercado, mejor será la oportunidad para el inversor metódico.

Berkshire Hathaway en 2013

"35.000 accionistas asistieron a la junta de accionistas de Berkshire Hathaway"El fin de semana anterior tuvo lugar la junta de accionistas de la compañía diriga por el maestro de las inversiones Warren Buffett, Berkshire Hathaway. ASistieron nada más y nada menos que 35.000 accionistas, sin embargo no es de extrañar que hubiera tantas personas siendo los ponentes dos de los mejores inversores del planeta: Charlie Munger y Warren Buffett. Esta afirmación no es casualidad si tenemos en cuenta que desde que el "oráculo de Ohama" se puso al frente de la compañía el valor de sus acciones se han revalorizado un 586.817%

No sabemos si queda mucho o poco tiempo para que termine de deleitarnos con sus infinitas lecciones de inversión. La vida del maestro está siendo muy larga y esperemos que lo siga siendo. A pesar de sus 82 años sigue trabajando como un poseso, le encanta lo que hace y esa es la principal razón de su éxito.