Las ideas fundamentales que expone Unamuno son las siguientes. Podemos ver como aparecen reflejados en la obra problemas filosóficos e inquietudes existenciales (ansias de inmortalidad, la vida como ficción...). Miguel de Unamuno concibe la novela como un cauce de expresión de los problemas filosóficos. También retrata la realidad de España y las lamentables circunstancias políticas que le llevaron al destierro. Estas dos ideas se ven plasmadas en la página 203 del libro. Además, el ansia de inmortalidad que lleva al ser humano a creer en Dios y en la vida eterna, a pesar de que la razón contradice esta creencia es otro de los problemas que nos plantea el autor en esta novela. Lo expresa en la obra diciendo: “Nuestro trato mutuo- comercio espiritual humano buscando no morirnos”. Asimismo, Unamuno presenta la relación entre novela e historia, ficción y realidad, vida y novela, sustancia y forma.

Siguiendo con las ideas de la obra, recogeremos otras nociones que parecen secundarias, pero que se encuentran vigentes en el texto. Primeramente resaltaremos las dos obras a las que hace mención Unamuno. Se trata de la Iliada, un episodio de la Guerra de Troya, y la Divina Comedia, comentario a las doctrinas escatológicas de la teología católica medieval y a la vez a la revuelta historia florentina del siglo XIII y a las luchas del Pontificado y el Imperio. Igualmente ignora lo exterior y lo subjetivo. Pero el subjetivismo del autor es siempre agónico. Suele conceder a sus personajes una gran independencia. También, Unamuno razona la plenitud del ser frente a vaciamiento. Alerta sobre el peligro de la ideocracia o tiranía de las ideas dogmáticas como el marxismo o el fascismo.

Rasgos comunes

Las novelas de 1902 cuyos autores más destacados son Unamuno, Azorín, Pío Baroja y Valle- Inclán presentan rasgos comunes. La voluntad de superación del realismo. Prevalece la expresión de la subjetividad y del mundo interior de los personajes, frente al reflejo de la realidad exterior propio de la novela del siglo XIX. También el pesimismo y la conciencia del sinsentido de la existencia forman parte del pensamiento de esta Generación del 98. Por último, la preocupación por la realidad española de la época. Se critican el poder excesivo de la Iglesia y del Ejército, el caciquismo y la incultura, y se proponen medidas de carácter regeneracionista. Pío Baroja en sus obras refleja los siguientes rasgos temáticos y de estilo: la observación de la realidad, sin pretensión de la objetividad; la vida como una lucha sin ninguna finalidad; el dinamismo y la acción; frases cortas y ausencia de recursos retóricos.

Conclusión

Se trata de una novela muy interesante en tanto que representa un testamento unamuniano en todos los órdenes, ya sea literario, filosófico, estético o histórico y político. En ella queda patente además su ansia de trascender, su voluntad de sobrevivir a la muerte a través de su legado intelectual. Con la excusa de mostrarnos el proceso de “fabricación” de una novela, Unamuno se revela a él mismo como persona. Este planteamiento que mezcla literatura, filosofía y autobiografía me resulta muy original y pronto descubrimos que en realidad ese objetivo que parece marcar el título de la obra, es decir, el enseñar la “sala de máquinas” de la creación novelística pasa a un segundo plano. En ese recorrido, el escritor vasco abandona continuamente la línea marcada en numerosos excursos narrativos (como ya hacía Cervantes en El Quijote) que le sirven para ir desgranando su pensamiento, en el que la relación entre novela y vida es inseparable. Desde su destierro en Francia, arremete contra la España intolerante que le apartó de su familia, y llama la atención su manera de criticar a quienes, según él, “servilmente” homenajean a Góngora en su III centenario (los jóvenes poetas que protagonizaron los fastos darían luego nombre a la Generación del 27). También evoca con nostalgia los paisajes de su País Vasco y reflexiona sobre los valores filosóficos de los conceptos de razón y verdad. En Cómo se hace una novela podemos conocer las distintas caras de la compleja personalidad de Unamuno, su “yo” más íntimo, su angustia existencialista y su forma de concebir la novela como historia de la vida. Por la originalidad de su planteamiento, por la honestidad del escritor, revelando sus sentimientos y pensamientos más íntimos, y por el “ajuste de cuentas” que hace con la España que le considera un loco y que le destierra por no ser afín a la “cultura oficial”, diremos que es un texto imprescindible para conocer al extraordinario novelista vasco en su más profunda dimensión humana.