"Todo el mundo tiene un plan... hasta que le sueltas la primera hostia". Algo así es el periodismo. Hago honor a la frase de un deportista que ha dado mucha vida a la sección en la que participo aquí. Mike Tyson nos decía que, todos nuestros planes no valdrían de nada cuando la situación se complicara. Todos soñamos con llegar y besar el santo. Algunos terminan la carrera pensando que habrá tres empresarios, a cada cual más adinerado, peleándose por sus servicios. No nos engañemos, esa frase de "la fama cuesta, y aquí vas a empezar a pagarla" es una chorrada, pero como chorrada que es, dice la verdad.
La fama cuesta, pero en esto lo menos importante, es eso, la fama. Hacer que el lector esté agusto con lo que escribes, lo que sale de dentro. No seré yo el que se dedique, como un teletexto con brazos, a emitir una breve crónica escrita por un robot sobre un combate, una rueda de prensa o cualquier otro suceso. ¿A quién le gusta leer algo robotizado? Cualquiera es capaz de hacerlo.
En esta profesión, se busca eso, un robot. El periodista que soñaba con poder expresar su palabra con total libertad, esperando que la gente disfrutara con cada palabra que sus manos escribieran en un papel, en una pantalla, no importaba el lugar, importaban ellos. Ese periodista tiene que saber que muy en contra de su voluntad no se empieza así, que tendrás que pasar por muchos lugares hasta encontrar aquello que quieras llamar, tu hogar.
Lo mio con Vavel ha sido así. He pasado por varios sitios, ni buenos ni malos, simplemente diferentes. He aprendido muchas cosas sobre como funciona este mundillo y que personas son las que se lucran con él. Abandoné cualquier lugar en el que no me sintiera cómodo, ¿Por qué no luchar por lo que yo quiero? Esto vale para todo. Lo que yo quería no era redactar breves notas de fútbol que quizá, si nos parásemos a pensar, a nadie le interesaban, a mi me interesaba poder emplear mis horas en hablaros del deporte que saca lo mejor de mi, el boxeo.
Aquí encontré mi lugar, un sitio donde poder escribir, donde conectar con la gente. Aquí es donde ha empezado mi sueño, un sueño que no debe terminar jamás, aquel que se cumple cada día. Quise empezar pisando fuerte aquí, busqué la manera más original y me manejé como pude hasta que por fin encontré algo. Conseguí que Sergio Martínez, que unas semanas después sería coronado campeón del mundo del peso medio, realizara una entrevista conmigo. Tanto él como Gabriel Campillo aceptaron ayudarme en esta aventura que hoy por hoy, sigue adelante, con más ilusión si cabe.
En los meses que llevo en esta familia, he tenido la oportunidad de ir a Manchester, como enviado de Vavel, para cumplir parte de este sueño eterno. No hablo ya de poder conocer y entrevistar a un ídolo en Inglaterra, y hay que admitirlo, en mi casa, ni siquiera de tener la oportunidad de estar acreditado en su regreso, hablo de que vi como mis esfuerzos vieron su recompensa.
Da igual de que hables, da igual quién seas, lo importante es que tengas un objetivo, un sueño. El querer llegar hasta el final sin importar lo que te encuentres por el camino. Nuestro camino está lleno de ofertas basura, trabajos agotadores y lugares donde los becarios tienen más talento que cualquier jefe, que no os importe esto.
Lo que representa Vavel, al final, es eso, el triunfo del talento sobre lo mediocre, del esfuerzo ante el poderío económico de otros diarios, que no necesitan calidad para tener lectores. Aquí somos un grupo de personas, grandes personas, donde cada uno aportamos nuestro poquito, y quien sabe si algún día entre todos nosotros, y vosotros, los que visitáis esta web, hagamos de este sitio, la referencia. Quiero despedirme diciendo lo que dijo un personaje entrañable que se nos fue. Manolo Preciado decía en su libro que "Mañana saldrá el sol". Confío en su palabra, confío en que, pronto, el periodismo vea la luz y salga de este pozo en el que algunos lo han metido.
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