La ilusión. Una palabra que nos llena a cada uno de nosotros. Nos da vida. Esa ilusión es la que ha hecho posible que VAVEL sea uno de los medios digitales más leídos de la red y que cada año crezca sin fin. No tiene techo el proyecto que inició Javi Robles hace unos años con un puñado de aventureros que doblaron su apuesta. Sin la ilusión Vavel no sería hoy una realidad, como tampoco lo sería la Premier League que en mayo ganó el Manchester City.

En esta líneas toca escribir de Vavel, del crecimiento imparable de un pequeño sueño que se ha transformado en una gran plataforma donde el periodismo tiene su casa. Toca escribir de esa gran familia de la que soy parte y de todo lo que representa. Sin embargo, en mi sección, en Inglaterra y en la Premier League , vivimos un final de liga emocionante, vibrante, en el que la ilusión viajó de una acera a otra de Manchester a cada gol y a cada instante. La misma sensación que sienten los que hacemos Vavel fue la que le dio el título al Manchester City.

Los dos colosos de Manchester llegaban al último acto empatados a puntos, con ventaja para los ‘Skyblues’ que habían derrotado a los ‘Red Devils’ en la antepenúltima jornada y les habían pasado por su ventaja en los enfrentamientos directos tras remontar casi diez de puntos. El City tenía la liga en el bolsillo y solamente necesitaba igualar el resultado que el United cosechara en Sunderland para llevarse el título 44 años después.

Sin embargo, el guion giró de comedia a drama en el City of Manchester. Con toda la fiesta preparada, enfrentándose al modesto QPR, el City se dejó remontar en la segunda parte con un futbolista más sobre el césped. El 1-2 y la victoria del United en el Stadium of Light colocaban a los diablos rojos en el cielo, con la Premier en sus nubes, y a los celestes en el infierno, quemándose en las ascuas de sus lamentos.

Manaban lágrimas de las gradas del Etihad Stadium. El City se desesperaba y se chocaba contra el muro del QPR cuando Dzeko empató el encuentro. Faltaban dos minutos, el reloj corría, Ferguson y el United festejaban en Sunderland cuando…apareció el Kun Agüero. Cogió el balón en la frontal del área, caracoleó y fusiló a Kenny transformando el funeral en boda y empujándo a la red toda la ilusión celeste.

La ilusión remontó el partido. Enloqueció Agüero, Mancini, Gallagher, Maradona, Balotelli y todos los ‘Skyblues’ de Manchester y del mundo. El título y el cielo eran del City, los diablos rojos caían al purgatorio y la Premier nos regalaba un final épico, agónico, glorioso y dramático que plasmamos en Vavel.

Escribir sobre esa página única del deporte, sobre la decepción del United y la alegría del City, es lo que Vavel me ha otorgado desde que hace casi dos años comenzará a escribir sobre fútbol en general, y la Premier League en particular, en esta casa. Vavel me ha mejorado, me ha ayudado a ejercitar mis palabras, y por ello espero que siga creciendo con mi pequña colaboración dentro del duro mundo del periodismo deportivo.

Vavel es ilusión. Una ilusión que con nosotros, o sin nosotros, no tiene fin.