Marca mi reloj las 3:23 AM y me resulta imposible pensar algo útil sobre lo que escribir que represente mi pensamiento. Muchas veces os dirán que el periodismo es un mundo casi perfecto donde cumples un sueño, y es verdad, lo cumples, pero alguien te deberá explicar cual es el precio. La prensa escrita pierde su gracia cuando realizas tu trabajo cual administrativo de oficina, de manera repetitiva y careciendo de motivación, donde las letras te salen de una manera demasiado mecánica, cuando cada día te repites una y otra vez. 

La prensa escrita pierde su gracia cuando realizas tu trabajo cual administrativo de oficina.

La monotonía es un problema, cuando durante meses te dedicas a informar de lo mismo empiezas a pensar si es esto lo que querías hacer, lo que soñabas cuando te veíais en el lugar de la noticia. Yo mismo, soñaba con viajar a otros países con un micrófono y una libreta en mis manos, pegado a un ring de boxeo. La realidad por supuesto no es así, aunque he tenido la oportunidad de presenciar en Inglaterra un combate que jamás olvidaré, el resto de batallas, épicas o no, las he narrado desde un sofá de mi casa a las 5 de la mañana.
 
El periodismo deportivo, mayoritariamente, se dirige al fútbol. Demasiados periodistas para tan poca información, que alguien tiene que buscar sobresalir con datos únicos o exclusivas incendiarias. El no tener nada y abrir el cajón de los truenos, rebuscando en él hasta encontrar algo que podamos exageras hasta tal punto que se convierta en noticia. Los trece pasos de Marcelo Bielsa en el área, el chicle de Alex Ferguson, el grito de Pep Guardiola en el banquillo y la discusión de Jose Mourinho y su cuerpo técnico con un periodista en privado.
 
Demasiados periodistas para tan poca información, que alguien tiene que buscar sobresalir con datos únicos o exclusivas incendiarias.
 
La inspiración casi siempre que la necesitamos, nos da la espalda. En el periodismo actual no tienen lugar esos artículos llenos de calidad, donde el periodista disfruta de su trabajo y deja en el papel, o en este caso, en un editor de texto, todos sus sentimientos de la manera más sincera y menos ofensiva con el mundo posible. Solo vemos noticias repetitivas hasta la saciedad, muchas de ellas sin ningún valor real para el deporte y mucho menos, para el mundo en el que trabajas. 
 
Poesía para los ojos que se ve afectada con titulares morbosos, con análisis completamente fuera de lugar y opiniones donde el respeto brilla por su ausencia. El periodismo vive del morbo. Las noticias generales nos hablan de un asesinato, de una pelea en un lugar y de otras desgracias, y siento decirlo, pero no son noticias, son sucesos. Mejor será empezar a llamar a los programas de noticias, diarios de sucesos o el rincón del morbo, donde la información brilla por su ausencia.
 
Si alguna vez queréis dedicaros al periodismo, os diré, con dolor, que hay dos maneras de triunfar. La primera y la más habitual, buscar el morbo y "los clicks", donde lo único que importe sea el dinero por encima de todo, donde no haya lugar para el talento y la calidad, donde cualquier periodista con mala fe, se cree por un segundo, el Pepe Domingo Castaño de las letras. La segunda, es más complicada, se trata de ser sinceros, de transmitir la información sin otra interpretación que la realidad, donde hablas desde el corazón y muestras al mundo lo que tus ojos consideran la verdad. Este es un mundo duro, pero con esfuerzos, los límites los marcarás tú, si deseas llegar a la cima demasiado rápido y con pocos escrúpulos, o realizar un camino, poco a poco, donde seas tú y el destino, el que marque la meta.