La natación ha sido un elemento fundamental en los Juegos Olímpicos modernos desde su primera edición en Atenas 1896. Este deporte ha evolucionado significativamente a lo largo de los años, tanto en la inclusión de nuevas disciplinas como en la participación de mujeres y diferentes naciones.
La natación en los Juegos Olímpicos de Atenas 1896 fue un evento pionero que marcó el inicio de este deporte en la competencia olímpica moderna. La competencia se llevó a cabo en la Bahía de Zea, en el mar Egeo, debido a la ausencia de piscinas adecuadas en Atenas. Las pruebas se realizaron el 11 de abril de 1896 y participaron solo hombres, con un total de 13 nadadores de cuatro países: Austria, Grecia, Hungría y Estados Unidos.
Se disputaron cuatro eventos: 100 metros libre, 500 metros libre, 1200 metros libre y una prueba especial de 100 metros libre para marineros griegos. El nadador húngaro Alfréd Hajós destacó al ganar las pruebas de 100 y 1200 metros libre. En la carrera de 1200 metros, los nadadores fueron transportados en barco hasta el punto de partida en el mar y tuvieron que nadar de regreso a la orilla. Al finalizar la prueba, Hajós comentó que más que el deseo de ganar, fue su instinto de supervivencia lo que lo impulsó a nadar rápidamente.
El evento de 500 metros libre fue ganado por el austriaco Paul Neumann, mientras que las posiciones siguientes fueron ocupadas por los griegos Antonios Pepanos y Efstathios Chorophas. En la prueba de 100 metros libre para marineros, Ioannis Malokinis de Grecia obtuvo la medalla de oro, seguido por sus compatriotas Spyridon Chazapis y Dimitrios Drivas.
La organización de estos eventos estuvo a cargo de la Subcomisión de Deportes Náuticos, presidida por el Príncipe Jorge de Grecia. A pesar de las difíciles condiciones del mar, con bajas temperaturas y fuertes corrientes, la competición atrajo a unos 20.000 espectadores, quienes se alinearon a lo largo de la costa para presenciar el evento.
La primera aparición de las mujeres en la natación olímpica tuvo lugar en los Juegos Olímpicos de Estocolmo en 1912. Este evento marcó un hito importante en la historia del deporte, permitiendo a las mujeres competir oficialmente en una disciplina que hasta entonces había estado dominada por hombres. En estos Juegos, se disputaron pruebas de 100 metros libre y relevos 4x100 metros libre femeninos. La australiana Sarah “Fanny” Durack fue una figura destacada, ganando la medalla de oro en los 100 metros libre y estableciendo así un precedente para las futuras generaciones de nadadoras.
A lo largo de los años, la participación femenina en la natación olímpica ha crecido significativamente, tanto en términos de eventos como de número de participantes. Inicialmente, las mujeres compitieron en un número limitado de pruebas, pero con el tiempo se fueron añadiendo más disciplinas. Por ejemplo, los 800 metros libre femeninos se introdujeron en 1968, proporcionando a las nadadoras más oportunidades para demostrar su resistencia y habilidades en distancias largas.
Una de las innovaciones más recientes en la natación olímpica ha sido la inclusión de relevos mixtos, que debutaron en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Esta modalidad permite que equipos formados por dos hombres y dos mujeres compitan juntos, fomentando así la igualdad de género y ofreciendo una dinámica nueva y emocionante en las competencias de natación.
El camino hacia la igualdad en la natación olímpica no ha sido fácil, pero ha estado marcado por logros significativos y la perseverancia de muchas atletas. Durante décadas, nadadoras como Dawn Fraser, Janet Evans y Katie Ledecky han establecido récords mundiales y han ganado múltiples medallas, inspirando a futuras generaciones y promoviendo la igualdad en el deporte.
Michael Phelps es, sin duda, uno de los nadadores más destacados en la historia de los Juegos Olímpicos. Su carrera olímpica comenzó a los 15 años en los Juegos de Sídney 2000, donde quedó quinto en los 200 metros mariposa. Sin embargo, fue en los Juegos de Atenas 2004 donde comenzó a consolidarse como una leyenda, al ganar seis medallas de oro y dos de bronce. En estos Juegos, Phelps mostró su versatilidad y dominio en múltiples estilos y distancias, acercándose al récord de siete medallas de oro en una sola edición de los Juegos, establecido por Mark Spitz en 1972.
El momento más espectacular de su carrera llegó en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, donde ganó ocho medallas de oro en ocho eventos, rompiendo el récord de Spitz. En Beijing, Phelps no solo ganó todas las pruebas en las que participó, sino que también estableció siete récords mundiales, una hazaña que consolidó su estatus como el nadador más grande de todos los tiempos.
En los Juegos de Londres 2012, Phelps continuó con su racha impresionante al obtener cuatro medallas de oro y dos de plata. Aunque había anunciado su retiro tras Londres, volvió a competir en los Juegos de Río 2016, donde nuevamente demostró su capacidad al ganar cinco medallas de oro y una de plata. Con esto, Phelps se convirtió en el atleta más condecorado de la historia olímpica, con un total de 28 medallas, 23 de ellas de oro
Tras su retiro definitivo en 2016, Phelps ha centrado sus esfuerzos en la Fundación Michael Phelps, que promueve la natación y estilos de vida saludables, además de abogar por la salud mental. Phelps ha hablado abiertamente sobre sus propias luchas con la depresión y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), y utiliza su plataforma para ayudar a otros.
Otro nombre icónico en la natación olímpica es Mark Spitz, quien estableció un récord con siete medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972. Este logro se mantuvo imbatido hasta la llegada de Phelps. Spitz también estableció récords mundiales en cada una de las pruebas en las que compitió, consolidando su lugar en la historia del deporte.
Katie Ledecky, otra figura destacada, debutó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y rápidamente se convirtió en una de las nadadoras más dominantes en las pruebas de larga distancia. Ha roto múltiples récords mundiales y olímpicos en los 400, 800 y 1500 metros libre. Su impresionante carrera incluye cinco medallas de oro olímpicas hasta la fecha y promete seguir haciendo historia en futuras competiciones.
La inclusión de la natación en aguas abiertas en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 representó un hito significativo en el programa olímpico, ampliando la variedad de disciplinas y atrayendo a atletas especializados en esta modalidad. Las competencias se llevaron a cabo en el Shunyi Olympic Rowing-Canoeing Park, a unos 60 km de Beijing, los días 20 y 21 de agosto de 2008. Esta prueba de 10 kilómetros, tanto para hombres como para mujeres, se ha convertido en una de las más exigentes y estratégicas debido a las condiciones impredecibles del entorno y la necesidad de una excelente resistencia y táctica
El primer campeón olímpico en la categoría masculina fue Maarten van der Weijden de los Países Bajos, quien ganó la medalla de oro con un tiempo de 1:51:51.6. Van der Weijden, quien había superado la leucemia, logró una victoria inspiradora y emotiva. En la categoría femenina, la rusa Larisa Ilchenko se llevó el oro con un tiempo de 1:59:27.7, destacándose por su impresionante sprint final que le permitió superar a sus competidoras en los últimos metros.
Desde su debut en Beijing, la prueba de 10 km en aguas abiertas se ha celebrado en diversos escenarios, cada uno con sus propios desafíos únicos. En los Juegos Olímpicos de Londres 2012, la competencia se realizó en el Serpentine, un lago artificial en Hyde Park. En Río de Janeiro 2016, tuvo lugar en la famosa playa de Copacabana, y en Tokio 2020, la prueba se llevó a cabo en la bahía de Odaiba. Para los Juegos de París 2024, está programada para realizarse en el río Sena, destacando la diversidad de entornos en los que se desarrolla esta prueba.
La competencia en aguas abiertas requiere no solo resistencia física sino también una estrategia meticulosa. Los nadadores deben enfrentarse a factores como la temperatura del agua, las corrientes y el contacto físico constante con otros competidores. Estos elementos hacen de la natación en aguas abiertas una disciplina singularmente desafiante y emocionante dentro del programa olímpico.
La introducción de esta prueba ha permitido a un nuevo grupo de atletas especializarse y destacar en el escenario olímpico, ampliando así el alcance y la diversidad de la natación como deporte olímpico.