La selección inglesa de fútbol, conocida como "Los Tres Leones", es una de las entidades deportivas más antiguas y prestigiosas del mundo. Fundada en 1863 y controlada por la Asociación Inglesa de Fútbol (FA), ha tenido una rica historia llena de momentos memorables, grandes jugadores y un legado que ha dejado una marca indeleble en el fútbol mundial.
La selección inglesa disputó su primer partido internacional el 30 de noviembre de 1872 contra Escocia, terminando en un empate 0-0. Este encuentro, considerado el primer partido internacional oficial de la historia, marcó el comienzo de una rivalidad que perdura hasta hoy. Durante estos primeros años, Inglaterra dominó el panorama futbolístico, participando en el British Home Championship, el torneo internacional más antiguo, donde competían contra Escocia, Gales e Irlanda.
En estos primeros encuentros, Inglaterra estableció muchas de las tradiciones que aún hoy se mantienen en el fútbol. Los jugadores llevaban gorras de cricket, y este uso dio origen al término "cap", que en inglés designa cualquier aparición internacional. Los partidos iniciales, aunque rudimentarios, sentaron las bases del juego moderno. Inglaterra saldría invicta de los primeros enfrentamientos, con figuras como C.W. Alcock, que no solo jugaba sino que también organizaba los partidos.
A principios del siglo XX, la selección inglesa se destacó en el ámbito amateur, realizando giras por Europa y mostrando su superioridad en este deporte. En 1908 y 1912, lograron la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, aunque no competían con su selección principal, sino con un combinado de jugadores amateur. La influencia de Inglaterra en el desarrollo del fútbol fue fundamental, aunque su participación en torneos organizados por la FIFA fue limitada inicialmente.
Durante este período, Inglaterra no participó en las primeras ediciones de la Copa del Mundo, ya que la FA consideraba que el fútbol debía mantenerse como un deporte amateur. Esta postura empezó a cambiar con el tiempo, especialmente tras el desastre de la Primera Guerra Mundial, que alteró profundamente el panorama deportivo mundial. En los años 1920 y 1930, Inglaterra comenzó a jugar más regularmente contra selecciones de fuera de las Islas Británicas, mostrando un alto nivel de competencia.
El momento cumbre de la selección inglesa llegó en 1966, cuando ganó la Copa del Mundo como anfitriona. Bajo la dirección de Alf Ramsey y con jugadores icónicos como Bobby Charlton, Geoff Hurst y Bobby Moore, Inglaterra venció a Alemania Federal 4-2 en la final disputada en Wembley. Este triunfo permanece como el único título mundial del equipo, aunque ha sido un hito significativo que consolidó a Inglaterra como una potencia futbolística.
El camino hacia el título en 1966 no fue fácil. Inglaterra empató su primer partido contra Uruguay, pero venció a México y Francia para avanzar a los cuartos de final. Allí, derrotaron a Argentina en un partido muy disputado, y en semifinales superaron a Portugal con una actuación destacada de Bobby Charlton. La final contra Alemania es recordada no solo por los goles de Geoff Hurst, el único jugador en marcar un hat-trick en una final del Mundial, sino también por la controversia del gol fantasma.
Tras el éxito de 1966, la selección inglesa experimentó décadas de resultados mixtos. En la Copa del Mundo de 1970, llegaron a cuartos de final, pero en las ediciones de 1974 y 1978 no lograron clasificarse. La Eurocopa de 1980 y el Mundial de 1982 también fueron decepcionantes. Sin embargo, en 1990, Inglaterra alcanzó las semifinales del Mundial en Italia, con una destacada actuación de Gary Lineker, aunque perdió en penales contra Alemania.
La Eurocopa de 1996, celebrada en Inglaterra, es otro punto destacado de este período. Con jugadores como Alan Shearer y Paul Gascoigne, Inglaterra llegó a las semifinales, pero nuevamente fue eliminada en los penales, esta vez por Alemania. Este torneo marcó un resurgimiento en la popularidad del fútbol en Inglaterra, con el famoso "It’s coming home" resonando en todo el país.
En los años 2000, la selección inglesa volvió a ser competitiva en torneos internacionales. Jugadores como David Beckham, Steven Gerrard y Frank Lampard llevaron al equipo a cuartos de final en los Mundiales de 2002 y 2006, y a los octavos de final en 2010. Aunque no lograron títulos, estas actuaciones revitalizaron la pasión por el fútbol en Inglaterra y mantuvieron al equipo en el foco internacional.
Durante esta década, Inglaterra también tuvo actuaciones destacadas en las Eurocopas. En 2004, el equipo llegó a los cuartos de final, perdiendo nuevamente en penales, esta vez contra Portugal. La selección inglesa pasó por varios cambios de entrenadores, cada uno intentando devolver al equipo a la gloria pasada, pero sin éxito significativo en términos de trofeos.
Con la llegada de jugadores jóvenes y talentosos como Harry Kane y Raheem Sterling, Inglaterra mostró un notable progreso en los últimos años. En 2018, alcanzaron las semifinales del Mundial en Rusia, su mejor actuación desde 1990. En la Eurocopa 2020, pospuesta a 2021 por la pandemia de COVID-19, Inglaterra llegó a la final, pero perdió ante Italia en penales. Esta nueva generación ha prometido devolver la gloria al fútbol inglés con un estilo de juego renovado y competitivo.
El desempeño de Inglaterra en estos torneos mostró un equipo rejuvenecido y ambicioso, con una mezcla de veteranos y jóvenes promesas. Gareth Southgate, el entrenador, ha sido fundamental en este renacimiento, implementando una filosofía de juego basada en la cohesión y la adaptabilidad. Jugadores como Jordan Pickford, Mason Mount y Phil Foden han emergido como figuras clave en este período de renovación.
El Mundial de 2022 en Qatar fue otro capítulo importante en la historia de la selección inglesa. Clasificaron sin dificultades y llegaron al torneo con grandes expectativas. En la fase de grupos, Inglaterra mostró un fútbol sólido, avanzando a las rondas eliminatorias sin mayores problemas. En octavos de final, vencieron a Senegal con una contundente actuación, destacándose jugadores como Harry Kane y Bukayo Saka.
En cuartos de final, Inglaterra enfrentó a Francia en un partido muy disputado. A pesar de una actuación valiente y goles de Harry Kane, Inglaterra fue eliminada tras un emocionante encuentro que terminó 2-1 a favor de los franceses. Este torneo dejó sensaciones mixtas, con un equipo que mostró potencial y calidad, pero que aún no logró superar la barrera de los cuartos de final en un Mundial desde 1966.
La selección inglesa continúa siendo una de las más prestigiosas y con mayor tradición en el fútbol mundial, y su historia está llena de momentos inolvidables que han marcado el desarrollo de este deporte. Con una rica herencia y una mirada hacia el futuro, Inglaterra sigue siendo un pilar del fútbol internacional, siempre en busca de recuperar la gloria que conoció en 1966.