El Atlas Fútbol Club es un equipo mexicano de fútbol profesional que tiene como sede la ciudad de Guadalajara, capital del estado de Jalisco. El Atlas compite en la Liga MX, máxima categoría del balompié mexicano. Este equipo es uno de los más antiguos de todo el país, pues su fundación se dio el 15 de agosto de 1916.
A finales del siglo XIX, México era un país en pleno desarrollo y que brindaba oportunidades inigualables a inversionistas extranjeros, especialmente a los provenientes de Europa. En este contexto, Manuel Cortina, un español interesado en desarrollar su economía en la nación azteca, se asentó en la ciudad de Guadalajara, donde tuvo a su primogénito, Juan José Cortina.
Tapatío de nacimiento, Juan José fue enviado desde muy pequeño a estudiar en Inglaterra. Cortina pasó ahí gran parte de su infancia y juventud, pero lo que más marcó al mexicano durante su estancia en el viejo continente fue un deporte de reciente creación, pero bastante popular en el Reino Unido: el fútbol.
A lo largo de los 12 años que pasó en Inglaterra, Juan José practicó el balompié de manera casi religiosa. Pero, tras la muerte de su padre, el joven Cortina regresó a México para recibir su herencia y convertirse en hacendado. Sin embargo, lo que más lo ocupaba era llevar su más grande pasión a la tierra que lo vio nacer.
Con esto en mente, ‘Lico’, como era apodado, organizó a varios de sus amigos, también regresados de Inglaterra, para llevar a cabo varias reuniones en el Café Rimans. En dichas reuniones, se hablaba sobre crear un club de fútbol que practicara el deporte con la misma técnica y táctica con la que se hacía en Europa, pues, en aquella época, todos los equipos de la ciudad y, prácticamente, del país, jugaban al fútbol de forma muy rudimentaria y desorganizada.
Después de varias pláticas, el 15 de agosto de 1916, el mismo Café Rimans fue testigo de cómo Juan José y sus acompañantes oficializaron la fundación del Club Atlas. Sobre el nombre, Cortina reveló 20 años después que “A mí me tocó bautizarlo con el nombre de Atlas, pues nuestro entusiasmo era tal que ya nos creíamos el sostén del mundo”. El mote de Atlas proviene de la leyenda de un titán griego que tiene ese mismo nombre, y cuya tarea, según la mitología, era sostener el planeta Tierra.
‘Lico’ Cortina, además de fundador, fungió como primer capitán del equipo rojinegro y, aun después de su retiro, nunca dejó de estar ligado al club.
Los colores que definirían por siempre a la institución fueron idea de los hermanos Ernesto, Tomás y Rafael Orendáin, egresados del Colegio Ampleforth de Inglaterra. San Lorenzo era el santo patrono de aquel colegio, y sus colores representativos son el rojo y el negro.
En la época de la fundación del Atlas, había varios equipos amateur en la capital jalisciense, por lo que el club rojinegro no tardó en empezar a competir. Al tener escuela inglesa, el equipo de Juan José Cortina se convirtió rápidamente en el conjunto a vencer en la ciudad, pero había un club con el que los choques eran especialmente emocionantes: el Club Deportivo Guadalajara.
El primer partido entre estas dos escuadras del que se tiene registro se llevó a cabo el 14 de enero de 1917 en el Guadalajara Country Club, dentro del marco de la Copa General Manuel M. Diéguez. Según el diario El Informador, el resultado del encuentro fue un contundente 18 – 0 a favor de los rojinegros. No obstante, al tratarse de un duelo tan antiguo, la mayoría de los aficionados a las Chivas señalan que no hay registros fidedignos, por lo que catalogan la existencia de este partido como una mentira.
Sea como sea, aquel resultado y el debate que se generó a su alrededor sirvieron como base para lo que se convertiría en la rivalidad más longeva del fútbol mexicano hasta la actualidad: el Clásico Tapatío. Se dice que, cuando Atlas y Chivas se enfrentan, la ciudad de Guadalajara se divide en dos, y este es un fenómeno que data desde hace más de cien años.
Desde su fundación, el Atlas se convirtió en el rival más fuerte del estado de Jalisco durante, por lo menos, las siguientes dos décadas. Los Rojinegros fueron imparables en los torneos de Primera y Segunda Fuerza, en donde ganaron cinco títulos entre los años 1921 y 1929.
Para el inicio la década de los 40, el fútbol ya era un deporte por demás popular en todo México. Ante el deseo de los futbolistas por ampliarse más allá de torneos locales, así como la necesidad de recibir mejores salarios, se fundó, en el año 1943, la primera Liga Nacional de Fútbol Profesional. Como máximo representante del fútbol tapatío en aquel entonces, el Atlas fue partícipe de su primera edición.
En su debut como equipo profesional, el 17 de octubre de 1943, el cuadro rojinegro derrotó por marcador de 2 – 4 al Club Asturias, uno de los equipos más importantes de la Ciudad de México en esa época.
Atlas no tardó en ganar protagonismo a nivel nacional, y el equipo se convirtió en uno de los más importantes de la década. El primer gran fruto lo cosecharon en la temporada 1945-46, cuando el conjunto dirigido por Eduardo ‘Che’ Valdatti se convirtió en el primer club de Guadalajara en coronarse campeón de la Copa México.
Después de haber eliminado a Monterrey, Tampico y América, los Rojinegros se enfrentaron al Atlante en la final del certamen el 14 de julio de 1946, en el Parque Asturias de la Ciudad de México. En dicho encuentro, el tiempo regular terminó con marcador de 3 – 3. Para el Atlante, Mateo Nicolau marcó dos goles, y Martín Vantolrá, uno. Por parte del Atlas, Norberto Pairoux fue el autor de los tres tantos.
En tiempo extra, los locales volvieron a ponerse por delante, pero Antonio ‘Niño’ Flores y el costarricense Rodrigo Solano fueron capaces de consumar otra voltereta y poner cifras definitivas al encuentro. De esta manera, el Atlas levantaba su primer título como equipo profesional.
Cinco días después, los Zorros se convertirían en el Campeón de Campeones tras derrotar por 3 – 2 a los campeones de Liga, los Tiburones Rojos de Veracruz, con anotaciones de Norberto Pairoux, Antonio Flores y Luis Carniglia.
En los años siguientes, el Atlas continuó subiendo su nivel de juego y, para el año 1950, ya era uno de los equipos más fuertes del país. En la Copa México de la temporada 1949-50, el Equipo del Paradero dio cuenta del Deportivo Oro, del Real Club España y, de nueva cuenta, del Tampico en su camino a la gran final del torneo. Ya en el partido decisivo, el Atlas se topó con los Tiburones Rojos, que venían motivados después de haberse consagrado como campeones de Liga.
La final se disputó el 6 de agosto de 1950 en el Estadio Ciudad de los Deportes de la capital de la República. Temprano en el partido, Atlas se fue al frente por dos goles de diferencia gracias a un doblete de José Mercado. Julio Ayllón descontó para los Tiburones, pero un tanto de Edmundo Manzotti puso el 3 – 1 definitivo con el que los tapatíos consiguieron su segundo título de Copa.
Atlas y Veracruz se volvieron a ver las caras seis días después. Esta vez, lo que estaba en disputa era el trofeo de Campeón de Campeones, nuevamente en la Ciudad de México.
Con goles de José Novo para los Zorros y de Julio Ayllón para los del Puerto, el encuentro tuvo que irse a la prórroga para determinar a un ganador. Fue en esa instancia donde el tico Edwin Cubero anotó dos tantos más con los que el equipo tapatío volvió a alzarse como el mejor de México. Cubero aún no lo sabía, pero el destino le tenía preparado un gol todavía más importante con la camiseta rojinegra.
Con el gran momento que vivía la institución, el Atlas llegó a la temporada 1950-51 como máximo favorito para alzarse con el título de Liga. Fieles a las expectativas, los Rojinegros fueron acumulando buenos resultados, incluido un 4 – 0 ante el odiado rival, las Chivas Rayadas.
Los Zorros confirmaban que eran uno de los mejores equipos de la competencia, pero su camino hacia el campeonato no fue tan sencillo, ya que el Club León les pisó los talones durante toda la campaña. No fue sino hasta la penúltima jornada que los del ‘Che’ Valdatti tuvieron la oportunidad de asegurarse el primer lugar general ante ni más ni menos que el Club Deportivo Guadalajara.
Al Atlas le bastaba una victoria para consagrar sus mejores años en el fútbol profesional, pero el adversario no estaba dispuesto a conceder la victoria definitiva para el rival de la ciudad. El encuentro fue muy disputado, y fue hasta el minuto 55' cuando, por la vía del penal, Edwin Cubero abrió el marcador para los de rojo y negro. Las redes no se movieron más durante el resto del partido, por lo que el 1 – 0 fue suficiente para que el Equipo del Paradero tocara el cielo.
Así, el 22 de abril de 1951, en el Parque Oblatos de Guadalajara, el Atlas se consagró como el primer campeón de Liga proveniente del estado de Jalisco. Esta hazaña no ha vuelto a ser replicada por ningún otro equipo atlista, pero, en ese momento, nadie podía quitarles la alegría a los jugadores ni a la afición rojinegra.
Como resultado de su campeonato de Liga, el Atlas se ganó el derecho a disputar el Campeón de Campeones ante el ganador de la Copa, el Atlante. El partido, disputado en el Estadio Olímpico Ciudad de los Deportes, culminó con marcador de 1 – 0 a favor de los Zorros, que obtuvieron su tercer título de esta índole. El único gol del encuentro fue obra de Edmundo Manzotti.
Tres años después de haberse coronado, el Atlas sufrió el primer descenso de su historia en la temporada 1953-54. La tragedia se consumó en la última fecha del torneo, después de que los tapatíos cayeran por marcador de 1 – 0 ante el Tampico, culminando un torneo en el que el club sólo pudo sumar 18 puntos. La desastrosa temporada resultó sorpresiva, pues, en años anteriores, los Rojinegros se habían consolidado como uno de los cuadros más fuertes de todo México.
No obstante, el Equipo del Paradero volvió a la Primera División un año después. En la temporada 1954-55, el Atlas sumó un total de 39 unidades y consiguió el campeonato en la división de plata, lo que les garantizó su regreso a la máxima categoría del fútbol azteca.
En aquellos años, el fútbol ya era visto como una profesión con futuro en México, por lo que cada vez más personas se estaban interesando en vivir de este deporte. Sin embargo, las oportunidades para llegar a ser futbolista profesional eran muy limitadas, ya que la mayoría de los jugadores eran gente allegada a los clubes, extranjeros importados al balompié nacional o, de plano, verdaderas estrellas sacadas del circuito amateur.
Como respuesta a este interés generalizado, el Atlas fundó, en 1958, la primera escuela organizada de fútbol en México. A partir de ese momento y hasta la fecha, el equipo Rojinegro se convertiría en uno de los principales formadores de futbolistas en el país, si no es que el más importante. Es por este hecho, y por la gran cantidad de estrellas que han surgido de sus fuerzas básicas, que al Atlas también se le conoce con el mote de ‘la Academia del Fútbol Mexicano’.
En conjunto con la escuela de fútbol, el Atlas y, en general, el balompié tapatío afrontaban ansiosos un nuevo proyecto: la construcción de un estadio que pudiera hacer frente al crecimiento industrial, económico y social de la ciudad de Guadalajara. Fue así como, a finales de la década de los 50, se presentó la idea del Estadio Jalisco como nueva casa del fútbol local.
Tras un par de años requeridos para su construcción, el Coloso de la Colonia Independencia abrió sus puertas el 31 de enero de 1960. En el duelo inaugural, el Club Atlético San Lorenzo de Almagro de Argentina derrotó por 0 – 2 a la escuadra atlista, siendo Norberto Boggio el anotador del primer gol en la historia de este mítico inmueble.
El proyecto conjunto de la entidad rojinegra rindió frutos a muy corto plazo para el Equipo del Paradero. El primer laurel de la década de los 60 llegó de la mano del entrenador brasileño José Carlos Bauer, quien llevó al Atlas a la final del torneo de Copa en la temporada 1961-62.
Para el partido decisivo, los tapatíos enfrentaron al Tampico en el Estadio Olímpico Universitario de la Ciudad de México. El marcador final fue de 3 – 3, por lo que tuvo que disputarse un partido de desempate en el mismo escenario. En dicho encuentro, Atlas se llevó la victoria por marcador de 1 – 0 y consiguió su tercera Copa México.
Cinco días más tarde, se daba un hecho insólito: un Clásico Tapatío en el Campeón de Campeones. Al haber ganado la Copa, el Atlas tenía que enfrentarse al Club Deportivo Guadalajara, que se había levantado como campeón de Liga en la misma temporada. El encuentro, también disputado en la capital del país, terminó con resultado de 2 – 0 a favor de los Rojinegros, quienes, por segunda ocasión en su historia, conseguían un campeonato después de derrotar a su acérrimo rival.
El siguiente campeonato llegaría en la temporada 1967-68, cuando la Copa México ya se jugaba con un formato distinto que incluía una fase de grupos. En esta ronda, los Zorros fueron primer lugar en un sector que compartieron con Monterrey, Necaxa y León, lo que les permitió avanzar a semifinales, donde derrotaron al Deportivo Toluca por marcador de 2 – 1.
En la final, el rival fue, de nueva cuenta, el equipo de Veracruz. En esta ocasión, el partido fue disputado en el Estadio Azteca, máximo escenario para el balompié de México.
Los Tiburones Rojos se pusieron por delante al minuto 20' gracias a un gol de Mariano Ubiracy. Sin embargo, el equipo jalisciense vino de atrás en el segundo tiempo y, con anotaciones de José Rodríguez y José Delgado, le dio la vuelta al marcador para obtener el cetro de Copa por cuarta ocasión en su historia. Éste, sin embargo, es el último título oficial del Atlas en Primera División hasta la fecha.
La temporada 1970-71 fue otro gran desastre para el Equipo del Paradero. En 34 partidos disputados, los Zorros tuvieron marca de 5 victorias, 12 empates y 17 derrotas, por lo que, con 22 unidades, ocuparon la última posición del campeonato. A pesar de este mal torneo, el sistema de cocientes le daba al Atlas la oportunidad de mantenerse en Primera si resultaba vencedor en una serie ante el Pachuca.
El primer partido se disputó en el estado de Hidalgo. Durante los 90 minutos, se vivió un fútbol turbulento y acciones bastante violentas. El equipo rojinegro se puso en ventaja en un par de ocasiones, pero en ambas fueron alcanzados por los locales, por lo que la ida terminó en 2 – 2.
Aparentemente, todo iba a definirse en el Estadio Jalisco, donde la tribuna se llenó de gente apoyando al equipo tapatío. A pesar de la localía, parecía que el descenso del Atlas se consumaba esa misma tarde, pero un gol de Magdaleno Mercado puso el 1 – 1 definitivo que dejaba la serie sin un ganador después de 180 minutos.
Al estar la serie empatada, el descenso tuvo que definirse en un tercer partido, disputado en la Ciudad de León, Guanajuato. En aquel encuentro, el Atlas fue superior a los Tuzos, pero, a pesar de su mejor fútbol, los Rojinegros no pudieron encontrar la portería rival, a diferencia del Pachuca que, con goles de José Madrigal y Cesáreo Acosta, mandó al Atlas de Árpád Fekete a la Segunda División.
Los Rojinegros consiguieron su ascenso al año siguiente, después de un gran torneo en Segunda División en el que consiguieron 53 puntos en la fase regular. Posteriormente, en semifinales, eliminaron al Club Deportivo Zamora por global de 6 – 2 y, en la final, se impusieron a los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León por marcador de 4 – 0 en el Estadio Azteca.
En su regreso al máximo circuito, en la temporada 1972-73, el Atlas sorprendió con un año impresionante en el que, con 44 puntos, fue segundo lugar de su grupo y tercero general, sólo por debajo del Cruz Azul y del León. Las buenas actuaciones del Rojinegro le permitieron acceder a las semifinales, en las que fueron eliminados por global de 4 – 2 ante la Máquina Cementera, que, a la postre, se coronaría campeona del torneo.
De esta generación atlista, destaca el hecho de que el primer equipo estuvo formado, esencialmente, por jugadores surgidos de sus fuerzas básicas. Dirigidos por Alfredo ‘Pistache’ Torres, futbolistas como Ricardo ‘Astroboy’ Chavarín, Bernardino García y José Luis ‘Pillo’ Herrera, desarrollaron un juego tan vistoso y ofensivo que le ganó al equipo el mote de ‘los Amigos del Balón’.
Sin embargo, este torneo sería el único bueno para el Atlas en muchos años. En la temporada 1977-78, los Rojinegros terminaron penúltimos de la tabla general con 28 unidades. En el playoff por el no descenso, los tapatíos se enfrentaron al peor equipo del campeonato, Unión de Curtidores. A pesar de ser los favoritos para quedarse en Primera, los Zorros no pudieron con el equipo guanajuatense, que, por marcador de 4 – 2, volvió a mandar al Atlas al infierno.
De nueva cuenta, el Rojinegro volvió al máximo circuito un año después, producto de una temporada en la que, con 66 puntos, fueron el mejor equipo de la fase regular. Posteriormente, en la final por el ascenso, el equipo derrotó al Club Deportivo Cuautla por marcador global de 3 – 2. Lamentablemente para el Atlas, ésta sería la última buena noticia que recibirían en un buen tiempo.
La Academia no volvió a perder la categoría, pero su estadía en Primera no fue lo que su afición esperaba. En esos años, el equipo sumó varios récords negativos, como las nueve derrotas consecutivas y los 1,075 minutos sin anotar gol, ambos en la temporada 1980-81. Además, los tapatíos hilvanaron 11 años sin calificar a una Liguilla, desde la temporada 1973-74 hasta la 1983-84. No obstante, la siguiente década tendría preparados mejores años para los Amigos del Balón.
Con la mira puesta en cambiarle la cara al equipo, la directiva atlista contrató, en 1992, al argentino Marcelo Bielsa, un joven que, en sus dos primeros años como entrenador, había logrado darle al Club Atlético Newell’s Old Boys un par de campeonatos de la Primera División de Argentina, en la temporada 1990-91 y en el torneo Clausura 1992.
Como labor fundamental durante su estadía en el banquillo rojinegro, Bielsa se dedicó a fortalecer las fuerzas básicas del equipo. A lo largo de su gestión, se realizaron visorías por toda la geografía mexicana, esto con la misión de captar jóvenes talentos que pudieran foguearse como profesionales en las divisiones inferiores de la Academia.
En la temporada de debut de su nuevo entrenador, el Atlas tuvo un año regular en el que terminó en la tercera posición de su grupo y no pudo clasificarse a la Liguilla. Para la campaña 1993-94, los Rojinegros accedieron a la fase final después de ocho años de ausencia, pero fueron eliminados en cuartos por el Club Santos Laguna.
El estratega argentino partió a dirigir al Club América en 1995, pero su legado quedó impregnado en la cantera de la institución atlista. Durante el siguiente par de años, se alcanzaron algunas Liguillas, aunque éste fue un periodo de transición para los Zorros, hasta que, en 1997, encontraron al reemplazo ideal del ‘Loco’ Bielsa.
De cara al torneo de Invierto 97, el Atlas contrató al experimentado Ricardo Antonio La Volpe, viejo conocido del fútbol mexicano y cuyo último equipo había sido el América. Desde aquellos años, ya era conocido el gusto de La Volpe por darle oportunidad a los jóvenes, así que el trabajo hecho por Marcelo Bielsa en fuerzas básicas le daba mucho material con qué trabajar.
En su primera temporada con el cuadro tapatío, el argentino pudo clasificar a su equipo a la Liguilla por el título. El Atlas, que entró a esta fase en séptimo lugar, fue eliminado por global de 5 – 1 en cuartos de final por el equipo que terminaría siendo campeón: el Cruz Azul de Luis Fernando Tena.
Para el campeonato de Verano 98, los Zorros volvieron a tener una espléndida campaña con La Volpe al frente. El Equipo del Paradero sumó 30 puntos y se posicionó en el cuarto lugar de la tabla general. En la fase final, el Atlas eliminó a los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, pero cayeron ante Necaxa por global de 3 – 2 en las semifinales.
En el siguiente torneo, los tapatíos terminaron la fase regular en la séptima posición y, en los cuartos de final, dieron cuenta del poderoso Toluca de Enrique Meza. A pesar de haber eliminado a uno de los mejores del país en esa época, los Amigos del Balón volvieron a caer ante Necaxa en la misma fase y por el mismo marcador que seis meses antes. De haber ganado esta semifinal, el equipo de La Volpe se hubiera disputado el título ante su máximo rival, las Chivas del Guadalajara.
Para el torneo de Verano 99, la Academia del Fútbol Mexicano ya había cosechado a grandes jugadores salidos de sus categorías formativas. Hombres como Erubey Cabuto, Rafael Márquez, Julio ‘Jerry’ Estrada, Héctor López, Juan Pablo ‘Chato’ Rodríguez, César Andrade, Miguel Zepeda y Daniel Osorno, acompañados por refuerzos del calibre de Pablo Lavallén, Jorge Almirón y Hugo ‘Misionero’ Castillo, le dieron al Atlas una marca de 10 victorias, 4 empates y sólo 3 derrotas para sumar 34 puntos y ubicarse en el segundo lugar general, más que suficiente para avanzar a la Liguilla.
En la fase de cuartos, los tapatíos vencieron a Monarcas Morelia por marcador global de 4 – 3. Después, en semifinales, el Rojinegro pasó por encima de Cruz Azul, obteniendo la victoria por 4 – 0 en la Ciudad de México con goles de Andrade, Zepeda, Rodríguez y Castillo. Para la vuelta, el ‘Chato’ y el ‘Misionero’ volvieron a marcar para redondear un contundente global de 6 – 0.
Con este buen paso, el Atlas llegó a su primera final de Liga para enfrentarse a los Diablos Rojos del Toluca, dirigidos por Enrique Meza y comandados por el campeón de goleo individual de aquella campaña, el paraguayo José Saturnino Cardozo. La misión no era nada sencilla, pero, en ese punto, los Zorros se sentían preparados para lo que fuera.
El partido de ida se disputó el 3 de junio de 1999 en el Estadio Jalisco. Parecía que la eliminatoria tomaba su rumbo desde muy temprano, cuando, con goles de Carlos María Morales al minuto 2' y de Cardozo al 8', los visitantes se ponían al frente en el marcador. César Andrade acercó a los Rojinegros al 20', pero, siete minutos después, Morales volvió a ampliar la diferencia. El segundo tiempo, sin embargo, fue completamente de los locales, que, con tantos de Hugo Castillo al 54' y de ‘Rafa’ Márquez al 69', empataron el partido a tres goles por bando, de manera que todo se definiría en la vuelta.
Como telón de fondo del encuentro definitivo, el Estadio Nemesio Díez se vistió de gala para ver a un Toluca que, en ese momento, lucía favorito para levantar el trofeo. Pero, a pesar de jugar como visitantes, los jóvenes atlistas salieron a darlo todo desde el primer minuto, mismo en el que el ‘Misionero’ Castillo adelantó a su equipo. No obstante, la alegría tapatía duró poco, pues Saturnino Cardozo emparejó los carteles tan sólo dos minutos después.
Todavía en el primer tiempo, cuando ambos equipos estaban mostrando un fútbol bastante ofensivo, Alberto Macías le dio la vuelta al juego al minuto 26', dándole la ventaja parcial al equipo choricero. Sin embargo, recién terminado el descanso, Miguel Zepeda marcó, al minuto 50', el 2 – 2 en el marcador, que ya no se movería ni en los 90 regulares ni en los tiempos extra. Así, con global de 5 – 5 y en una final que, aun hoy en día, es recordada como una de las mejores en la historia del fútbol mexicano, todo se definiría en la tanda de penales.
Desde los once pasos, Antonio Taboada y Víctor Ruiz marcaron los dos primeros para el Toluca, mientras que Juan Pablo Rodríguez y Miguel Zepeda hicieron lo propio por parte del Atlas. Erubey Cabuto atajó el tercer penal de los locales, cobrado por Fabián Estay, de manera que Daniel Osorno tuvo la oportunidad de adelantar a la Academia, pero su disparo se estrelló en el travesaño.
Darko Vukić y José Saturnino Cardozo anotaron, respectivamente, el cuarto y el quinto penal de los Diablos. Esto fue bien respondido por Rafael Márquez y Eduardo Bustos, por lo que el campeón se tendría que definir en la instancia de muerte súbita.
Abriendo esta nueva tanda, Salvador Carmona volvió a adelantar al equipo de casa, de modo que Julio Estrada quedaba con la responsabilidad de mantener vivos a los de Jalisco. El ‘Jerry’ se perfiló y cobró su disparo al poste derecho, pero el balón fue detenido por Hernán Cristante, con lo que el Deportivo Toluca se hizo con su quinto título de Liga hasta ese entonces.
A pesar de haber caído en la última instancia, el gran torneo de los Rojinegros no pasó desapercibido por nadie, y menos si tomamos en cuenta que la práctica totalidad del plantel estaba conformada por jóvenes recién salidos de la cantera. Este hecho hizo que la generación atlista que llegó a la final del Verano 99 fuera conocida como ‘los Niños Héroes’.
De esta camada, destaca la carrera de Rafael Márquez, quien, después de disputar la final contra el Toluca, se fue a Francia para jugar con el AS Mónaco, equipo con el que ganaría la Ligue 1 y la Supercopa francesa en su primer año. Más adelante, el ‘Káiser de Zamora’ pasó a formar parte de las filas del FC Barcelona, con el que ganó cuatro Ligas Españolas, una Copa del Rey, tres Supercopas de España, dos UEFA Champions Leagues, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes. Márquez volvería al Atlas en 2016, y se retiró con este equipo en el año 2018.
En el siguiente campeonato, el Invierno 99, Atlas tuvo su mejor temporada regular en la historia de los torneos cortos. Los Zorros tuvieron marca de 11 partidos ganados, 5 empatados y sólo 1 perdido, lo que les sirvió para sumar 38 unidades y posicionarse en la cima de la tabla.
Llegó la fase de cuartos de final, en la que el equipo de La Volpe derrotó a los Tecos por global de 4 – 3. El rival de las semifinales era el Pachuca de Javier Aguirre, equipo que había calificado a la Liguilla vía repechaje tras eliminar al Morelia y que, en cuartos, dio cuenta de los campeones Diablos Rojos.
Atlas lucía como amplio favorito en esta eliminatoria, pero los Tuzos sorprendieron en el partido de ida al ganar por 0 – 2 con goles de su figura, Pablo Hernán Gómez. La vuelta se disputó en el Estadio Jalisco y, aunque la Academia ganó dicho encuentro, el solitario gol del ‘Misionero’ Castillo no fue suficiente para darle la vuelta al marcador global. De esta manera, los Rojinegros fueron eliminados por un Pachuca que terminaría ganándole la final al Cruz Azul y obteniendo su primer campeonato de Liga.
La gran actuación del Atlas en el Invierno 99 le valió para recibir una invitación a la Copa Pre Libertadores, en donde disputó un cuadrangular con el Club América y los clubes venezolanos Deportivo Italchacao y Deportivo Táchira. Los Zorros terminaron esta fase en primer lugar y, junto con el equipo de la capital mexicana, accedió a la Copa Libertadores por primera vez en su historia.
A los Amigos del Balón les tocó el complicado grupo 4, que compartieron con el Club Atlético River Plate (Argentina), la Universidad de Chile (Chile) y el Atlético Nacional (Colombia). A pesar de la complejidad de los rivales, el Atlas terminó la primera fase con dos victorias, dos empates, dos derrotas y un total de 8 puntos que le dieron el pase a la ronda eliminatoria como segundo lugar de su grupo.
En la fase de octavos, la Academia quedó emparejada con el Club Deportivo Popular Junior de Barranquilla, Colombia. En el partido de ida, los Zorros se impusieron por 2 – 0 con par de goles de Juan Pablo Rodríguez a los minutos 77' y 81'. Para la vuelta, en Colombia, el Atlas pudo superar al Junior por marcador de 1 – 3, con tantos del propio ‘Chato’, Daniel Osorno y Ailton Da Silva. José Herrera fue el encargado de descontar para los locales.
Después de superar la primera ronda con global de 5 – 1, los dirigidos por Ricardo La Volpe llegaban motivados a los cuartos de final, en donde les tocaba enfrentarse al Palmeiras de Brasil. Los amazónicos hicieron valer su papel de favoritos y, con victorias por 0 – 2 en el Jalisco y 3 – 2 en el Estadio Palestra Itália, avanzaron a semifinales. La aventura libertadora del Atlas terminó en la fase de cuartos, pero los Rojinegros y, en general, el fútbol mexicano dejaron un buen sabor de boca en Sudamérica, pues, en aquella edición, el América se quedó muy cerca de eliminar a Boca Juniors en la ronda semifinal.
Pasó el tiempo y la gran generación de futbolistas rojinegros se fue apagando. Después de un Verano 2001 en que el equipo no pudo clasificarse a la Liguilla, La Volpe dejó el banquillo del Atlas para irse a dirigir al Deportivo Toluca. La escuadra tapatía tampoco pudo acceder a la siguiente ronda en el torneo de Invierno. Lo consiguió en el Verano 2002, pero, en cuartos de final, un empate global a tres goles contra el Santos Laguna le dio el pase a semifinales al equipo de Torreón gracias al criterio de posición en la tabla.
El Atlas se quedó fuera de la zona de clasificación en el torneo de Invierno, pero, para el Clausura 2003, lograron entrar a la Liguilla como sexto lugar de la tabla. No obstante, la aventura rojinegra terminaría muy rápido, pues cayeron eliminados por global de 5 – 4 ante los Rayados de Monterrey en cuartos de final. La Academia volvería a calificar a la Liguilla un año después, pero fueron echados en la misma fase por los Pumas de la UNAM, equipo que terminaría levantando el trofeo del Clausura 2004.
Para el Apertura 2004, la institución atlista, dirigida por Sergio Bueno, formó un cuadro sólido que llenó de esperanza a su afición. Con Robert De Pinho y Carlos María Morales como sus hombres más importantes, los Zorros consiguieron un buen torneo en el que sumaron 37 puntos y fueron el cuarto mejor equipo de la Liga. Con 12 tantos, De Pinho fue el subcampeón de goleo del torneo, quedando sólo por debajo de Guillermo Franco y sus 15 dianas.
Atlas no pudo haber pedido un mejor adversario en los cuartos de final: las Chivas Rayadas del Guadalajara. En el partido de ida, los Rojinegros se llevaron la victoria por la mínima gracias a un tanto de Juan Manuel García. Durante la vuelta, con dos goles de Robert De Pinho y uno de Juan Pablo García, los Zorros tenían una cómoda ventaja de 3 – 0 al medio tiempo. Sin embargo, el Rebaño consiguió el empate tras un gol de Alberto Medina y dos más de Miguel Sabah.
A pesar del susto, el marcador global de 4 – 3 le permitió a los Amigos del Balón clasificarse a las semifinales. El rival en esta instancia serían los Pumas dirigidos por Hugo Sánchez. El equipo capitalino finalizó el campeonato como noveno lugar, pero el formato de grupos en el que, en aquel entonces, se disputaba la Primera División, le permitió acceder a la Liguilla y eliminar al súper líder Veracruz en cuartos.
El duelo de ida en el Estadio Olímpico Universitario terminó con un emocionante 4 – 3 a favor de los locales. La derrota, sin embargo, no resultaba muy preocupante para los tapatíos, ya que recibirían el partido de vuelta en casa y con la ventaja de haber hecho tres goles en patio ajeno.
No obstante, los felinos sorprendieron al tomar ventaja de 0 – 2 en el Estadio Jalisco. De Pinho marcó para el Atlas al minuto 86', pero el global de 6 – 4 fue irremontable para unos Zorros que quedaron eliminados ante los Pumas. Esa misma temporada, el equipo universitario se convirtió en el primer bicampeón del fútbol mexicano desde que se adoptó el formato de torneos cortos.
Luego de la buena actuación en el Apertura 2004, el Atlas acumuló varios torneos en los que no tuvieron participaciones destacadas. Los Rojinegros lograron clasificar a la Liguilla en el Apertura 2006 y en el Clausura 2007, siendo eliminado en ambas ocasiones por el Club América en la ronda de cuartos. Pero, más allá de este par de ocasiones, el Atlas no volvió a pisar la fase final hasta el Clausura 2013 y, en este lapso, terminó como último lugar general en tres ocasiones (Clausura 2005, Apertura 2007 y Apertura 2010).
Aun así, el club atlista encontró un oasis en el año 2008, cuando la Federación Mexicana de Fútbol organizó un torneo llamado InterLiga, el cual se disputó en Estados Unidos y otorgaba un boleto y medio para la próxima edición de la Copa Libertadores. En aquella competencia, Atlas disputó, ante el San Luis FC, una de las dos finales del torneo, la cual ganó por marcador de 3 – 0 con un gol de Bruno Marioni y dos más de Jorge Achucarro. Al ser el segundo mejor de entre los dos ganadores de la InterLiga, la institución jalisciense obtuvo su pase al repechaje previo de la justa continental.
En los duelos de repesca, el equipo rojinegro derrotó por global de 2 – 1 a La Paz FC de Bolivia, lo que le valió para acceder a la fase de grupos de la Copa Libertadores. En dicha instancia, el Atlas compartió el sector 3 con Boca Juniors (Argentina) Colo-Colo (Chile) y Unión de Maracaibo (Venezuela).
A lo largo esta ronda, el equipo mexicano sorprendió a propios y extraños tras sumar 11 puntos, producto de tres victorias, dos empates y una sola derrota. Esta cifra le sirvió al Atlas para ocupar el primer lugar de su grupo y clasificar a la fase de eliminación directa.
En octavos de final, la Academia se enfrentó al Club Atlético Lanús de Argentina. El resultado del partido de ida, disputado en el Estadio Ciudad de Lanús, favoreció a los Zorros gracias a un gol solitario de Bruno Marioni. Para la vuelta, el 'Barullo' volvió a adelantar a los tapatíos, pero el club argentino lo empataría por conducto de José Sand. Posteriormente, Ulises Mendívil le devolvió la ventaja a los de casa y, a pesar del tanto conseguido por Lautaro Acosta al minuto 91', el equipo de Miguel Ángel Brindisi avanzó a la siguiente ronda con global de 3 – 2 a favor.
Para la fase de cuartos, el Atlas se vería las caras contra uno de los equipos con los que compartió grupo: el Boca Juniors. Como dato curioso, el partido de ida no se disputó en la cancha de Boca, sino en el Estadio José Amalfitani, casa del Vélez Sarsfield.
El Rojinegro se puso al frente muy temprano en el primer partido gracias a un cabezazo de Omar Flores al minuto 6'. Pero, media hora más tarde, un autogol de Hugo Ayala le dio el empate a los locales, que le darían la vuelta al 75' por conducto de Julio César Cáceres. Parecía que los Zorros iban a perder la primera batalla, pero, a un minuto del final, Jorge Torres Nilo puso el marcador en tablas.
Con el empate y dos goles anotados de visita, el Atlas parecía encaminar el rumbo a las semifinales de la Libertadores. No obstante, el equipo de Buenos Aires hizo gala de toda su historia en el Estadio Jalisco, y un imparable Martín Palermo marcó, al minuto 19', al 33' y al 37', los tres goles que pusieron el global en 5 – 2 y que volvieron a dejar fuera a los de Guadalajara en los cuartos de final.
Después de seis años de ausencia, el equipo rojinegro volvió a clasificarse a una Liguilla por el título en el torneo Clausura 2013, cuando era dirigido por Tomás Boy. En este campeonato, el Atlas tuvo una gran temporada regular en la que, con marca de nueve victorias, cinco empates y tres derrotas, acumuló 32 puntos y ocupó el tercer lugar de la tabla.
En los cuarto de final, el Equipo del Paradero enfrentó al Santos Laguna y consiguió un empate sin goles en Torreón. Sin embargo, en el partido de vuelta, los laguneros le dieron la vuelta a un partido en el que Omar Bravo había adelantado a los Zorros. Así, con marcador en contra de 1 – 3, la escuadra del ‘Jefe’ volvió a quedarse corta de las semifinales.
Para el Apertura, el Atlas sólo obtuvo una victoria por nueve empates y siete derrotas, lo que lo confinó al decimoquinto puesto, muy lejos de cualquier posibilidad de clasificar a la siguiente ronda. Pero la buena noticia para la afición rojinegra llegó en el mes de noviembre, cuando se hizo oficial la compra del equipo por parte de Grupo Salinas.
La inversión de los nuevos dueños se hizo notar en el Apertura 2014, torneo en el que el Atlas hizo 31 puntos y ocupó el tercer puesto. Su rival en cuartos fue Rayados, y los Rojinegros pudieron derrotarlos por 0 – 1 con gol de Luis Neri Caballero en la ciudad de Monterrey. No obstante, en el partido de vuelta, los regiomontanos le dieron la vuelta a la eliminatoria con goles de Dorlan Pabón y de Cándido Ramírez, volviendo a dejar a la Academia a las puertas de otra semifinal.
La buena actuación en el Apertura le consiguió al Atlas su clasificación directa a la fase de grupos de la Copa Libertadores del año 2015. El equipo del ‘Jefe’ Boy compartió sector con el Independiente de Santa Fe (Colombia), el Atlético Mineiro (Brasil) y el Colo-Colo (Chile). Los Rojinegros sólo consiguieron ganar dos partidos a cambio de cuatro derrotas, con lo que firmaron su peor participación en el certamen continental, quedando últimos de su grupo.
En el siguiente torneo nacional, los Zorros volvieron a calificar a la ‘Fiesta Grande’ al ocupar el cuarto lugar. El rival a vencer en cuartos era el Deportivo Guadalajara, con el que se empató por 0 – 0 en el partido de ida. Pero, en el segundo encuentro, un triplete de Marco Fabián y un gol de Omar Bravo sentenciaron de nueva cuenta al Atlas, por el que descontó Juan Carlos Medina.
Ese partido es recordado por un hecho lamentable, ya que, en los minutos finales, cuando su equipo ya perdía por 1 – 4, una parte de la Barra 51 invadió el terreno de juego para increpar a los jugadores y cuerpo técnico. Este hecho culminó en la detención de algunos de estos aficionados por parte de las autoridades tapatías.
El Atlas tuvo un par de torneos malos en el Apertura 2015 y en el Clausura 2016, por lo que la directiva decidió contratar a José Guadalupe Cruz. En su primer torneo, el ‘Profe’ no obtuvo los resultados esperados, pues el equipo sólo cosechó 19 puntos y se quedó en la posición número 15.
La clasificación volvió a llegar en el Clausura 2017, cuando el equipo de Cruz ocupó la sexta plaza gracias a las 26 unidades que sumó. En este torneo, el máximo rival, Chivas, terminó la primera fase en la tercera posición, por lo que, de nueva cuenta, se dio un Clásico Tapatío en cuartos de final.
Los Zorros ganaron el juego de ida gracias a un gol anotado por Matías Alustiza desde los once pasos. El partido de vuelta fue disputado en el Estadio Akron, casa del equipo rojiblanco, en donde, a los 45 minutos, Orbelín Pineda marcó el tanto del empate global. Los dirigidos por el ‘Profe’ Cruz no pudieron volver a anotar, de modo que, por el criterio de la posición en la tabla, el Guadalajara volvió a eliminar al Atlas en la primera ronda eliminatoria. Para colmo, en ese torneo, la afición rojinegra tuvo que soportar ver al acérrimo rival coronarse como campeón del fútbol mexicano.
En el torneo Apertura, el Atlas sumó 25 puntos y se posicionó en el octavo puesto, suficiente para ubicarse en zona de Liguilla. No obstante, el resultado fue el mismo para el club tapatío, pues, en cuartos de final, cayó ante el súper líder Monterrey por global de 6 – 2.
Después de la destitución de José Guadalupe Cruz, la entidad rojinegra ha contratado a varios entrenadores como Ángel Guillermo Hoyos, Leandro Cufré y Rafael Puente del Río. A pesar de los varios cambios de entrenadores, el club no ha podido encontrar una fórmula que los vuelva a llevar a la Liguilla.
Tras seis años como dueño, en los que no pudo convertir a la Academia en un equipo contendiente, Grupo Salinas decidió poner en venta al equipo jalisciense. Quien respondió al llamado fue grupo Orlegi, propietario del Club Santos Laguna de Primera División y del Tampico Madero FC de la Liga de Ascenso.
Con este nuevo proyecto, Orlegi Sports tiene como objetivo principal volver a convertir al Atlas en un equipo importante dentro de la escena nacional. A pesar de que los primeros torneos no han dado frutos importantes, la afición atlista tiene la fe puesta en que el grupo de Alejandro Irarragorri devuelva a la Academia del Fútbol Mexicano a sus viejas glorias.
En la actualidad, el Atlas ha cosechado sus mejores frutos en las fuerzas básicas, pues la Academia, además de exportar futbolistas de gran calidad, ha ganado varios torneos en las diversas categorías inferiores del balompié nacional. Además, las Rojinegras son uno de los equipos más importantes de la Liga MX Femenil, donde, si bien no han podido levantar ningún título, siempre son consideradas como uno de los rivales a vencer.
Esta biografía fue redactada por Rodrigo Íñiguez.