El 18 de diciembre de 1968 no fue un día más para la modesta familia Sánchez Pizarro, pues fue entonces cuando con sus aires del sur María Pizarro Medina, dio a luz en Madrid al hijo menor de la familia, al que pusieron por nombre Alejandro, de apellidos Sánchez Pizarro. La familia de Alejandro Sanz, que vivía en Madrid en el barrio de Pueblo Nuevo -Ciudad Lineal-, había marchado a Madrid desde la Andalucía que añoraban, en busca de un futuro mejor.
El padre de Alejandro Sanz, Madero, algecireño, dedicó su vida a la música, de hecho el padrino de ‘Alex’ es Manuel Alejandro, -reconocido compositor español- por lo que la transmisión genética jugó un papel determinante en las inquietudes artísticas de Alejandro, que a diferencia de su hermano Jesús -que era más de jugar al fútbol-, prefería componer con la guitarra de su padre.
Los intereses que llevaron a Alejandro Sanz a la música aparecieron muy temprano, pero como ha contado en más de una ocasión el azar jugó también un curioso papel en su destino. De hecho la madre de Alejandro le llevó a apuntarse a una escuela de kárate pero al estar cerrada acabó inscribiéndole en una de guitarra.
A partir de entonces no hubo vuelta atrás en su vida, le regalaron una raqueta pero no le hacía demasiada ilusión porque aquellas cuerdas no sonaban al utilizarla como guitarra. Hasta donde puede recordar claramente le encantaba componer e imitar a sus grandes ídolos que en su gran mayoría eran cantantes.
Su madre le llevó a apuntarse a una escuela de kárate pero al estar cerrada acabó inscribiéndole en una de guitarra
De hecho sus regalos preferidos fueron la guitarra -la primera que tuvo fue la de su padre- y una grabadora, que ya con siete años comenzó a utilizar -en ese momento martirizar- al resto de la unidad familiar. Con diez años la música detentaba el monopolio de sus sueños y fantasía, ya componía sus primeras canciones y en cierto sentido tomaba un camino poco habitual al resto de los niños de su edad.
Pueblo Nuevo (Ciudad Lineal) le vio crecer hasta los trece años y luego el barrio de Moratalaz puso en órbita la adolescencia de un estudiante de auxiliar administrativo y aspirante a trovador.
María, ‘la Jefa’ su madre alcalaína cuya verdad era de mármol y su candor de piñas verdes, siempre quiso que su hijo estudiara unas oposiciones para que acabara trabajando en un banco, pero Alejandro le repetía una y otra vez que soñaba con la música. Ella -que le quería bien- le decía aquello de que “niño si eso es solo para uno entre un millón” Entonces él le decía que iba a ser ese uno entre un millón, su madre le decía: “eso es una utopía”.
Ante aquello buscó la mejor definición de utopía y descubrió a Eduardo Galeano y su maravillosa descripción de la citada palabra: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar” decía el maestro y, su madre le contestaba que se dejara de ‘chalauras’.
No le faltaba razón a María que conocía bien la vida de los músicos, los artistas, ella sabía lo complicado de aquel mundo por su marido, pero la utopía de Alejandro era la poesía, ubicada a mitad de camino entre el heavy y el flamenco, en aquella guitarra con la que creaba y se defendía en la jungla del barrio. Cruzaba el puente de la M30, que une ‘Morata’ –como se conoce popularmente al distrito 14 de la capital- con el barrio de La Estrella y desde allá arriba se imaginaba en un escenario cantando ante miles de personas.
Tenía 14 años caminaba con la utopía de sus seis líneas del horizonte, las seis cuerdas de esa guitarra española que le invitaba a soñar y le marcaban el rumbo. Niño de ciudad en invierno y de pueblo en verano; el contraste del Madrid de los ochenta y noventa, con sus veranos en Alcalá -el azul barbudo de nubes irrepetibles-, el que quedaba colgado de la constelación de Orión, en las navidades de Carmona en las que amaneció en él la astronomía, se hicieron evidentes en su personalidad creativa.
Su primera maqueta fue rechazada por Hispavox
Acudió a estudiar al Instituto Mariana Pineda -M3-, conocido así por ser el tercer instituto de Bachillerato que se levantó en Moratalaz. Durante trece años, en el periodo comprendido entre 1980 y 1993, las calles del barrio de Moratalaz se convirtieron en el pentagrama de su rebeldía. ‘Alex’ tuvo muy buena conexión con los gitanillos de las prefabricadas, especialmente con "el Manolo".
Tocaba por rumbas y bulerías en la plaza del Encuentro y en los parques Zeta y La Osa Menor junto a los chavales gitanos de las casas prefabricadas que sustituyeron a las antiguas chabolas que había enfrente de su casa. Paco fue otro de sus grandes amigos en aquella época del Instituto, con él vivió muchos momentos. Moratalaz no era muy diferente a muchos de los barrios de la España de los años ochenta, en los que las drogas hicieron estragos. En esencia Alejandro no fue tan diferente al resto de los chicos del barrio, adolescente un poco rebelde pero afortunadamente siempre tuvo una guitarra como válvula de escape e instrumento de hermanamiento, integración y socialización.
De hecho dos amigos de su pandilla murieron a consecuencia del consumo. En su personalidad se detecta la inconfundible raíz andaluza que respiró en su casa y Madrid con sus barrios del mundo. De hecho le gustaba el heavy, llegó a formar un grupo con su amigo Carlos Rufo, actual guitarrista de Melendi, que se llamaba Jinete Inmortal. Por aquel entonces Alejandro lucía melena y muñequera de pinchos, teniendo como referentes y bandas de cabecera a Judas Priest, Deep Purple, Obús o Medina Azahara.
La música era su vida y la guitarra su espada, en todo momento encontraba una excusa para tocar, como cuando iban a la Iglesia del Párroco Don Mario, a la que se accedía tal y como ha contado su hermano por la escalera de un avión.
Su primera maqueta realizada tras muchos años escuchando, tocando e intentando hacerse notar en el mundo de la música fue rechazada por Hispavox.
Déjame de Los Secretos y Pongamos que hablo de Madrid, eran sus dos canciones preferidas aquellas de las que hacía uso para hacer su propia versión desarmar a las chicas. Y es que pongamos que hablamos de Alejandro Sanz pues con la canción de Sabina compuso el mapa de uno sueños que entre los dedos se le escaparon por el desfiladero de las cuerdas parlantes de Paco de Lucía. Muy inquieto interiormente ‘Alex’ encontró en Bécquer, Tagore, Rosalía de Castro, Miguel Hernández, Delibes, Neruda, Galeano o García Márquez, las musas, libros y espadas de letras forjadas a fuego para crear ‘y de camino ligar’. Antes de darse cuenta, la literatura también le había capturado de manera que pasaba horas abismado en los grandes.
Pues el “niño del pajarito” no era cantautor, sino eterno efímero y trovador, aquel que desde que con 16 años grabó Los chulos son pa’cuidarlos no hizo otra cosa que viajar por los versos y las notas para cantar al amor. De aquel primer álbum publicado en 1989 no había prácticamente nada de Sanz, que con el nombre artístico de Alejandro Magno se lanzó el mercado siendo prácticamente un niño. Se divirtió grabándolo y haciéndolo pero nunca llegó a identificarse con aquel primer trabajo.
En cualquier caso en los años noventa el rock pegaba fuerte y Sanz acabó convirtiéndose en contrapunto, tras el poeta del amor –que volvía locas a las adolescentes- había un gran músico que se fue descubriendo a medida que fue madurando y que las productoras fueron dejándole hacer y crecer. Cuando fue ‘fichado’ por Warner Music la productora descubrió en aquel chico de 21 años a un artista con un enorme potencial. Dotado de un gran carisma y, sobre todo, un talento especial para componer temas que sorprendían por la belleza de sus melodías y por la madurez e intensidad de sus letras.
Su debut con un equipo más profesional se produjo en 1991 con Viviendo Deprisa, que le permitió entrar en una espiral de éxito especialmente dirigido a un público femenino y adolescente. Evidentemente Alejandro arrasó en el citado arco generacional, pero con el transcurrir del tiempo, su talento, la madurez y el consejo de grandes profesionales y artistas, acabó convirtiéndose en uno de los compositores/cantantes más respetados, admirados e imitados de la música española.
Alejandro no tiene sitio en el flamenco porque ese universo musical es tremendamente profundo, pero se puede considerar que siempre tuvo un flamenco dentro porque en todo momento aprendió y se sintió cerca de los mejores. De hecho su relación con los ‘Lucía’ y el gran maestro Paco fue tremendamente cercana –prácticamente familiar- desde muy niño. Algeciras y Alcalá -con Cádiz como fondo marino- fundieron sus musas creativas en Miami donde solían coincidir, siempre con Alejandro rendido a la sabiduría de Paco, su magia natural.
Tanto la referencia como el consejo del irrepetible maestro de las seis cuerdas, constituyó una constante durante toda su carrera. Como se ha definido en alguna ocasión se considera un flamenco sin carné, ni es tan intenso, ni tiene la hondura, ni el ‘quejío’, pero conoce los recovecos del compás para llevarlos a su terreno. Del Alejandro Sanz de los comienzos al actual existe una lógica y clara evolución, aunque la temática central de su obra ha sido la exaltación del amor pasó con los años de las princesas a las marcianas…
Alejandro Sanz comenzó en 1991 con la publicación del disco Viviendo Deprisa bajo la producción artística de Miguel Ángel Arenas. Con él inició una aventura soñada, el primer paso hacia la utopía, posiblemente el artista madrileño que contaba por entonces con 23 años no podía imaginar hasta dónde llegaría. De aquel primer disco queda intacta la ilusión y sus inquietudes artísticas, pero lo cierto es que durante su primera etapa ser fan de Alejandro estaba considerado como algo exclusivamente reducido a las chicas adolescentes.
Algo lógico puesto que sus temas versaban en gran medida hacia ese sector de público femenino juvenil que llevaba su imagen en sus carpetas. Fue el primero que presentó oficialmente como Alejandro Sanz y de este trabajo se percibe esa ingenuidad y frescura de los primeros años. De hecho en este disco ya existen temas para el recuerdo como Pisando fuerte, Se le apagó la luz y Los dos cogidos de la mano, himnos de aquella generación de fans. Las diez canciones fueron grabadas entre septiembre de 1990 y abril de 1991 en los Estudios Quarzo de Madrid. Los dos cogidos de la mano, Pisando fuerte, Lo que fui es lo que soy, Todo sigue igual, Viviendo deprisa Se le apagó la luz, Duelo al amanecer, Completamente loca, Toca para mí y Es este amor.
En 1993 publicó su segundo trabajo de estudio con Si Tú Me Miras, un disco en el que contó con la colaboración de artistas destacados en el mundo de la música. El álbum fue grabado entre octubre de 1992 y abril de 1993 en los Estudios Townhouse de Londres (Inglaterra). La producción corrió a cargo de Miguel Ángel Arenas y Nacho Mañó.
Empezaba a ser ya el Alejandro Sanz identificable, con mayor acercamiento a su verdadera personalidad creativa e interpretativa. Se atisba ya en incipiente medida su verdadero talento para hacer canciones, además en este disco contó con la colaboración de Paco de Lucía en dos temas El escaparate y Mi primera canción. En total fueron diez canciones, Si Tú Me miras además de Cómo te echo de menos, fueron íntegramente compuestos por el artista madrileño. A los ya citados se sumaron temas como Tu letra podré acariciar, El escaparate Cuando acabas tú, Vente al más allá, Qué no te daría yo, Este pobre mortal y A golpes contra el calendario.
Con 3 siguió evolucionando en su carrera, era el año 1995 y Alejandro Sanz bajo la producción de Emanuele Ruffinengo comenzó a acercarse a la canción italiana entendida tal y en cierto sentido se puso el primer pilar de ese sonido tan característico suyo aunque posteriormente volviera a dar otro salto, otro paso más hacia un sonido más latino. Mi soledad y yo es un tema especialmente destacable, la melancolía y la belleza serpentean por sus letras y sus acordes.
Diez temas de un disco que tuvo su versión en italiano y fue completado con La fuerza del corazón, -este tema sin duda uno de los más potentes y especiales de su carrera- Por bandera, Ellos son así, Quiero morir en tu veneno, ¿Lo ves?, Canción sin emoción, Eres mía, Ese que me dio vida y Se me olvidó todo al verte.
Más es el disco más vendido de la música española, con seis millones de copias, mientras que Corazón partío estuvo en las listas de éxito 67 semanas. ‘Ade-Más’ de las diez canciones del álbum siete fueron extraídas como sencillo. Es también el disco más vendido en España con 2,2 millones de copias vendidas hasta la fecha. Sin duda el año 1997 constituyó un antes y un después en su carrera, con la publicación de Más, Alejandro Sanz despegó y se puso en órbita. Su disco dio la vuelta al mundo, abrió las puertas de los corazones de mucha gente.
Fue un parteaguas musicalmente hablando pues tras una década de dominio de grupos de pop y rock en el panorama musical español, irrumpió Alejandro como nuevo cantautor solista que conseguía enormes ventas. De hecho aquel trabajo creó un estilo, una tendencia que aun a día de hoy sigue vigente gracias a todos los artistas que ha seguido su estela. El disco lanzado en septiembre con 10 canciones que lograron éxitos rotundos: Corazón Partío, Amiga mía, Y, ¿Si fuera ella?, Si hay Dios, Aquello que me diste, Siempre es de noche o Ese último momento… no fue fruto de la casualidad. El artista madrileño coronó una cima pues llegó a escribir más de 30 temas, luego tal y como él mismo explicó dejó que las canciones fueran llamadas por su nombre y que ellas mismas se pelearan para encontrar sitio en el álbum.
De hecho estuvo prácticamente todo un año enclaustrado trabajando en su casa de la calle Toronga, su madre incluso le dejaba la comida delante de la puerta y solo entraban una hora al día para poder limpiar la habitación. Para este trabajo Alejandro volvió a Italia para grabar con Emanuelle Ruffinengo como productor en los estudios Excalibur de Milán.
El repertorio de canciones era de tal altura que una de las que se quedó fuera fue Aprendiz, que luego grabó Malú y cambió la vida de la niña artista de la familia Lucía. El primer sencillo que se presentó fue Y si fuera ella, una canción sobrecogedoramente hipnótica, grande. De cadencia y construcción imposible y el mejor prólogo a un disco cumbre, un trabajo comercial que cambió las reglas del mercado, que redefinió las normas del negocio y marcó nuevas metas para el resto de artistas
A pesar de que la compañía hizo un gran trabajo en la fase de lanzamiento y promoción el verdadero secreto fueron las canciones las que le colocaron en su sitio, y en Más había diez increíbles. Alejandro hasta entonces escribía sus canciones con un estilo costumbrista pero a partir de este momento comenzó a dotar a sus letras de un doble sentido.
En esencia con Más, Alejandro se ganó el respeto de la prensa seria, sus tres primeros trabajos ocuparon páginas en revistas musicales y de fans, pero apenas contaba para los diarios y suplementos. Sanz pasó de estar considerado un artista para un sector muy concreto a uno consagrado en plena madurez creativa y que comenzó a conquistar a perfiles de cualquier edad y clase social.
El tema estrella fue sin duda Corazón partío. El propio Sanz ha contado que el estribillo le vino de inmediato estando en un hotel de Monterrey, aunque luego tardó dos años en acabarla. De hecho cuando la compuso pensó que le “había salido una canción para Camela”. No imaginaba que aquella rumbita iba a acabar siendo una canción icónica para él.
A punto de salir ya el disco a la calle y con la productora convencida de que el trabajo ya estaba su fase final de mezclas, Alejandro seguía sin llegar a llenarle del todo el tema. Por ello llamó a Vicente Amigo, Rubem Dantas y a Alfredo Paixão para redondear el tema. La grabaron en directo y ahí quedó para la historia aquella fusión de ritmos flamencos y latinos con la que cautivó a la gente.
El Alma al Aire sexto disco de estudio de Alejandro Sanz publicado en el año 2000 fue el trabajo de un artista mundialmente reconocido y consolidado en el mundo de la música. Para este álbum grabado en Miami y compuesto por diez temas contó con una gran diversidad de músicos, flamencos, gitanos, cubanos, norteamericanos, italianos…
Precisamente para el tema destacado del citado álbum El Alma al Aire Alejandro Sanz disfrutó nuevamente del acompañamiento de Vicente Amigo y Josemi Carmona. Se denota un periodo de inspiración del cantante madrileño que le roba el alma al aire para entregarla en un suspiro. Aunque también supuso una enorme reválida para el cantante puesto que habiendo situado el listón tan alto con su anterior trabajo ni fue nada fácil cubrir las expectativas. Y ciertamente que lo consiguió con Cuando Nadie Me Ve, Hay Un Universo De Pequeñas Cosas, Quisiera Ser, Para Que Me Quieras, Llega, Llego Soledad, Me Iré, Hicimos Un Trato, Tiene Que Ser Pecado y Silencio.
Con la publicación de No Es lo Mismo en 2003 se pudo ir comprobando la evolución personal, profesional y musical del autor madrileño. Fue un cambio de paso para un artista que regresó con aires renovados, un Alejandro Sanz valiente. Un impulso conseguido gracias a la canción del mismo título, doce temas en los que se compromete, de rima compleja, nuevos sonidos y rap. Un Alejandro sin duda diferente con flamenco, son cubano, baladas, gospel, rap y hip-hop para contar y cantar a las realidades sociales. Es sin duda una vuelta de tuerca, Alejandro comienza a manejar temas y contenidos sociales y políticos. Por primera vez Alejandro Sanz produce un álbum suyo y cuenta con el músico cubano Lulo Pérez para la realización del mismo. El disco fue un éxito en América, quizás al público de toda la vida de Sanz -en España- les dejó un tanto desconcertados escucharle rapear en Try to save your s’ong. En cualquier caso el que no arriesga no gana y este Sanz es diferente pero valiente e interesante es un paso más de un músico que quiere sumar.
En el tema Regálame la silla donde te esperé volvió a contar por segunda vez en su carrera con la colaboración del maestro Paco de Lucía. Doce canciones para todos los públicos, desde los cero hasta los noventa años: No Es Lo Mismo, Hoy Llueve, Hoy Duele, He Sido Tan Feliz Contigo, Try To Save Your Song, Eso, Labana, Sandy A Orilla Do Mundo, 12 Por 8, Al Olvido Invito Yo, Regálame La Silla Donde Te Esperé, Lo Diré Bajito y Si, He Cantado Mal.
2006 fue el año del Tren de los Momentos, Alejandro Sanz venía de arrasar en 2005 con el dueto que hizo junto a Shakira titulado La Tortura y volvió a contar con Lulo Pérez para este trabajo con ese giro urbano del cantante madrileño. Las experiencias personales y profesionales influyen a todo artista, a todo creador.
En este trabajo se nota que Alejandro no perdió de vista las canciones en ningún momento, llegando a participar en áreas en las que hasta ese momento no había participado como el montaje de los vídeos junto a Jaume de la Iguana. Se trató de un disco muy orgánico, compuesto en un 80% en su casa según las cantaba. Improvisando y prácticamente sin escribir en un solo papel. Una de las palabras que más se repite en el disco es coraje y llama también la atención que Alejandro reconocido artista en asuntos del alma le cante al físico, en este caso a las manos y los pies como extremos de los cuerpos y canalizadores de la energía. Quizás es un álbum un poco desconcertante pero dotado de unos destellos de brillantez ciertamente especiales, como es el caso del tema A la primera persona, simplemente sensacional. A la primera persona que me ayude a caminar / Pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle hasta el mar / Yo no digo que sea fácil, pero niña / Ahora mismo ya no tengo ni siquiera donde estar…
El álbum contenía diez canciones Enséñame tus manos, Te lo agradezco, pero no -con Shakira-, Donde convergemos, En la planta de tus pies, La peleíta -con Juanes y Calle 13-, Se lo dices tú, Se molestan, Te quiero y te temo y El tren de los momentos. Además de 4 temas inéditos: Cariño a mares, Tiento, No importa y No lo digo por nada con Álex González del grupo mexicano Maná.
En 2009 Alejandro Sanz salió al mercado con Paraíso Express, otro gran disco, diez temas con un sonido más pop/rock y voces flamencas. Claramente Alejandro hace un guiño a sus fans de siempre, el disco no es tan italiano pero tiene cosas de Más, 3 o El alma al aire. Para la producción del álbum eligió la ayuda de Tommy Torres, su versatilidad. En Mi Peter Punk juega con el doble sentido, con la necesidad de conservar intactos los sueños, las ilusiones, la rebeldía. Es un tratado de crecer sin querer crecer. Desde cuando con una clara influencia del disco Más regresa la balada con vena romántica, suena muy italiana. Looking for Paradise escrita entre Tommy Torres, Alicia Keys, Swizz Beatz y él, supuso la sorpresa del disco. Un dueto junto a Alicia Keys en el que se invita a la búsqueda del paraíso interior. Este tema fue sin duda uno de los grandes éxitos internacionales de 2009. Yo hice llorar hasta los ángeles es una bulería de perdón, debilidad y desnudez. Sin que se note es un tema más rockero que sobresale por su gran producción. Pero esta tarde no te vas es la fugacidad de aquella persona que entra en la vida de otra con fuerza pero que de un modo u otro se marchará. Mala a mitad de camino entre copla, reggae y un rock psicodélico se resume en una sola estrofa: 'y no te puedo dejar / y te quiero incluso un poco más mala'. Acaba casi como un rock psicodélico. Tú no tienes la culpa es una balada a piano basada en la vocación de no culpar a nadie. Nuestro amor será leyenda es el Alejandro de toda la vida, una historia de amor con el que nada ni nadie puede, ni siquiera la distancia tanto en la melodía como en la construcción similar a Quisiera ser.
Con La Música No Se toca, álbum con el que celebró en 2012 sus veinte años en el mundo de la música Alejandro Sanz y que había puesto fin a su vinculación con Warner Music para firmar por Universal, siguió cantando al amor y al desamor pero se hizo evidente su evolución, su madurez artística. El chico, el músico que hablaba de princesas de cuentos infinitos le canta ya a las marcianas, que viene de Marte y se van… pues en su evolución como compositor es también marciano de la música y tras veinte años de profesión tiene muy claro que la música no se toca.
Coproducido junto al colombiano Julio Reyes el lanzamiento del disco se produjo con el tema No me compares en el que se puede escuchar al Alejandro de siempre identificable en sus pinceladas flamencas y latinas para defender su música, la que no se toca. Un tema que fue directo al número uno en su primera semana, un valor seguro. Un disco en el que brilla de una manera muy especial Mi Marciana porque en él se detecta como han cambiado sus letras con el paso de los años. Posiblemente no es el disco en el que Alejandro haya arriesgado más pero como siempre el de Moratalaz es un valor seguro. Me tienes guardados abrazos que abarcan ciudades / Tienes un beso de arroz y de leche en el valle / Y dices que vienes de marte y vas / A regresar, vamos que te irás / Pero es que a veces, tan solo a veces / Lo que está siendo es lo que parece / A veces parece que te hayas marchado ya / Mi hembra, mi dama valiente se peina / La trenza como las sirenas / Y rema en la arena, si quiere.
El Alejandro de siempre contando las cosas de una manera diferente, nada desdeñable tampoco esa gran balada de la rendición Para decirle Adiós. Un décimo álbum de estudio compuesto por catorce canciones: La Música no se toca, Yo te traigo, No me compares, Llamando a la mujer acción, Mi Marciana, Camino de Rosas, Se Vende, Cómo Decir sin andar diciendo, Camino a Casa, Nena, Bailo con Vos, Me Surmerjo, Para decirle Adiós y Down.
Sirope publicado en 2015 ha sido quizás el disco de Alejandro Sanz más diferente, de hecho él mismo se encargó de la producción junto al reconocido productor Sebastian Krys. Entre el Pop, el Rock, el Funk, y el Flamenco su sello. Su nueva manera de contar las cosas, muy evidenciada en el primer single: Un zombie a la intemperie –que dejó un tanto desconcertados a todos- pero que alcanzó el Nº 1 de iTunes en España, Latinoamérica y Estados Unidos. Trece canciones de las cuales la posiblemente más identificable con el Alejandro de toda la vida sea A Que no Me Dejas guardando un guiño especial para su hijo, que le hace vivir con adivina adivinanza.
A Mí No Me Importa, Capitán Tapón, Pero Tú, La Guarida Del Calor, Tú La Necesitas, Un Zombie A La Intemperie, Todo Huele A Ti, No Madura El Coco, La Vida Que Respira, Suena La Pelota, A Que No Me Dejas, El Silencio De Los Cuervos y El Club De La Verdad.
2017 fue el año para recordar Más, Alejandro Sanz eligió el Calderón para la conmemoración del mítico disco porque fue precisamente en ese escenario en el que se disparó su carrera en 2001. Con anterioridad Alejandro solo había contemplado el Calderón hasta la bandera para un concierto de música cuando en 1982 acudió para ver a los Rolling Stones en directo. Sin duda fue un concierto muy especial, su madre acudió a verle y le hizo un seguimiento especial con una cámara. María no paraba de mandar callar a la gente “Callarse que está cantando mi niño” decía –algo que recuerda el madrileño con especial cariño.
Wea el momento idóneo para volver al Calderón y recibir el cariño tanto de sus fans como de una gran mayoría de sus compañeros de profesión. Muchos han crecido admirándole, aprendiendo de su sencilla complejidad a la hora de componer. Otros fueron colegas suyos y en un porcentaje muy alto todos coinciden en que el ‘cadrileño’ o el ‘madritano’ -aunque Alejandro haya repetido mil veces que más que de una tierra se siente de las gentes que están a su alrededor, no puede negar que siempre se sintió mitad madrileño y mitad gaditano- es uno de los mayores artistas de la historia de la música española. De hecho existen pocas canciones dedicadas por un artista consagrado como el tema Cai que compuso para Niña Pastori. Sin duda fue un año especial para Alejandro, de hecho recibió la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid "por su talento, su apoyo a las causas solidarias y por su capacidad de superación".
El 29 de noviembre de 2018 Alejandro Sanz lanza su single "No tengo nada" donde le canta a los sentimientos, al alma, para valorar a las personas que tenemos alrededor por encima de todo.
En el haber del cantante español cuenta con más de 25 millones de discos vendidos 16 álbumes publicados y todos han obtenido la categoría de múltiple Disco de Platino en España, Latinoamérica y Estados Unidos. Ganador entre otros de 20 Grammy latinos y 3 americanos en 2013 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la prestigiosa Universidad de Berklee (Boston, EEUU) en reconocimiento a su contribución a la música y cultura internacional. Ha sido también galardonado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes otorgada por el Ministerio de Cultura español, el Premio Visión otorgado por la Casa Blanca a través de la Fundación Hispanic Heritage y el Premio ASCAP (compositores y editores americanos) por su gran aportación a la música latina.
Es el artista español con mayor número de premios Grammy (20 latinos y 3 americanos). Su prestigio a nivel mundial le ha permitido hacer colaboraciones junto a artistas como Alicia Keys, Shakira, Destiny’s Child, Laura Pausini, The Corrs, Ivete Sangalo, Emelie Sandé, Juanes, Juan Luis Guerra, Marc Anthony, Alejandro Fernández o el legendario Tony Bennett.
Como dijo Alejandro Sanz en una ocasión “Siempre voy, nunca vengo”, esa es una de las grandes razones de su éxito, el pilar de su creatividad, conocer y reconocer que la música como la vida es una incesante búsqueda. Porque es sencillamente complejo quedarse con una sola canción, posiblemente es una serie de momentos, estrofas, versos, es la fuerza que te eleva, que te empuja y que te llena, es la fuerza del corazón. Es la tortura, un camino de rosas cuando nadie me ve, puede ser o no ser, es Más. Es si hay dios y el alma al aire pues no es lo mismo porque es un corazón partío que pone el mundo al revés. Es pisando fuerte pero no le compares a la primera persona porque es Alejandro Sanz, un zombie a la intemperie, aquel marciano para el que el amor será leyenda, para el que la música no se toca.