Los cohetes de la Divina Pastora de Triana estallaban en el cielo sevillano. No estaba el cielo, precisamente, para muchos trotes pues el verano tocaba a su fin y las lluvias amenazaban la parte occidental de Andalucía que, si bien cayó algo, no canceló nada.
Esos cohetes bien podrían haber sido del cierre de 'Las Noches de La Maestranza' pues más de 7.500 personas se dieron cita en el coso hispalense para disfrutar de un Pablo Alborán que estuvo, durante dos horas, inconmensurable.
El concierto arrancó con 'Carretera y manta', éxito del mismo álbum que lleva por nombre la gira 'La Cu4rta Hoja' y que deja latente el mensaje de dejar el pasado atrás pues 'ahora se ve por el retrovisor'.
Con esos visos, el cantautor malagueño quiso demostrar su amor a Sevilla pidiéndole pasar "una noche inigualable". A continuación, temas como 'No vaya a ser', 'Tu Refugio', 'Solamente Tú' o 'Saturno' hicieron las delicias del público que partía de inicio con unos sobres para dejar estampas para el recuerdo con globos azules y blancos cuando se cantaba esta última o con confeti cuando se cerraba el concierto al grito de 'Fiesta'.
Guiño sevillano
Cuando se sobrepasaba la hora de concierto, el temple, las cuerdas de la guitarra española, la luz tenue y un solitario Pablo Alborán miraba, junto a su guitarrista, al cielo para brindarle "con toda la humildad del mundo", 'Dos camas vacías' canción de la malograda María Jiménez al que Alborán quiso dedicarle -entonando a pleno pulmón- que 'ya no cierro los bares, ni hago tantos excesos // Cada vez son más tristes las canciones de amor'.
No fue lo único que le quiso dedicar el artista malagueño a los fans sevillanos ya que, al poco tiempo de esta dedicatoria a Jiménez, comenzó a cantar 'A ti, Sevilla', canción de Rocío Jurado que hizo las delicias del público en clara conexión como si el escenario, graderío y coso fuese uno y el amor perdurase toda la noche.
Blanco como el poeta
En diferentes momentos explicaba Alborán a sus seguidores que han sido ya varias las ocasiones que ha tenido la oportunidad de cantar en Sevilla y su provincia. Algo que, afirmó, seguirá haciendo "como gratitud por apostar por la música en directo y, por supuesto, por apostar por mi música". Por ello, como regalo y tal y como viene haciendo en los conciertos de 'La Cu4rta Hoja', el cantante les brindó un merengue "con unos aires aflamencados, muy nuestros" como es la canción 'Si Quisieras'.
"Lo que ves es lo que hay" les recitaba a un público que le acompañaba en el baile y que se deshacía en elogios a un artista que se dejaba llevar por la música y por el propio gozo de sus seguidores.
Su vestimenta, chaqueta y pantalones blancos, mostraba su pureza, esa que le quiso transmitir a la plaza de toros sevillana. Y que sigue siendo el mismo cantante que se quería abrir un hueco en este maremagnum de las discográficas y giras y que, del mismo modo, había crecido para seguir haciendo lo que más le gusta.
Y una de las señas de identidad del malagueño es su virtud con el piano. Al igual que hubo momentos para sudar bailando también hubo momentos para el balanceo de las manos al aire y en canciones emotivas que el artista interpretó, marcando los tempos, al son del piano. Pero de pie. Por si se arrancaba al ritmo de sus compañeros de banda y se podía unir con sus seguidores.
Noches de la Maestranza
Con él se cierra, con mucho éxito y respaldo de los aficionados musicales de Sevilla y alrededores, la II edición de 'Noches de la Maestranza' que, cambiando el cartel por artistas más locales, ha vuelto a demostrar que la ciudad hispalense recibe con los brazos abiertos a muchos y variados artistas y que, por supuesto, y tal y como dice Pablo Alborán 'Que siempre sea verano'.