"Desierto Particular", una ventana al dolor que sufren millones de personas LGTBI en el mundo
Fuente: El antepenúltimo mohicano

"Desierto particular" es una película que nunca hemos visto, pero que muestra algo que hemos presenciado miles de veces desde las sombras, desde el silencio.

Los temas que se tratan han sido invisibilizados durante décadas: la masculinidad tóxica, el amor y el desamor, creerse insuficiente para estar con alguien, el sentimiento de vulnerabilidad que se experimenta al desnudarse emocionalmente y el odio a uno mismo. Nada nuevo para una persona LGTBI que convive con estos demonios y se toma un café con ellos cada día.

En cambio, es un filme que crea incomodidad, tensión y dolor en un espectador medio (blanco, cis, heterosexual) que va al cine despreocupado y que durante la película empieza a experimentar un sentimiento de culpa inevitable. Culpa por pasar por la vida mirando a otro lado, agachando la cabeza y perpetuando un sistema machista, LGTBIfóbico y opresor.

En la película, el personaje principal encuentra un amor, una nueva ilusión, en una joven del norte de Brasil. Nunca se habían conocido en persona y ante una rutina que le agota y una situación delicada, decide recorrer el país durante días para darle una sorpresa. Cuando finalmente halla a su amada, se encuentra una mujer trans que no ha tenido la oportunidad de empezar la transición y que se traviste para sentirse libre y auténtica durante algunas noches a la semana.

La película mezcla el sentimiento de confusión, amor, el planteamiento de la bisexualidad, la polémica de los genitales... en un ciclón de pensamientos retrógrados y conservadores que el protagonista lleva hundidos en lo más profundo de sus entrañas. A la vez, un nudo en la garganta y muchos miedos le hacen llegar a plantearse su orientación, una posible relación y enfrentarse a una sociedad cerrada para celebrar su amor. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a seguir a nuestro corazón cuando la contraprestación es el aislamiento, el asco social, la discriminación?

Hay que destacar que la película se desarrolla en Brasil. En el gigante suramericano, según el informe anual de la ONG Grupo Gay da Bahía, muere una persona LGBTQIA+ cada 29 horas debido a su orientación sexual o identidad de género. Brasil sigue coronando el ranking de países con más muertes por LGTBIfobia del mundo. Por esto, hacer películas donde se visibilice a la población gay, lesbiana, trans, no binaria... en este territorio siempre será un acto de valentía.

La producción cuenta con una banda sonora preciosa y, aunque puede hacerse un poco larga, son los silencios, los minutos de tensión, la melancolía y la esperanza lo que la convierten en un proyecto muy especial.

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