Yolanda Centeno, directora y guionista de la obra, llega a The Citizen para contarnos el entramado de su producción.
Pregunta: ¿Cómo surgió la idea de llevar a cabo un cortometraje con esta temática que mezcla realidad con ficción?
Respuesta: La parte de la ficción es un poco el punto de vista del niño, ese surrealismo mágico de ponerte dentro de su cabeza y verlo a través de sus ojos. Y, muchas veces, para hacer esa metáfora del aspecto psicológico de los personajes pues me encanta recurrir al género del surrealismo mágico. Entonces ves que el punto de vista que adquiere tiene algo de realidad pero ya no es real como puede ser un monstruo que te acaba de quitar tu última, digamos, gota de inocencia. En el fondo lo que representa es ese conflicto de los padres.
P: Un poco al hilo de cómo surgió la idea pues a mí la idea me surgió de una pregunta que me hizo el hijo de mi chico que me preguntó precisamente eso:“¿qué pasaría si nos separábamos?
R: Nos llevamos súper bien, yo lo quiero como si fuera mi hijo porque yo no tengo hijos. Tenía los planes de tenerlo y, de repente, pues lo veo a él y no tengo la necesidad, está como cubierto. Obviamente, tiene una madre y yo no pretendo usurpar el puesto de la madre. No hay ejemplos de familias reconstituidas donde te encuentres la figura de la madrastra y el padrastro que sea tratado con verdad, con honestidad dejando atrás esta historia de telenovela de que vienen a hacer daño. Son familias y tú no sientes que seas un allegado aunque legalmente este el título de la persona porque realmente hay una carencia legal. La necesidad de contar esto desde diferentes puntos de vista y se piense sobre qué papel se le da, por la parte social y por la parte legal, a estas figuras y normalizar las familias reconstituidas.
P: Una persona que se ha visto envuelta en este tipo de situaciones y lo ha experimentado como una vivencia personal, ¿puede sentirse identificada con el cortometraje?
R: Resulta curioso. En todos los festivales que voy te encuentras a compañeros, otros directores y conoces cómo está el público interpretando lo que ve. Siempre hay alguien que se me acerca y me dice que le afecta de manera particular porque, de alguna manera, son padres o son esa persona que interpreta Alexandra Jiménez o, justamente, son la ex de ese padre. Somos un país que todavía no consigue dar ese paso social feminista y que para mí es muy importante, como directora, hablar de que repartamos el peso en casa para poder reclamar el espacio laboral. En este caso, Fele Martínez que interpreta al padre no tiene tiempo, él dice ¿tú también quieres quitarme el poco tiempo que tengo con mi hijo? Cómo va a combinar eso con la persona que le está dejando, que ya le duele. Decir te voy a dar tal día requiere un ejercicio de decir “no me voy a llevar mal” aunque ahora mismo me duela e intentar el propósito de mantener las formas para que mi hijo pueda seguir manteniendo relación con esa persona. Obviamente esto no da tiempo a contarlo en el corto. Para él sería una sensación de abandono.
P: Para aquellos lectores que aún desconocen su historia y que podrán ver pronto en Movistar, ¿de qué trata la obra?
R: Trata de qué tiene más peso: el ADN o lo que ponga en la partida de nacimiento versus los sentimientos que se crean en el día a día que, para mí, son los que realmente tienen el sentido total y merecen la protección legal para este tipo de vinculaciones. Una despedida realmente no es posible cuando los sentimientos tienen tanto peso. De eso va la historia, de qué pasa en estos casos de separaciones. Nadie habla de separaciones en familias reconstituidas donde uno de los dos no es el padre ni la madre. Hemos visto películas como “Kramer vs. Kramer” o “Historia de un matrimonio” en los que se abordan muy bien separaciones y cómo impactan sobre los niños y también un poco el cómo se relacionan los miembros de la familia. Ves el impacto de una separación siempre desde la perspectiva tradicional de familia de padre, madre e hijos comunes y para mí es una visión desde una perspectiva nueva, de algo que sí esta en la calle y está muy presente en el día a día. Desde el festival internacional de Shanghái que fue donde hicimos nosotros estreno internacional, uno de los dos festivales más grandes de Asia, me pedían entrevistas porque el tema había hecho mucha conexión con el público porque había muchos casos. Ahora estamos en Teherán (Irán), en Tirana (Albania), Frankfurt (Alemania), Nueva York, en Roma...Entonces es realmente algo que afecta universalmente a prácticamente todas la sociedades salvo algunas excepciones de configuraciones familiares muy diferentes. Incluso si hablan muy rápido, Alexandra y Fele, en una escena de una discusión que sacamos a través de la improvisación y de un juego creando los personajes ellos, teniendo los argumentos definidos pero quería que no estuviesen limitados a un guion en ese momento.
P: Seguro que se ha fijado en películas que aborden un tema parecido al tratado en su obra ¿Qué referentes ha tenido a la hora de elaborar el guion?
R: Buscando referentes que aborden esta temática te puedo decir que no había referentes que la abordasen de verdad. Entonces fue, por una parte algo bueno y, por otra parte, algo bueno también porque a mí me gusta pensar que vas a contar algo nuevo. Pero luego, de separaciones, había referentes como “Escenas de un matrimonio”, “Entre nosotros” o “Historia compartida”. El cine francés aborda bastante también todo esto que estamos hablando. Eran los principales referentes que manejábamos. Nos encontramos que la temática abordada, tal cual, no estaba abordada pero había separaciones que no eran clichés. Un clásico como “Kramer contra Kramer”, un referente claro desde el principio, e “Historia de un matrimonio” lo cuenta de una manera muy cercana a la manera en la que nosotros lo contamos.
P: Elaborar una producción siempre conlleva dificultades. En vuestro caso, ¿con qué dificultad os habéis topado?
R: Con varias dificultades principalmente por la pandemia. Tay Sánchez es la productora ejecutiva con la que yo he empezado a crear todo y con la que tengo un vínculo súper fuerte. Ellos fueron los que en el corto se toparon con los grandes retos de contar esa historia en la pandemia. Para mí el más grande era el no podernos acercar al niño, tener que guardar esa distancia de separación que, a nivel narrativo, cuando nosotros teníamos el guion sobre la mesa había muchas escenas que no podían pasar. Mi guionista, Jesús Luque, y yo nos sentamos y dimos una vuelta a todo el guion porque había que encontrar una manera de contar la historia sin que al niño se le pudiese acercar nadie. Me plantee si podíamos contar la historia porque me resultaba raro mantener una distancia en la escena de la cama pero le dimos un giro en ese juego en la cama en el que están sentados frente a frente y luego también ayudó a que fuera un poco mas introvertido el niño. A que sintiéramos más que él ya está anticipando cosas y no quiere acercarse a ella, ver un poco el rechazo. También ver que ella no puede hacer lo que le gustaría, no sabe muy bien cómo en este momento en el que se está separando de su padre no puede excederse y hacer las cosas tal cual las sentiría. Conseguimos darle la vuelta y que no fuera algo que perjudicase a la historia. Pero el tema de ensayos fue complicado. Teníamos que reunir a los actores de dos en dos para los ensayos, Alexandra vino más de una semana ensayar todos los días para hacerlo con cada uno y especialmente con Darío Ibarra que ha sido su primer papel entonces necesitaba una confianza con ella especial, crear un vínculo especial. Luego problemas técnicos solventados. Se cayo un árbol en El Retiro como dos días antes de que rodásemos pero la Film Madrid y Rafael Cabrera, nos ayudaron muchísimo en un momento clave. La producción fue compleja y también las agendas de los actores.
P: Darío Ibarra es el joven protagonista de la historia, ¿qué le motivó a escoger a este actor entre los niños que se presentaron al casting?
R: Darío tenía algo muy especial. Creo que era el que mejor entendía lo que realmente se contaba un poco por su background, su situación y el trabajo tan bueno que hicieron sus madres que estaban muy comprometidas con eso. El sentido que él le daba a “mi otra madre” era muy verdadero. También es verdad que él tiene otra madre entonces eso lo hacía más natural en su lenguaje y en su manera de hablar. Lo notaba muy genuino. A mí me gusta la figura de niños que no necesariamente tienen que no haber hecho nada pero creo que un niño tiene que ser el personaje. Vinieron niños que tenían una lista de películas bastante grandes que lo respaldaban y a mí me parecía que para esta historia necesitaba algo muy del corazón, que no fueran tablas, que él se creyese el personaje. Creo que Darío interpoló muy bien esa figura de esos padres, un poco a su esquema mental y lo consiguió plasmar muy bien.
P: Al visualizar el cortometraje recordé la historia de Conor O.Malley, protagonista de un “Un monstruo viene a verme”. Un niño que se refugia en el dibujo para poder expresar realmente lo que siente. En el caso de Daniel, ¿qué encuentra este personaje en el dibujo?
R: Él encuentra como una manera de pedir SOS, una llamada de socorro porque al final él se está viendo realmente sin boca, sin voz ni voto. Se ve representado así. No ve tampoco que tenga opción. Él no ve a una profesora, quizás, ve a la única que lo puede ayudar en ese momento desde fuera pero él directamente se ve sin esperanzas. En el largo se profundiza mucho más porque el niño sí que pide pero ve como lo que él pide a su padre, no tiene lo que le pide a su madre ni tiene lo que le pide a Paula. Ella por mucho que quiera tampoco puede sobreponerse a la voluntad de los padres si ellos no quieren. Es un reflejo, él se ve así frente al espejo, sin boca. No tiene nada que decir ni nadie le oye.
P: ¿Cómo definiría a este personaje?
R: Lo definiría como un niño muy sensible, muy inteligente pero también muy introvertido en el sentido de que, quizás, se guarda todo para dentro. Entonces es valiente y dice las cosas pero ,en muchos sentidos, se guarda las cosas para adentro que le acaban haciendo daño y creo que hay muchos niños así que les preguntas cómo estás y te dicen que bien pero si observas detalles y muestras atención ves que hay cosas que no te están diciendo. Creo que los niños no lo dicen todo pero sí que se matizan muchas cosas que a veces se están callando.
P: ¿Cuál es el mensaje que “Imposible decirte adiós” pretende desvelar a los espectadores? ¿Qué lección pretende darnos y cuál es su objetivo principal?
R: La palabra “lección" me da cosa en las entrevistas porque la sensación de que el cine te viene a aleccionar es algo en lo que yo no creo. Sí creo que tiene un impacto pero no creo que deba de decirle a nadie lo que está bien y lo que está mal sino plantear una situación de cosas que obviamente la gente va a ver. Para mí el objetivo es simplemente que se pregunten, con un foco de distancia, si la situación esa es mejorable sin decir “está muy mal” o “debe de pasar esto”. Con el cine prefiero que la gente extraiga sus propias opiniones. Poniendo, por encima de todo, a los menores que sí es el objetivo del corto, poner por encima realmente que es lo mejor para los niños y no tiene porqué ser en todos los casos que esa pareja tenga una vinculación. Si no hay un vínculo, si no lo piden, no lo necesitan, el niño no lo quiere pues obviamente no. Pero si sí hay un vínculo y lo está pidiendo, si para el niño ese va a ser un trastorno realmente hay que no decir “no es familia, fuera” sin más. Creo que hay que ponerlos a ellos por delante, creo que es enfocarlo a quiénes son los más importantes y frágiles que son los niños.
P: Según su perspectiva, ¿qué hace que un relato se convierte en una buena historia?
R: Para mí algo que sea primordial contar. Cuando yo leo algo y digo “tengo que contar esto”, tengo que llevarlo a la pantalla pues sé que es algo que tiene buenas perspectivas. Muchas veces a los directores nos gusta probar y nos gusta contar historias y nos embarcamos en cosas por determinados intereses o porque tenemos muchas ganas de rodar o algo nos emociona. A mí me gustan las historias que tratan sobre cómo somos, sobre las relaciones humanas y cómo nos relacionamos. Entonces cuando una historia me atrapa, cuando una historia conecta contigo y dices “la tengo que contar” sabes luego que esa historia en la pantalla va a transmitir algo especial, seguro. Ese relato, eso que está en el papel va a transmitir porque lleva un poco tu alma. Yo creo en la emoción a la hora de dirigir, totalmente. Yo no elegiría nunca en términos racionales, creo que es algo emocional.
P: ¿Cuál fue su reacción al conocer que se encontraba entre las 10 directoras a seguir en la lista in Spanish Spotlight publicada “Variety”?
R: Es una noticia muy buena. Siempre dicen que es una carrera de fondo. Verte reconocida ahí en la carrera de fondo pues te ayuda mucho, te da muchos ánimos y también un poco te hace sentir que lo que vas haciendo tiene sentido y lo que impulsa otros proyectos en los que estás embarcada. Para mí, sabiendo el talento femenino que hay ahora mismo en España, creo que es un momento muy competitivo en el buen sentido porque, realmente, creo que hay mucho bueno que ofrecer. No es competencia entre nosotras sino de nivel de talento que hay.
P: Hablando de directoras...¿cree que actualmente existe igualdad laboral en la industria cinematográfica?
R: No. Muy, muy lejos aunque cuando ves películas de hace veinte años dices “se ha avanzado mucho”. Es innegable que se ha avanzado pero todavía queda muchísimo. Yo lo veo desde las dos vertientes, tanto en cine como en publicidad, hay muy pocas directoras. Pero en cine todavía hay una brecha muy grande y, sobre todo, apostar totalmente por esas directoras y porque no solo tengan que contar determinadas historias. Como directora tú puedes hablar de temas que sean de mujeres, de realismo social o no, o puedan ser películas de super héroes o películas de acción igual que un director puede contar historias que sean sobre mujeres. En ese sentido tenemos que entender que no es un dicho el tema de mujeres directoras sino que no tiene que quedarse ahí. Ser directora no es ese tipo de cine, ser directora es una cosa que tiene que abarcar diferentes géneros y poder contar cualquier historia. No va de hacer “género de mujeres”.
P: Sabemos que se “Imposible decirte adiós” es la antesala a su primer largometraje “Tras el verano” que seguirá la línea narrativa del cortometraje. ¿Introducirá nuevas tramas paralelas a la trama principal?
R: Claro, de hecho, nosotros tenemos el guion del largo. Cuando rodamos el corto ya habíamos trabajado con los actores escenas que han podido repercutir en ese guion dándole la vuelta a algunas escenas que se hayan podido mejorar con actores para crear y ver cómo reaccionan en determinadas situaciones. Hay muchas tramas que son necesarias pero que no da tiempo a contarlas en un corto. Al no tener tiempo para contarlas y desarrollarlas completas pues es mejor dejarlas fuera porque, al final, no se entiende bien. Para que el corto tenga su consistencia y termine en un tiempo razonable y también no sea complejo de entender pues hay muchas tramas que se han tenido que quedar fuera pero, por ejemplo, el hecho de que tu te separes y hayas conocido a otra persona. Se aborda ahí todo el tema de conocer a otra persona y no querer seguir en una relación en la que, de repente, te estás engañando a ti mismo. Ese otro personaje sí que aparece y tiene bastante presencia. La situación que vive el padre de Dani se dibuja con más profundidad, con más calado y más humano ese padre porque, para mí, ese padre no es mal padre, es un buen padre. El problema que tiene es un problema un poco dado pero él es un buen padre y se merece no estar pasándolo mal.
P: La historia, ¿estará contada desde la visión del pequeño Daniel?
R: Es un punto de equilibrio entre Paula y Dani porque, para mí, Dani es el protagonista. Pero es un protagonista pasivo ya que no puede ser el que activa determinados mecanismos,. Entonces acaba llevando el peso Paula que es la que un poco sí que puede dar los pasos. El centro es el vínculo que se genera entre ellos dos. El punto de vista va pasando de ella a él porque aunque Dani sea el protagonista, tanto del largo como del corto, es un protagonista que tiene un carácter que está limitado porque, para ser realistas, un niño no puede hacer tanto en estos casos.
P: Esta es una pregunta un poco más compleja. Se trata de realizar una especie de defensa de su proyecto, una autocrítica que valore su obra.
R: Como punto positivo yo creo que es una historia que tiene un calado social que no se habla en otras historias. No es simplemente un reclamo social o, digamos, una reivindicación social sino que es un corto que tiene una calada en la sociedad muy profunda. Una historia muy potente que habla de cosas que afectan a muchísima gente que no han tenido nunca la oportunidad de verse reflejada en esa situación. Es una historia nueva en ese sentido. El acting que exige de los personajes requería un acting que fuera súper genuino en el sentido de que no estás haciendo una película sobre ciencia ficción o un thriller, necesito que cada palabra salga de dentro de ellos. Entonces eso fue una exigencia grande en cuanto a que no hay trucos que valgan de tablas, hay que realmente meterse en el personaje. Tuve la suerte de que todos se implicaron viendo que había una historia real que importaba. Creo que, en definitiva, es la importancia de la historia que se está contando, va más allá de reivindicar cosas que están de moda. Es una historia de calado social que no se ha visto nunca antes.
P: ¿Cómo definiría su cine, su estilo a la hora de abordar un proyecto?
R: Para mí es muy importante la parte visual. Creo que tiene que ser interesante lo que estás viendo a nivel de cinematografía. Me gusta mucho ese surrealismo mágico porque te permite hacer cosas a nivel de luz, de iluminación que un poco trasciendan lo que es la cotidianidad de la realidad social. Me gusta mucho la realidad social, me apasionan las historias sobre justamente eso, lo que nos mueve, cómo nos relacionamos entre nosotros pero me gusta contarlas de una manera que tenga un punto mágico. El punto mágico está en la propia historia y en cómo se ve, en la cinematografía.