"La última función" es una obra compleja. Una producción que nos muestra "las luces y las sombras - La risa y el llanto - Las dos caras de la vida - Las dos caras del Teatro".
El texto de Antón Chéjov con la dramaturgia de Manuel Carcedo Sama y la impecable actuación de Alberto Romo hacen que esta sea una pieza extraña, cruda y muy real que no dejará indiferente a nadie.
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Pregunta: Antes de nada, es un enorme placer y un honor tenerles aquí. Me gustaría empezar la entrevista preguntándoles qué tal están.
Alberto Romo (A): Muy bien, parece que empezando a salir de todo esto ya con la normalidad del 100% de aforo y con muy emocionados porque al público se le ve con ganas de venir al teatro.
Manuel Carcedo (M): Llevamos mucho tiempo con esta historia y la gente tiene ganas de recuperar su vida.
P: Hay una pregunta que solemos hacer siempre. ¿Qué referentes tienen en el mundo de la interpretación, dirección, dramaturgia...?
M: Llevo casi 50 años en el mundo del teatro. No sabes la cantidad de nombres importantes y no tan importantes que han sido referentes para mí y que han marcado lo que soy en cada momento... Hay tantos nombres en mi cabeza y en mi corazón... El teatro tiene una dimensión tan grande... no podría decir así uno concreto.
A: A mí me pasa un poco lo mismo. Es difícil, me quedaría con mucha gente; muchos actores, muchos autores... Por decirte un nombre: Lorca. Es un autor muy querido por mí. Y de actores y actrices pues mira te podría decir ahora mismo Blanca Portillo, ya que ayer vi "Maixabel" y me encantó.
P: ¿Hasta qué punto creen que hacer teatro es importante en la vida de un actor? Ya que sabemos que hay muchos que pasan directamente al cine o a la televisión.
M: Es absolutamente necesario y vital. Una actor no se mide si no se enfrenta a un público y se desnuda ante él. Hay actores fantásticos que hacen cine y no teatro. Es una medida diferente, pero actor actor es el que pisa un escenario y se deja la piel en él.
A: Es como un cirujano, que puede pasar consulta pero su trabajo es operar.
P: ¿Cómo es preparar una obra como esta durante una pandemia mundial?
M: Pues nos hemos fiado todo el rato de un futuro incierto. Pensábamos "vamos a perder o vamos a ganar", pero en el proceso de exploración del personaje disfrutamos mucho. Esta obra se llama "La última función" y nosotros no sabíamos ni si iba a ver al menos una función de la misma (risas). Afortunadamente parece que estamos en el buen camino y estamos ofreciendo al público esta función tan "extraña".
A: El día a día de los ensayos fue muy incómodo, ensayar con mascarilla, suspender ensayos porque a alguien le duele un poco la garganta y tiene que hacerse una prueba... Esa incertidumbre que siempre nos acompañaba. Era muy complicado.
P: ¿Cómo fue el estreno?
M: Yo no sé los actores. Como director y autor de la obra te puedes imaginar. Yo no soy padre, pero lo comparo con la venida al mundo de un hijo. Algo tan esperado y tan incierto. Es un cúmulo de emociones el día del estreno... A mí se me cayeron las lágrimas en el momento que esperábamos un silencio atronador del público (que así sucedió). Luego llegaron una ola de aplausos. Estamos muy satisfechos de haber trabajado tan duro para presentar este trabajo tan redondo, tan acabado, tan bien acogido por el público... Sensaciones muy bonitas.
A: Mi sensación sobre el escenario fue más o menos parecida. Teníamos muchas dudas de cómo iba a funcionar. Era una obra extraña, el público entra y la obra ya está empezada... La primera parte tiene un ritmo rápido, cómico... y la segunda parte es todo silencio, emoción. ¡Es tan distinta una parte de la otra! No sabíamos cómo iba a reaccionar la audiencia. Pero todo fue bien y fue muy gratificante.
P: Estamos ante una obra llena de contrastes, un autor muy difícil, una obra complicada... ¿Ha sido un reto a nivel de dirección y actoral enfrentarse a esta producción?
M: Ha sido un reto. "La última función" era en tiempos pasados una función homenaje y se destinaba la recaudación de taquilla a ese actor que se retiraba. Para un actor terminar su vida profesional significa acabar con su vida. Es una obra con dos partes: una muy divertida donde la gente se harta de reír y otra en la que de pronto todo se apaga, el escenario se queda vacío y el protagonista (el actor que se retira) sale al escenario. Se encuentra solo y vomita todo lo que lleva dentro, lo que significa ser actor y sobre todo lo que significa despedirse de ser actor. El público recibe esto de una manera que emociona. Yo me quedo satisfecho porque con esta obra he puesto en contacto al público con el actor. Hay un diálogo personal entre el actor y los espectadores muy bonito. La segunda parte muestra a la gente que, aparte de lo grandioso y lo bonito, el teatro también es el olvido, la vejez, la oscuridad, el hambre.
A: Para mí el proceso ha sido... iba a decir complicado, pero es que no ha sido tan difícil. Ha sido más el pensar cómo voy a acercarme a una persona de 68 años que su vida es el teatro y que de repente todo acaba. Meterme en la piel de alguien que va a seguir viviendo pero que no concibe la vida sin el teatro. Yo estaba muy asustado por cómo iba a tomar este personaje, con muchas dudas. Pero los ensayos fueron maravillosos, un paseo por el personaje, un texto muy bien escrito... Luego el público ayuda muchísimo, ese silencio brutal en el patio de butacas durante la segunda parte, increíble.
P: Nos gustaría preguntar por qué creen que la gente debería ir a ver la obra "La última función".
M: Sencillamente, creo que la gente debería saber qué es el teatro de verdad. Aquí se ven las dos caras del oficio. Venir a ver esta función es ponerse en contacto directo emocionalmente con lo que es el teatro y lo que significa para la sociedad y para los que trabajan en él. El actor es un ser diferente, excepcional y sobre todo muy rico para explorarlo, para ver cómo una persona se puede convertir de repente en otra.
A: Manuel lo ha dicho todo. Yo solo animo a la gente que venga a vernos los viernes a las 20:30 y los sábados a las 19:00 al Teatro Karpas y también invito desde aquí a que vengan los domingos a verme en "Melocotón en almíbar" y en "Los tres cerditos" que es una forma preciosa de iniciar a los pequeños en el mundo del teatro y ya llevamos siete años en cartel.