Entrevista. STRAD: "Lo bonito de la música es que durante muchos años es un juego, y jugando aprendes una vida completa"
Fotomontaje: Nerea Parraga 

Jorge Guillén, mejor conocido como STRAD, “El violinista rebelde”, alcanzó el éxito tras su primera gira Confesiones con la que llegó a agotar las entradas en los teatros más importantes del mundo. Después de una primera gira con centenares de conciertos que conquistaron tanto al público como a la crítica, presenta una nueva gira con su disco Mundos Opuestos. Un innovador espectáculo que combina clásico, rock, flamenco, jazz, electrónica entre otros géneros. Y que se encuentra en marcha por toda España.

Fuente: Jorge Guillén de concierto

P: Empieza su formación desde muy pequeño y realiza su primer concierto a la edad de 9 años. ¿Desde tan pequeño presentaba esta vertiente más rebelde?

R: Según mi madre sí, pero de otra manera. Era un niño muy revoltoso, me subía a los sofás, mesas… Pero siempre había tenido ese gusanillo rebelde.

P: Su pasión por el violín nace desde muy pequeño, ¿ese primer contacto con la música se debe algún familiar o fue más una casualidad?

R: Fue más familiar, en mi familia había habido siempre muchos músicos. Casi vino de fábrica, me daban indirectas, me ponían el violín al lado. Y al final ni te enteras, lo bonito de la música es que durante muchos años es un juego, y jugando aprendes una vida completa.

P: Su formación es impecable, es titulado superior en violín por el Real Conservatorio Superior de música de Madrid. Y estudió un Máster en la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Y, posteriormente realiza un postgrado en el Liceo de Barcelona. ¿Tras tantos años de formación se ha planteado alguna vez dejar el mundo de la música?

R: Sinceramente no, sí que ha habido momentos de decir no puedo más. Sobre todo, en una época adolescente, muy pronto empecé a trabajar y tenía 12 o 13 años. En esa edad es casi un juego, pero cuando tienes que ir a ensayar, y tus amigos se van al parque, en esos momentos sí que los recuerdo complicados. También momentos tensos, pero nunca he tenido crisis duras. Si pensara el día de mañana mis hijos que se dediquen a la música, desde luego que lo aprendan, porque creo que como aprendizaje es único. Pero la vida tan dura de competición, concursos, no se la deseo a ningún niño.

P: Tiene un estilo muy ecléctico, en su disco consigue fusionar desde el estilo más clásico, al más tradicional como el flamenco todo combinándolo con géneros aparentemente contrarios como el rock o el electrónico. ¿De dónde bebe esta combinación? ¿Cree que es algo innovador, o, sin embargo, ya era presente en la escena, pero en estos últimos años se le está dando más voz?

R: Creo que es de la música que siempre he escuchado. En la época de conservatorio sí que escuchaba música diferente a la clásica a espaldas porque no estaba muy bien visto que un clásico fuera escuchando en su walkman rap, rock, o lo que fuera. Luego en mi casa en la ducha sonaba Vivaldi y luego Extremoduro, y creo que esa mezcla es lo que es ahora STRAD. Todo lo que en la vida he escuchado y me gusta.

Creo que por suerte cada vez va a ser más presente, estamos acostumbrados a ir un concierto y escuchar un tipo de música. Porque no ir a un concierto y no saber lo que te vendrá después, la magia que no haya un orden lógico musical. Y creo que poco a poco irá a más.

Fuente: STRAD "El violinista rebelde"

P: Su disco “Mundos Opuestos” inicia su primera pista con “Amonak/nana”. En el que aparece una voz muy dulce que nos introduce la canción hablando sobre la evolución de un STRAD desde pequeño hasta ahora. ¿Cómo surge?

R: Realmente esta gira, porque nuestro primer disco da nombre a la gira y nada estaba pensado así. En el 2020 teníamos nuestra primera gira internacional, todo ese castillo maravilloso de sueños se cae por la COVID-19, y el primer mes de pandemia fallece mi abuelo que a él musicalmente le debo todo. Y te planteas qué hago. Entonces nace un proyecto dedicado a los abuelos en el que se basan muchos sentimientos desde lagrimita de emoción a querer ir al teatro a cargarse las pilas. Y en todo este proceso de crear este show, mi abuela que siempre me había dicho todo con poesía me manda un mensaje de voz leyendo una poesía que me había escrito cuando tenía 13 años. Y en ese momento lo vi súper claro, ese mensaje de voz tal y como me lo había mandado debía estar en el disco, y no solo eso, sino que lo abre. Aparte la música es una nana de falla que me cantaba, y creemos que es la manera perfecta de dedicar este espectáculo.

P: Y con un gusto musical tan variado como el que parece tener, ¿quién podría tomar como referentes a la hora de hacer música?

R: Creo que, para mí, no puedo quedarme con uno. Intento coger de cada uno lo mejor y cada día coger referentes. Si comparas el show del año pasado a este ha cambiado tanto, crecido, que es tan bonito tener tanto campo para crecer que es ir descubriendo caminos, abriendo grietas, coger referentes y con los que sueñas compartir escenario. Y así estamos, cada día descubriendo y avanzando más.

P: En sus conciertos siempre va acompañado por su banda, Joaquín Alguacil (Guitarra), Tania Bernaez (Bajo y Contrabajo), David García (Teclado) y Vicente Hervás (Batería). ¿Ya los conocía de antes? ¿Es la misma banda que en su gira Confesiones?

R: Sí, realmente nos conocimos un poco de casualidad, una cena de amigos de amigos, nos pusimos a tocar. Y oye que bien suena, quedamos otro día. Y poquito a poquito, hicimos un primer concierto, de ese salió un segundo, y el quinto fuimos a otra ciudad, a Cartuja Center, las entradas se agotaron, y dijimos vamos a por ello. Cada un tenía sus proyectos, y decidimos todos apostar y crear STRAD.

Fuente: STRAD  la banda

P: Con su primera gira llegó a los teatros más importantes del país, así como realizó conciertos en más de 30 países desde Japón, Rusia, Romania, Argentina, Bélgica, entre otros. ¿Cuál cree que ha sido su mejor experiencia/ concierto hasta ahora? ¿Quizás un recuerdo que al pensar le venga a bote pronto y le haga sonreír?

R: Pues hay muchas, hay sitios que por la cultura del lugar no estás acostumbrado. Hicimos una gira por China, y les gustó, pero por cultura aplaudían solo cinco segundos y se callaban, no te daba tiempo a nada, lo pasamos fatal y pensamos que no les había gustado nada.

P: ¿Tiene alguna manía antes de salir al escenario?

R: Tengo muchas manías. Me gusta vestirme cuando quedan tres minutos, y a veces no llego y voy tarde, pero sí muchas manías.

P: ¿Qué es lo que más agradece de su profesión?

R: Creo que en primer lugar me dedico a lo que me gusta, cada día tienes el objetivo que nadie note lo que te pasa. En muchos trabajos puedes tener un mal día y tu trabajo te permite ser un poco más borde o hablar menos con tus compañeros, pero aquí no. Nadie puede saber lo que te pasa, entonces es maravilloso porque te hace valorar tu manera de estar, entras cabreado y sales con una energía súper positiva.  

P: Y, para terminar, ¿qué pregunta le hubiera gustado que le hiciesen?

R: Muchas veces me planteo si volviera nacer, si volviese a tener la misma vida que tengo. Y depende de cuando me preguntes te diré una cosa u otra, ahora, te digo que sí, posiblemente dentro de una semana te diría que ni de broma, que me hubiera dedicado a otra cosa. Cuando eres artista, eres tu propio producto, y cuando entras en un teatro lo que quieres es que la gente valore el esfuerzo que tú haces y lo da todo. Es un poco complicado mentalmente, a veces odias tu vida, entonces creo que sería una buena pregunta que muchas veces me hago.

Fuente: Concierto
Fuente: Concierto

 

 

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