Beatriz Montañez ha dado la cara en una entrevista con la SER seguida de unas cuantas declaraciones a la que fue su casa, La Sexta, tras 5 años sin saber de ella. Resulta que estaba aislada en una casa en el bosque.
El último rastro que dejó la periodista fue un anuncio televisivo de despedida a fin de explorar otras ramas del ámbito comunicativo según afirmó, como la interpretación o la radio. Asimismo, un gran legado fue su trabajo como guionista en "Muchos hijos, un mono y un castillo", película documental que ganó el Goya en 2018.
La pregunta que todos se hacen es, ¿cómo se ha visto afectada?; bien, pues Beatriz lo tiene muy claro. No puede evitar emocionarse y llorar a menudo: "estoy más receptiva absolutamente a todo lo que me rodea, sonidos, la belleza, la música...". En su diario, 'NIADELA' cuenta que en estos 5 años cada 25 días bajaba al pueblo a comprar y cuando se cruzaba con alguien "podía ser capaz de percibir si estaba feliz o triste". Cumple únicamente con fechas previstas para reponer los recursos de su despensa, y para visitar a su gente cada medio año. "Cada vez que voy los acaricio, los quiero, los beso y me vuelvo con la satisfacción de que esa necesidad no va a surgir en otros tantos meses". No obstante, sí que admite que echa de menos el contacto con la piel de otra persona y bromea diciendo que para su falta de relaciones sexuales es joven, pero no pasa nada. Y no, no tiene Internet.
Su motivo para dejarlo todo fue la indecisión ante demasiadas opciones. "Ves decenas de difurcaciones a tu alrededor y no sabes cuál tomar (...) quería picar un poco de todo, como las gallinas, y al final te das cuenta de que siempre hay que elegir, la vida es pura elección (...) yo tenía grandes dificultades para elegir". Este camino sorprendió hasta a sus círculos más cercanos ya que, como antes se ha dicho, al menos su idea residía en seguir explorando el ámbito comunicativo y, sin embargo, se decantó por todo lo contrario. "Había mucho ruido en mi vida (...) me provocaba mucha inestabilidad (...) empecé a oír un tic - tac en mi cabeza y sentía que iba a explotar". Algo que sabe que le angustiaba es que ante tantas posibilidades la probabilidad de cometer errores también era más alta. Para tomar las riendas necesitaba parar y conocerse más.
"Empecé a coger hierbajos y caí enferma grave cuatro días"
— El Intermedio (@El_Intermedio) March 25, 2021
La dura confesión de Beatriz Montañez sobre su vida aislada en el bosque https://t.co/JxJXJmr6cp
Tras su esfuerzo de introspección, esta guerrera - como a sí misma de denomina - entendió que arrastraba carencias desde su infancia y juventud, ya que nunca se trató con naturalidad la muerte de su padre, lo cual la hizo más difícil de superar. "Era como si hubiera un fantasma levitando todo el tiempo alrededor de nuestras vidas (...) un secreto tremendo". En su época de estudiante se fue muy pronto de casa, y a los 23 años ya vivía en Los Ángeles compaginando 3 trabajos para pagarse la carrera, algo que muchos no saben y ante lo cual era frecuente la injusticia de señalarla como "niña consentida" siendo que ella misma apunta que tanto su persona como su familia son muy humildes y valoran el esfuerzo. A su vez, en esta etapa extranjera le detectaron células cancerígenas en el útero y tuvo que lidiar sola con ello. Así, poco a poco se fueron sumando críticas sin fundamento que la hicieron sentirse muy presionada. "La imagen que tenían de mí no tenía nada que ver con la realidad (...) me di cuenta de que había perdido muchas partes de mí misma. Desde que nacemos somos moldeados, vamos tirando a la basura pequeños trocitos de lo que somos para gustar".
En el aislamiento la rutina siempre es fija, como dedicar una hora a cortar leña o estar toda la tarde escribiendo. No precisa más de 100 - 150 € mensuales porque además su dieta ahora es vegana: "estar en la naturaleza, disfrutar de los animales, sentirme en familia y luego comérmelos me parecía incoherente". El dinero es de sus ahorros, saca el agua de un pozo para después calentarla y se basta con un equipo fotovoltaico para alumbrarse en sustitución de velas que estuvo usando por un año. Antes le aterrorizaban los insectos, sin embargo, ahora describe con entusiasmo una telaraña enorme que albergaba su querida 'casa del pastor', la cual es un préstamo encontrado por casualidad en un viaje pasado que permaneció en su memoria. Cuenta que una vez en Madrid tuvo que llamar a alguien que vivía a casi media hora solo para que la tranquilizase por una cucaracha.
La periodista está convencida de que, siempre que sea voluntario, el encierro es una buena recomendación sin lugar a dudas y piensa seguir en su línea. "La soledad ha sido para mí la mejor amiga que he tenido nunca (...) la observación no solo te da mucha tranquilidad y mucha presencia en el momento que estás viviendo, sino que también te ayuda a identificar aquello que desconoces". Anima a los oyentes diciendo que el ser humano es capaz de todo siempre que tenga ganas. "Ese querer hacerlo tiene que ver con un trabajo no lucrativo que no está muy bien visto y que cuesta mucho querer hacer (...) las dificultades están en nuestras cabezas el 99,9% de las ocasiones”.
Como referente, elige al filósofo Nietzsche del que dice haberse enamorado: "si resucitara le perseguiría hasta que fuera mi amante por el resto de mi vida". Especialmente lo admira por esta frase: "en el momento en el que tienes un por qué, no importa el cómo”. La clave para ella ha sido "recoger todos los trozos que había ido tirando para ir recomponiendo".
Beatriz Montañez: de 'El Intermedio' a vivir con 150 euros al mes en absoluta soledad por voluntad propiahttps://t.co/xFzRvyo2OZ
— Hoy por hoy (@HoyPorHoy) March 17, 2021