"Mañana y mañana y mañana", el teatro desde dentro
Cartel promocional de la obra "Mañana y mañana y mañana" | Fuente: Gran Vía Comunicación

"Mañana y mañana y mañana" es una obra de teatro dirigida por Miguel Ángel Cárcano. En ella actúan tan solo cuatro actores: Walter de la Reta, Guillermo Barrientos, Fran Leal y Marian Zapico.

A pesar de no ser muchos, los cuatro actores crean un relato íntimo y funcional. La química entre ellos es más que evidente. Todo lo que pasa en el escenario da la sensación de improvisación, de fácil, lo que nos hace reflexionar sobre la complicidad que tienen y el trabajo que hay detrás. 

La obra trata sobre unos actores que están preparando  "Macbeth", de Shakespeare, pero con "un enfoque moderno, más conceptual". Retrata muy bien el proceso de ensayos que hay detrás de las funciones, los roces entre el director y los actores y las relaciones que se crean entre bambalinas.

Se trata de una obra bastante coral. Todos y cada uno de los que participan en ella tienen su momento de brillar, por lo que no podemos decir que haya protagonista claro.

La sucesión de las escenas es bastante ligera. Se intercalan los propios ensayos de los artistas y los textos de Shakespeare con el guion de la obra. A veces da la sensación de que estás ante dos funciones, lo que es rico y un poco confuso a la vez. 

Pese a ser una obra cómoda y llena de humor, le falta que la historia que presentan termine de llegar, de aterrizar. En la primera parte de la misma todo funciona, pero el final resulta imprevisto, incluso un poco forzado.

Sin duda, lo mejor de la presentación son los protagonistas.  Walter de la Reta y Marian Zapico llevan la comedia en vena. Dominan perfectamente el texto mientras crean una gran conexión con el público. Fran Leal tiene el papel más difícil y lo resuelve con muchos recursos, se nota que es un actor con gran registro. Guillermo Barrientos destaca por su carisma; tiene algo muy importante en el mundo de la interpretación, conseguir que todas las miradas se centren en él. 

La verdad es que con los tiempos que corren se agradece poder asistir al teatro a pasar un buen rato, a despejarse y a echar unas risas. Y "mañana y mañana y mañana" lo consigue.

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