"The Undoing", cuando la sorpresa es que no hay sorpresa
Grace Fraser, Jonathan y Henry Sachs / Fuente:  Boston Globe

La miniserie, basada en la novela "Tú ya lo sabías" de Jean Hanff Korelitz, presenta un thriller de, literalmente, libro.

Muestra  la vida perfecta de dos neoyorquinos aún más perfectos y su hijo que es una prolongación más de tanta perfección. Grace Fraser, una reputada psicóloga de Manhattan, interpretada por Nicole Kidman, tiene una existencia de ensueño con su marido, Jonathan Sachs, un oncólogo pediátrico de renombre, interpretado por Hugh Grant. No obstante, la idealización se queda en fachada pues, en el primer capítulo, todo se desmorona cuando la madre de un compañero del colegio de su hijo, Elena Alves, aparece brutalmente asesinada y Jonathan se encuentra desaparecido. 

La policía no tarda en encontrar una conexión clara entre los hechos, están teniendo una aventura. Así  la investigación convierte a Jonathan en el principal sospechoso y Grace pierde todo aquello que la hacía sentir segura, ¿acaso no conocía a su marido? , ¿es posible que sea el asesino?, ¿lo están inculpando? Si no supo ver que era infiel, ¿cómo puede aseverar que no haya sido capaz de matar?, ¿ha huido por miedo o por culpabilidad?

Acostumbrados a plot twists, la audiencia que siguió la miniserie a capítulo semanal desarrollaba cada lunes una teoría distinta siendo la principal sospechosa del público Sylvia, (Lily Rabe) la mejor amiga de Grace. Tenían dos claros motivos: Si Jonathan había sido infiel una vez ¿por qué no dos y que la anterior amante matase a la nueva en un ataque de celos? y, es Lily Rabe, nadie esperaba que una secundaria con ese caché fuese eso, una secundaria. Porque sí, spoiler, la sorpresa en "The Undoing" es que no ha habido sorpresa, él la mató y lo dicen desde el primer momento.

Sin embargo, este desenlace, ha hecho que la serie reciba una gran cantidad de críticas negativas por deslucida y plana. Habiendo venido de "Big Little Lies" donde las vidas de los personajes  transcurrían con un grado de importancia similar, se esperaba que E. Kelley supiese recuperar ese impacto a través de esta nueva miniserie, no ha sido así.

"The Undoing" empezó con mal pie, no con la narración, si no con su fecha de estreno, aunque estaba planeada para primavera por la situación de la pandemia fue una de las series que retrasó su emisión. Podría haber jugado a su favor bajando las expectativas por la espera, la realidad fue que solo creo más hype y tras seis episodios ha habido cosas mejores y cosas que no tanto.

¿Es una serie altamente recomendable?

Tiene sus más y sus menos. Lo mejor es, sin duda,  Nicole Kidman. Su interpretación ha sido criticada por realizar gestos extremadamente extravagantes ya que la serie centra gran parte de la acción en las expresiones faciales tanto del personaje de Hugh Grant como del de Nicole Kidman, no obstante, como todo, es para gustos.

Además, aunque sus gestos no lleguen a calar en todas las personas, hay algo que sí lo hará: Una jugada maestra en el último episodio. Una escena con un momento tenso narrativamente y triunfal a la par que elegante como toda ella durante toda la serie, sin hacer spoilers se puede decir que se trata de un plan que establece con su mejor amiga y abogada Silvia y que despierta el tono “friendship” que se echaba en falta (así como el de la estrategia judicial).

El personaje de Hugh Grant, por su parte, lo han descrito como una de sus mejores interpretaciones saliéndose de los papeles que tenía más vendidos como las comedias románticas al estilo “Notting Hill” o “Love Actually”, sin embargo la química con Kidman está en un claro insuficiente, ¿alguien se cree que esas dos personas de verdad pudiesen ser un matrimonio feliz aunque solo fuese en apariencia?

La abogada de la defensa también es un personaje del que hay que hablar. Es decir, la abogada de Jonathan, interpretada por Noma Dumezweni. Cualquier parecido con Annalise Keating de “How to get away with Murder” no es pura coincidencia; parece que se ha intentado recopilar lo mejor de los últimos tiempos en las pequeñas producciones. Aún así eso no desmerece su papel, gran habilidad para la credibilidad.

Punto negativo: lo poco que se explotó a sus secundarios que, como hemos dicho con anterioridad, únicamente cumplieron ese papel, secundarios. No es el hecho de que no se trate cómo ha afectado el drama a la familia Alves (un niño de 10 años y un bebé) hubiera estado bien, pero se puede disculpar  en que en una miniserie no hay espacio para tanto. Lo que no se puede excusar es el hecho de que hay grandes actores que están totalmente desaprovechados. Es el caso de Donald Sutherland, tiene, de lejos, las mejores escenas porque su grandiosidad, y no solo de estatura, se come la pantalla, sin embargo lo reducen a tres secuencias contadas con Grace y una con el director de la escuela (que por encima el diálogo es ver para creer). 

En definitiva, no es “Big little lies” 2.0 y está bien que no sea así, pero en parte es una pena. Hay un presupuesto detrás que se nota en todos los poros, ya no solo en el vestuario de Nicole Kidman que ha estado desfilando por las redes sociales desde el minuto cero de la serie, si no porque, ¿planos desde helicópteros? ¿barato? Hay dudas.

Y aún así la miniserie flojea en lo más básico tener un contexto humano con el que sentirse verdaderamente identificado. Recomendable por entretenida pero no se va a llevar un Emmy y, probablemente, tampoco un ‘rewatching’.

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