Entrevista. Elena Seijo: "Los personajes tienen un esqueleto, y tú los tienes que llenar de sangre, vísceras, músculos, y ahí es donde realmente los vas creando"
 Fotomontaje: Marta Lara

Elena Seijo es una actriz activa desde 1993, es conocida por sus roles en series como “Vis a Vis”, “Vota Juan” o “La Valla”. Más allá del escenario televisivo, también actúa en teatro, obras como “Celebración, la gran noche” o “Normas para saber vivir en la sociedad actual”. El cine es otro medio en la que se ha visto involucrada con proyectos como “Elisa y Marcela” o “Entreparadas”. También es profesora en el Aula de teatro de la Universidad de Vigo (Campus de Ourense) desde 1993, y desde el 2007 también en la especialidad de teatro infantil.

P: En primer lugar, me gustaría conocer cómo empezó todo. ¿Siempre le había interesado esta rama artística? ¿Y cómo ha sido hasta ahora?

R:
 Desde muy bien pequeñita empecé a hacer teatro, como mucha gente en el colegio, y empecé a hacer cositas. Y tan pronto pude, con 14 años, entré en un grupo de teatro en el instituto. Y con ese grupo al acabar, mientras hacía la carrera, ya montamos una empresa. No era una empresa profesional, sino que era una empresa aficionada. Nos llamábamos “Agrupación teatral juvenil independiente Sara Vela”, y así estuvimos mientras hacíamos la carrera y otras cosas. Una vez llegados los años 90 decidimos hacer una S.L., y desde esas estamos. Este año estamos celebrando nuestro 40 aniversario, y como profesionales S.L. llevamos desde el 90, serían 30, pero como aficionados ya otros diez, entonces estamos celebrando nuestro 40 aniversario.

Tengo por aquí un libro de cuando celebramos el 25 aniversario, entonces aquí hay fotitos pues de hace 20 años, fotos de cuando hice, por ejemplo, una versión de “La vida es sueño” que llevé el premio a la mejor actriz aquí en Galicia. Y bueno hay muchísimos otros montajes, aquí haciendo obras infantiles, entre otros.

Perfil de IMDb
Perfil de IMDb


P: ¿Con qué obra se estrenó?

R: La primera obra que hice hace 40 años creo que se llamaba “Jaulas” y era una creación colectiva nuestra. En ella hacíamos poemas y escenas de distintos autores, pero luego con el tiempo fuimos haciendo escritura propia, también autores de otras características, obras infantiles, etc. Una vida entera, aquí solo hay 25 años (álbum), ahora llevamos 40 así que imagínate.

Y después mucho más adelante, empezó lo que es mi trabajo en el audiovisual. Eso empezó mucho más adelante, empecé aquí en Galicia hace unos 30 años o así, haciendo las primeras series aquí en la comunidad autónoma de Galicia, y después ya pues di el salto un poquito a hacer cosas a nivel español. Llego más tarde el salto a la televisión nacional, eso fue un poquito después, ya con los Serrano, ahí empecé a hacer cositas en la televisión nacional.

Ahora sí, lo último, ultimísimo, que he hecho es bueno “La Valla” que se está emitiendo tanto en Antena 3, como en Netflix y también en ATRESPlayer Premium. Y antes de eso, pues he hecho una serie que se llama “El accidente” que estuvo aquí en Telecinco, y luego está en Prime Video me parece. Y antes de eso, pues la segunda temporada de “Vis a Vis”. Esas son, en los últimos 4 o 5 años, lo que he hecho.

P: ¿Ha habido algún papel en concreto del que le haya sido difícil separarse?

R:
No, y aparte de que quiero comentaros, que yo doy clases de teatro en la Universidad, aquí en el campus de Ourense. Hace 20 años. Y como yo le digo a mis alumnos, tenemos esta esquizofrenia del actor, el ser un personaje, otra persona y ser nosotros mismos. Pero a mí me parece que es de recibo, de una mente clara y una mente sana, una vez que sales del teatro o de grabar, abandonar el personaje y dejarlo allí. No traerte a casa el personaje.

Eso sería una cosa que me parece bastante grave como si, por ejemplo, yo les dijera a mis alumnos o a mí misma, pues tienes que emborracharte para hacer de borracha o tienes que volverte loca para hacer de loca. O sea, me entiendes, no estaría bien, no es correcto. Otra cosa es que tú buscas dentro de ti para ver qué cosas puedes darles a los personajes, qué cosas cercanas tienes para poderle ofrecer a ese personaje o para enriquecerlo. Porque te vienen dadas sus circunstancias, te vienen dadas sus características emocionales, físicas, pero tú tienes que llenarlo.

Siempre nos gusta decir aquí en mi compañía de teatro que los personajes tienen como un esqueleto, y tú los tienes que llenar de sangre, vísceras, músculos, y ahí es donde realmente los vas creando, pero los vas creando, no te los creas, no te los crees. Los vas creando y los integras en ti misma, pero no te conviertes en ellos. El actor es una cosa y el personaje es otra.

P: Desde el momento en el que recibe un guion, ¿cómo suele conectar con el personaje?

R: Pues mira, lo primero es empaparte bien del texto. Creo que lo primero que hay que hacer cuando te vas a enfrentar a un personaje, es leerte la obra de arriba abajo. Leerte los guiones de arriba abajo, saber cuál es la atmósfera completa de todo lo que vas a hacer: como empieza y como acaba. O sea, no puedes estar viendo solo tu parte, ni solo la parte con el personaje que te relacionas.

Me parece que primero hay que tener una visión del conjunto, un trabajo de mesa profundo; si es un autor teatral investigar sobre el autor, sobre el contexto, como escribe, estudios que haya sobre él, etc. Yo empiezo por ahí, soy una persona que siempre ataco por esa rama. Me gusta mucho leer, investigar, entonces atacó por ahí. Esto no dura mucho tiempo, enseguida me pongo a ver el personaje y analizar dentro del texto, sea audiovisual o de teatro, aquellas circunstancias dadas del personaje, aquellas motivaciones que le mueven, virtudes defectos o relaciones que tiene con los otros personajes, qué es lo que le mueve, que urgencias tiene.

Incluso a veces me pregunto cosas que no están en el guion, me pregunto muchas cosas, me hago muchas preguntas. Me digo, aunque el guion vaya de una cosa, qué haría este personaje si le pasara esto otro o qué haría si viera esto otro. Me pongo a mí misma como en el brete de ver qué haría, y eso hace que el personaje vaya creciendo conmigo.

Porque muchas veces cuando haces pequeñas secuencias o pequeños textos de un personaje, si no lo tienes armado y bien cargado de toda su personalidad tanto de su carácter como de sus características físicas, emocionales, psicológicas, pues creo que está un poco vacío. Y entonces se ve también esto que decimos a veces de sobreactuado, un poco pasado, o que se queda de corto. Me da la impresión de que si está cargado de todo esto que tú le has dado como si fuera una vida misma, la que has vivido con él desde el principio.

Luego enseguida la escucha se activa y la palabra sale como más fluida y te relacionas con los otros personajes desde la verdad, desde un sitio más interno, y más como le llamo yo, como de verdad, porque está cargado de toda eso que le has ido dando. No es solo ver tu frase que dice cómo se relacionan, me lo estudio y ya está. Si no que te tienes que crear la vida de ese personaje, desde donde ha nacido.

Por ejemplo, este personaje de Rosa que hago en “La Valla”, pues no se sabe nada de su vida en la serie. Pero yo misma sé dónde ha nacido, si ha tenido o no hijos, si tiene un marido, donde están, si están en el sector uno o en el dos, etc. Todo eso está en mi ficha de personaje, que luego nos salga allí no quiere decir que Rosa no lo tenga. En cualquier momento y en cualquier secuencia reacciono con respecto a todo eso que tengo dentro.

P: ¿Qué es lo que más le ha enseñado su profesión?

R: ¡Uf! Creo sinceramente que llevando como llevo desde pequeñita, pues me lo ha enseñado todo, cariño, como aparece una canción. Pero es que fíjate, me ha enseñado, vamos a nombrar cosas que me vienen así de primeras: me ha enseñado a compartir, hacer equipo, tanto en mi compañía de teatro, con mis compañeros como en el audiovisual, siempre intento estar en equipo o sea escuchar todo lo que me rodea, atender a todos los que tengo cerca. Sean del equipo artístico, equipo técnico como de dirección, hay que estar en equipo, en escucha, no estar solo en ti mismo. Hay que estar atentos a todo lo que hay alrededor, y estar escuchando para empaparte bien. Me ha enseñado también, el sacrificio, mucho, el esfuerzo.

Sobre todo, la gente que hemos empezado en el teatro, y que hemos construido país como digo yo. Que actuábamos en sitios que no eran ni teatros ni casas de cultura, que hemos actuado en naves, en bajos, sitios con frío; pues me ha ayudado mucho a respetar el oficio y a dar las gracias por todo lo que tengo ahora. A que todo haya mejorado, a que vayamos valorando este trabajo y este arte, más cada vez más.

Me ha enseñado empatía y solidaridad, y todo eso porque cuando haces los personajes los tienes que defender. Si tú haces, por ejemplo, como les digo a mis alumnos, “Otelo” no tienes que pensar, es que Otelo es muy celoso a ver cómo trabajo los celos, tú defenderás, según mi parecer, al personaje diciendo y yo no soy celoso, es Desdémona que es una p*** que me ha puesto los cuernos. El celoso no se dice de sí mismo celoso, él dice yo no soy celoso es ella o él que son unos cabrones/as, que me hacen esto. Pues yo siempre digo que esto me ayuda a no juzgar tanto a los demás, a entender personajes, y, por lo tanto, personas que no piensan como yo. Porque cuando los tengo que hacer en teatro o en audiovisual, y no son como yo para nada, pues tengo que defenderlos. Encontrar sus motivaciones y sus verdades también, y por qué creen eso o sus enfermedades, lo que sea. Pero imagínate, me ha enseñado todo, a creer en el ser humano, aunque a veces se me vaya otra vez la ilusión. 

También lo que te decía, el esfuerzo: el madrugar, el que no te salgan funciones, o que no te salga el teatro, a resistir la resiliencia, que no la resistencia, que también, pero la resiliencia, porque no solo resistimos, sino que nos hacemos más grandes, más fuertes. Cuando nos hundimos, volvemos a surgir como el ave Fénix, como más fuertes, y eso es la resiliencia. No hundirte y luego poder salir más fortalecido, y que sé yo, a muchísimas más cosas, el amor, he encontrado familia también en esta profesión. Por no enrollarme más.

P: ¿Podría contarnos algún reto con el que haya tenido que enfrentarse a lo largo de su carrera?

R: Muchas veces he tenido que enfrentarme a retos, ya te digo psicológicos, que tiene que ver un poquito con la pregunta anterior, es decir, defender personajes que yo nunca defendería como persona porque tengo unas ideas que nunca compartiría. Y entonces tienes como que hacer un esfuerzo defender este personaje, que explicaba antes, como para meterte en su piel, en su carne, su sangre, sus vísceras, sus pensamientos, sus motivaciones y defender este personaje como si creyera realmente todas esas ideas y todo eso, es un reto increíble. Porque el que pasa que cuando te enfrentas a él y lo consigues, luego sales muy fortalecido, porque te da, por ejemplo, este no juzgar a los demás, decir no soy quién para juzgar si esta persona es loca, no. Siempre con unos límites no con mi vida personal, pero por lo menos en el ámbito profesional, a no juzgarle y defenderlo, como si fuera lo mejor que te ha tocado. Y después retos físicos también, tener que subir, trepar, saltar, arrastrar cosas pesadas, pues todo eso también.

Cosas que me han obligado a estar en forma ahora con mis 58 y decir madre mía ahora que tengo una hernia, que tengo un no sé qué, que ya llevas en el cuerpo pues muchas brechas. Pues también a veces las cosas físicas, tanto en audiovisual como en teatro, últimamente, hace un año, me ha tocado una dura. Me disparan, me caigo, antes de eso tengo que hacer una coreografía enorme y brutal, muchas cosas.

Y luego también retos de enfrentarte lo que era la primera vez que me enfrente a un a una obra de teatro en verso, como “La vida es sueño”, pues todas estas cosas son retos que vas alcanzando. Hicimos una versión en vez de ser hombre era mujer, era Segismunda, y si después lo hizo Blanca Portillo haciendo de mujer también, lo habíamos hecho nosotros hace muchos años. Y quiero decirte con esto que el actor está casi siempre retándose, ya te lo digo, el actor que se conforma, le digo a mis alumnos, el actor que cree que ha tocado techo, que se conforma, madre mía, mal vamos. Para mí, mal vamos, porque yo te digo, me he metido una escuela de música, a artes marciales, a saber montar a caballo, a todo. Pero si el teatro es la vida, como vas a aprender una vida en tu vida, necesitamos muchas vidas para aprenderlo todo. Porque si el teatro es la vida, cómo se va a aprender, no se puede aprender todo nunca. Tú siempre te estás retando, aunque luego haya cosas más difíciles y cosas más fáciles, a la hora de enfrentar los personajes, pero no es bueno ser conformista.

P: Dio vida al personaje de Susana en “Vis a Vis”. ¿Cómo fue interpretar ese personaje?

R:
En “Vis a Vis”, en la segunda temporada, me tocó hacer de Susana. Y entonces era un personaje que estaba como en un límite, no diríamos borderline, pero si en un límite mental muy peligroso. Es decir, había que enfocarlo y trabajarlo, y así lo hicimos con dirección, desde un punto que no se nos fuera, porque si te pasabas un poco ya se iba a ir el personaje, y no queríamos tampoco hacer un personaje, digamos tópico en el sentido de personaje deficiente o con alguna deficiencia.

No queríamos hacer un personaje que se nos fuera a la locura, así ya de la primera vez que la ves y dices qué loca está, sino que podría ser un personaje como empezaba a Susana muy tímido, metido para adentro, y que luego se fuera viendo realmente cuál eran las causas que le ocupaban y preocupaban. Es decir, en este caso a Susana, lo que estaba era una mujer no con muchas luces digamos, por decirlo de alguna manera suave, pero que estaba muy machacada por su marido, muy subyugada a su marido. Y entonces digamos que solo veía la vida a través de los ojos de su marido, se queda pies juntillas todo lo que el marido le propone, después de pasar por este trauma de no tener una hija, y que se muera su hija, y de todo esto.

Entonces digamos que ella vive en un mundo como paralelo, lo que hace no está mal, sino que lo hace para conseguir dinero para tener otro hijo. Y entonces esta en un límite muy delicado, que hice yo, lo primero pensar si en mi ambiente, en mi entorno, conocía a alguien que pudiera tener estas características. Una vez pensado eso y no encontrado, porque nunca encuentras el personaje exacto, como que luego te lo traes y dices bueno, pero como no es tan así y tampoco tan asa, empiezas a decirle que le puedo dar yo. Que le puedo dar yo, le puedo dar esta manera de hablar, de mirar, este miedo o cuando no tiene miedo, esta valentía de hacer esto cuando no tiene esto. 

Por ejemplo, yo veía Susana o la veíamos, como un personaje que siempre necesitaba seguir a alguien. Estar detrás de alguien, como en segundo plano, entonces que siempre haya alguien que lleve la voz cantante delante de ella, y ella seguir. Entonces eso por ejemplo, me ayudó también a trazar físicamente al personaje, que fuera un poquito como una ardillita que va detrás de algo, un gatito que va detrás de la pelotita, esta manera de caminar pequeñito que tenía Susana.

Le voy dando rasgos tanto físicos, mentales y emocionales. Sobre todo, los emocionales que dan una forma de mirar y una forma de hablar. Porque si tú solo dices es tímido, te encoges de hombros, te metes para adentro, pero eso no te da una forma de mirar. En cambio, cuando dices, por qué es tímida, qué es lo que le pasa, porque necesita seguir siempre a otra persona. Entonces eso te va empezando a llenar esa mente y empiezas a pensar como Susana más que a pensar como la actriz Elena Seijo. A pensar como el personaje, y al pensar como el personaje, tus gestos cambian sin querer.

Es muy bonito cuando, se lo digo a los alumnos, cuando empiezan a meterse en el personaje y de repente se transforma, y dices ahora está, ya no pareces tú. Porque hacen cosas que como personas nunca harían, cosas que empiezan a salir y que dices pues yo nunca me pongo así, nunca miro así, nunca hago así ni hablo así. Pero es que te salen porque ya no eres tú, no piensas, porque te metes en el personaje, y al irte metiendo a través de la técnica, después un poco también del trabajo, y aparte del trabajo de lo textual y lo emocional, las motivaciones, y todo esto qué te voy nombrando tantas veces, pues llega un momento en que piensas como el personaje, te mueves como el personaje, y eres el personaje. Ahí es donde empieza la verdad, aunque todo eso lo tengas que dejar ahí todo aparcado cuando te vas. Sergi Belbel decía, “bendita la esquizofrenia del actor”. Somos capaces de ser un personaje, y luego ser nosotros mismos y abandonarlo, si no estaríamos enfermos.

Susana en "Vis a Vis"

P: Más recientemente ha aparecido en “La Valla”, una serie distópica estrenada a escala internacional en Netflix, y nacional en Atresmedia. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Qué nos puede contar de su personaje?

R:
Pues mira lo que te decía antes un poco. Rosa, cuando leo los guiones no tengo la historia desde que nace, pero me la tengo que hacer. A base de lo que tengo, inventar como ha llegado a trabajar en esa casa, si tiene o no marido, hijos o no, si vive en algún sitio, si realmente ella no tiene a nadie, entonces por eso está tan arraigada en esa casa, etc. Y yo me tengo que crear una vida de este personaje, y después empiezo a ver las motivaciones, porque es tan fiel a la señora, será porque lleva mucho tiempo, ha creado a los niños o no, y una vez que te metes en todo eso, ya eres Rosa. Entonces Rosa la he trazado con un personaje que tiene una conciencia muy clara de lo que es servir.

Es decir, donde no te puedes pasar al otro lado, por mucho que quieras, a los niños, a la señora en este sector 1. También Rosa la he trazado o hemos trazado desde dirección, como un personaje que tiene una fidelidad absoluta y que es capaz de perdonar como un amor incondicional, como las madres a los hijos. Que da igual que roben, aunque maten tu hijo es tu hijo, y podrás llorar y maldecir, pero es tu hijo y aquí en el fondo, dentro, les quieres. Y entonces Rosa quiere a esta familia, la quiere y va a perdonar muchas cosas que en otros sitios fuera de ahí no perdonaría.

Digamos que está trazado Rosa desde un punto de vista, por eso tiene unos movimientos como muy pequeños, y unos movimientos muy asertivos, unas miradas. Eso sí, es una persona superatenta que tiene controlado todo lo que le rodea, para bien o para mal, controla todo lo que le rodea, lo aúna todo. Sabe todo lo que pasa, lo lleva a su manera. Entonces he intentado tanto en las maneras de caminar, mover las manos, de mirar, de atender al otro, de como escucha, pues trazar un poco. Que se vea que es un personaje que controla todo lo que le rodea, es muy fiel, sabedora de lo que significa estar en su puesto. Y luego, sin revelar nada para hacer spoiler, pues veremos también su lado más emotivo, más humano. Más que a veces lo tiene un poco en frío, por eso que sabe como se tiene que comportar a la hora de ser el ama de llaves, pero va a tomar sus decisiones emotivas y emocionales a la hora de irse hacia un lado o hacia el otro. Aunque siempre va a estar fiel a sus principios y a sus creencias.

P: Más allá de la actuación, también es docente, conectado con su disciplina artística.  Desde el inicio de su carrera se dedica al campo de la enseñanza actoral, ¿cómo surge esta profesión? ¿Siempre le había gustado la enseñanza?

R: Nosotros llevamos 40 años, el 90 hicimos la S.L., y poquito después empezamos a dar clase. Llevamos 20 años dando clases, al principio solo dábamos clase como una actividad extraescolar, porque aparte de nuestras carreras actorales en la compañía pues uno es filólogo, yo soy pedagoga, tenemos otra también, una hizo a periodismo, etc. Porque antes no se veía bien hacer solo arte dramático, entonces en nuestras casas teníamos que demostrar que no hacíamos arte dramático, teatro, por no estudiar. Entonces ya te digo, con mis compañeros de empresa, todos tenemos muchos estudios. 

Qué pasa que una vez que son como tus hobbies y tus pasiones, la gente no tenemos solo una pasión. Entonces esa parte pedagógica a mí y a mis compañeros, nos ha llevado siempre a dirigir grupos de mayores, niños, adolecentes, etc. Y luego fuimos haciendo este proyecto y lo presentamos, al principio, en la Universidad, como una actividad extraescolar. Pero poco a poco, presentamos un plan teórico también, y conseguimos que la Universidad concediera créditos a los alumnos. Y fuera considerado como lo que se llama créditos de libre elección, como una asignatura y hay primero, segundo, tercero y la especialidad de infantil. Entonces los alumnos van consiguiendo cada año sus créditos como si hicieran una asignatura de informática o de derecho

Tenemos alumnos y a profesionales trabajando en muchísimas cosas, en todas las ramas tanto actorales, técnicas, vestuario, maquillaje, utilería. Tenemos por el mundo a la gente trabajando en todos lados, y mucha gente que han pasado por nosotros y ahora es docente, y siempre nos agradecen, dicen que están agradecidísimos porque les ayudó muchísimo para saber dar las clases. Gente de derecho que se han presentado a las oposiciones y que tenía miedo escénico y lo ha superado. Gracias a este trabajo de comunicación no verbal. 

Y bueno ya te digo, hicimos este proyecto en la Universidad y ahí llevamos 20 o 25 años, dando clases en distintos niveles y montando tres festivales. Desde la empresa, montamos un Festival de Teatro infantil en diciembre, teatro profesional infantil. También organizamos la muestra de teatro internacional universitaria, la muestra tiene 25 años, y también hacemos un Festival Internacional de teatro aquí en Oursense que acaba de ser ahora en octubre. Esta es la 12 edición, entonces también hacemos eso. Somos actores, actuamos, producimos, tenemos la doble vertiente de la producción y docencia, la organización de festivales, y luego cada uno individualmente hace sus series, películas y cosas. Cuando estas a una cosa no estas a la otra, eso está claro, y por ejemplo, ahora mismo estoy dando clase y si en enero empiezo a grabar, pues dejo las clases y las da una compañera. 

Y así como somos varios, nos podemos turnar y como ya el proyecto está muy claro, avanzado, lo único que cambian son las obras que elegimos o los proyectos a nivel coreográfico para hacer con los alumnos, pues nos podemos intercambiar las clases unos a otros, son muchos años.

Elena Seijo en teatro
Elena Seijo con Sarabela Teatro

P: ¿Y el mayor estereotipo en la actuación?

R: No sé decirte qué obra o qué cosa, pero a veces lees cosas que como mujer dices, pero por favor, o sea es que estamos en el siglo XXI. No puede ser que se siga escribiendo sobre la mujer de esta manera, no es que sean mentiras pero que alucinas un poco con las características que se le pueden dar por supuestas a una mujer y cuales no. Ya no hablo ni siquiera de profesiones, no hablo de que hay que no puedo ser minera, camionera o lo que sea, esto ya está un poco pasado. Pero son otros micromachismos que podríamos decir que están como más subliminales, que a veces cuando los lees dices aquí se le escapó o se ha pasado, aquí se le ve un poquito el plumero. 

Y por ahí sí que a veces veo cosas qué digo me es difícil, lo reconozco. Incluso en uno mismo, a veces te das cuenta de que te ves en situaciones que dices uy esto como se ve en la educación que he tenido y todo, y que tú misma te vas educando y enseñando para no volver. O dar a tus hijos, tengo una hija de 23 años y a veces digo bueno ya me acabo de ver y haciendo, diciendo algo que he dicho que no iba a ser nunca, o que veo que no está bien para criar a una hija. Como yo pienso que debe ser libre, con un pensamiento crítico, y te ves a ti mismo. O sea que imagínate pues a los autores/autoras, pero bueno que sí que a veces encuentras, no mentiras, pero si esas cosas que dices bueno me gustaría que fueran de otra manera. 

Por eso te digo, estoy haciendo una luz personal para no juzgar, eso fue en el 2020, lo tengo escrito en mis cosas digo, no dejar de fumar, que ya lo hice hace 15 años, sino no juzgar, porque claro si tú mismo en la mochila llevas muchísimos prejuicios y muchísimas cosas como vas a ser capaz de juzgar a nadie. Es decir, a veces juzgamos a una persona y luego te das cuenta de que tú tampoco eres ni tan honesto, ni tan eso feminista, que sé yo esas etiquetas que nos ponemos. Pero que todos tenemos ahí una mochila cargadita qué bueno es nuestra lucha en el día a día irnos quitando, más que poniendo, irnos quitando.

P: ¿Qué pregunta le hubiera gustado que le hiciesen en algún momento de su vida?

R: No sé, por ejemplo, ahora mismo se me viene a la cabeza una cosa que nunca me han preguntado. Cuando yo era jovencita, hablando del feminismo y clichés, siempre he tenido una voz grave, una voz muy contundente, un físico también potente. Pues cuando yo era jovencita, no podía hacer Desdémona o Julieta porque tenía una voz muy grave o porque tenía un físico que se daba a mayor. Y entonces, por ejemplo, siempre me he planteado por qué existen estas cosas, veía en el otro día en la televisión una compañía de danza que acoge a bailarines que no han querido en otros sitios. Y lo único que hacen es una prueba para ver si son buenos bailarines, si tienen algo dentro que dar. Y da igual que sean altos, bajos, gorditos, flacos, con cara guapa, sin cara guapa, y había chicas que hablaban, y chicos que decían: “Es que claro cuando hemos entrado aquí nos han cogido, era el sueño de nuestra vida. Pensamos que nunca íbamos a cumplirlo”. 

Es una cosa de la que se habla poco, como los actores, las actrices, los bailarines, sufren a veces este tipo de cosas. Yo no es que las sufriera, porque enseguida montamos, nuestra compañía como socios, y nos fuimos haciendo nuestro propio trabajo y no dependía tanto de si me cogían, si me llamaba. Eso te da mucha libertad, pero sí es verdad que incluso la propia compañía, era como un poco a cliché. Y veo que sigue existiendo, porque no puede ser una Julieta muy alta, gorda o mayor, porque el caso es lo que ocurre en las obras. Por eso a mí me gustan muchas veces las adaptaciones, tanto de los clásicos como de cualquier autor, respetando muchísimo los autores, me gustan mucho las adaptaciones que transgreden estas cosas. Que se permiten, como hicimos nosotros con Segismundo, porque no, tú puedes encerrar a una mujer que va a ser reina, y se puede enamorar de la primera mujer que llega igual. Porque no conoce otra cosa, lo que tiene es una pulsión sexual enorme y a la primera persona que viene se la come como si fuera un hombre, o una mujer, que es lo que hace Segismundo. Entonces le cambiamos el género, pero las emociones son las mismas, no pasa nada.

O, por ejemplo, trabajar con fuera clichés para decir esto porque tiene que ser con una voz más suave, más un mecanismo más de cabeza o un tal, pues si tienes un mecanismo de pecho en tu voz, que te dejen trabajar de otra manera y probarlo de otra manera. Pero es como que en el fondo cuesta muchísimo, por suerte ahora poquito a poco se va haciendo cosas diferentes, estoy viendo unas series maravillosas en las que se están cambiando los clichés. Pero cuidado con los y las protagonistas, porque siempre acaban estando, muy raramente se sale uno del cliché de guapo/guapa, rubio/rubia, delgado/delgada, rara vez. Es decir, se ve, por suerte se va viendo, pero no es la gran mayoría. No está roto todavía esta manera de decir todos tenemos dentro emociones y sentimientos que podemos hacer miles de personajes, y no por tener una voz, una cara. Es verdad que das más para un personaje que para otro sí, pero no tiene por qué ser siempre así. Por Dios está muy bien que se rompa esto, sabes que de vez en cuando por lo menos se rompa. 

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