"Contagio en alta mar" no podría llegar a las salas españolas en mejor momento. En un año marcado por el coronavirus y los contagios, la primera cinta dirigida por Neasa Hardiman puede atraer al espectador por alguna que otra similitud en su premisa con la situación que se está viviendo a nivel mundial. Sin embargo, el filme no logra provocar la tensión que debería generar este tipo de largometrajes.
Protagonizada por Connie Nielsen, Dougray Scott y Hermione Corfield, "Contagio en alta mar" se centra en una tripulación irlandesa que pierde su rumbo en alta mar. Su vida correrá peligro ya que un parásito se encuentra en su suministro de agua.
Este thriller de terror comienza de una manera correcta introduciendo a unos personajes muy bien definidos e interpretados gracias a la dirección de Hardiman. No obstante, el problema aparece a medida que va avanzando el metraje, y tiene que ver con su falta de tensión dramática. Una película de estas características ha de tener la capacidad de mantener en tensión al espectador en todo momento, producirle cierto agobio y claustrofobia y que no se espere nada de lo que pasa, tres puntos que no ocurren en "Contagio en alta mar".
El largometraje va perdiendo interés por momentos, llegando en ocasiones a ser aburrido. Está tan centrado en hacer una sólida construcción de los personajes que se olvida de ser dinámica y escalofriante. Provoca más somnolencia que terror y esto es algo imperdonable en un filme de semejantes características. "Contagio en alta mar" no alcanza su potencial y acaba exponiendo una moraleja demasiado tópica que no está en consonancia con su correcto arranque.
Valoración: 2/5
Lo mejor: Su arranque y la construcción que hace de sus personajes
Lo peor: Es aburrida y poco magnética, algo imperdonable en un filme de estas características